Nos dirigimos a “un cataclismo” climático | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Sábado, 1 de Diciembre de 2018
Redacción internacional
António Guterres, secretario general de la ONU, ha alertado al mundo con esta frase. Las temperaturas siguen aumentando, pero hay algunos casos que generan esperanza. Y eventos, como la COP 24, que empieza hoy, para tomar las riendas sobre el asunto

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“POR el momento, nos dirigimos hacia un mundo de cataclismo e incertidumbre debido a la alteración del clima”. Estas no son las palabras de cualquier ciudadano poco optimistas después de ver la oleada de huracanes, incendios y heladas en lo corrido del año. Son las declaraciones del consternado secretario general de la ONU, António Guterres, de cara a la COP 24 que comienza esta semana en Katowice, Polonia.

Su afán  -mejor su desesperación- se debe a un nuevo informe que alerta al mundo por el poco tiempo que queda para limitar a 1,5º C las temperaturas de un planeta que cada vez se calienta más. Las oportunidades, en medio de todo esto, cada vez son más escasas y los esfuerzos de los países para morigerar el impacto de los gases con efecto invernadero no son los esperados.

El mundo, como las pinturas de la artista neoyorquina Zaria Forman que muestran a los polos derritiéndose, cada vez está más caliente. Es un tema de notorio conocimiento, hablado en todos los rincones, pero que, sin embargo, sigue sin ser tratado como se debe.

Así lo indica la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en un estudio que muestra un panorama sombrío. Dice, por ejemplo, que las concentraciones de carbono, metano y óxido nitroso llegaron a niveles máximos en 2017, al mismo tiempo que las olas de calor y las sequías en primavera se prolongaron y fueron más duras, generando incendios y otros fenómenos naturales.

“Estamos viviendo las consecuencias de un calentamiento global de 1°C, con condiciones meteorológicas más extremas, crecientes niveles del mar y un hielo marino menguante en el Ártico, entre otros cambios”, agregó, en consonancia con este informe,  Panmao Zhai, copresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

No todo es malo

Acostumbrados a las malas noticias en temas climáticos, tampoco es cierto que no se haya avanzado en nada desde la firma del Acuerdo de París, en 2015. Varios países, construyendo un frente común ante el escepticismo climático de Donald Trump, han logrado reducir su nivel de emisiones de carbono. Saben que si el aumento de la temperatura se queda en 1,5°C, más de 420 millones de personas no serán afectadas por el cambio climático.

Está bien decir que no todo va por mal camino, como dicen en su libro Factfulness Ola Rosling y Anna Rosling, quienes, en un homenaje póstumo a Hans Rosling, plantean que el progreso mundial es evidente, pese a la narrativa del derrotero, de que nada sale bien. Incluso se atreven a decir que el cambio climático se ha enfrentado con enfoques innovadores en algunos países.

En el informe del Índice de Cambio Climático de 2018, precisamente se resalta que al menos 57 países “han conseguido reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a los niveles requeridos” y “hay al menos 51 iniciativas de fijación de precios del carbono en marcha para cobrar por tonelada de carbono emitida”.

Es claro que los escandinavos (Suecia, Dinamarca y Finlandia) y las principales potencias europeas, tienen buenas prácticas ambientales, por lo que es más conveniente mostrar ejemplos de países que en apariencia parecen poco interesados en el cambio climático.

Marruecos es uno de ellos. Según el índice, esta nación africana es la sexta en el ranking de países con mejores prácticas ambientales, dado el uso de energía renovable: eólica, solar e hidroeléctrica. A lo sumo, Lituania (5) se caracteriza por el bajo nivel de emisiones de carbono y el poco uso de energía.

COP 24

Los casos destacados no hacen que se desconozca la realidad que tanto le preocupa a Guterres: es necesario que las emisiones de dióxido carbono de origen humano disminuyan en 2030 alrededor de un 45% respecto a los niveles de 2010.

“Insto a todos los países a que hagan que la conferencia sobre el clima de Katowice sea un éxito y atiendan al consejo de los mejores científicos del mundo: aumenten la ambición, refuercen rápidamente sus planes nacionales de acción climática y aceleren con urgencia la implementación del Acuerdo de París”, ha dicho António Guterres, sobre la COP 24.

Como cada año, por casi 15 días, representantes de todos los países firmantes de las convenciones del clima se reunirán a partir de este domingo en Katowice, Polonia, con el objetivo de adoptar una guía para la implementación del Acuerdo de París, cuyo propósito central es limitar la subida de las temperaturas a 1,5º C para fin de siglo.

La obligación de enfrentar los desafíos climáticos no solo recae en los países, muchos de ellos comprometidos con cumplir las metas fijas. La sociedad civil, cada vez más activa, tiene que, como ha dicho Guterres, “ver más allá de la acción de los gobiernos”.

Pero ellos tienen que dejar a un lado el discurso y actuar, en escenarios como el G20, donde se reúnen los países que producen el 75% de las emisiones de efecto invernadero. Es una obligación moral. El mundo lo pide a gritos.