¿Por qué se hunden Nueva York y otras grandes metrópolis de EU? | El Nuevo Siglo
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Viernes, 5 de Enero de 2024
Redacción internacional con Europa Press

AUNQUE la alerta sobre el hundimiento de importantes ciudades de la costa atlántica de Estados Unidos no es nueva, sí lo es el acelerado ritmo al que lo están haciendo: algunas de ellas hasta cinco milímetros por año, tasa que supera con creces el aumento global del nivel del mar.

 

Así lo confirma una nueva investigación de Virginia Tech y el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Los centros de población particularmente afectados, como la ciudad de Nueva York y Long Island, Baltimore, Virginia Beach y Norfolk, están viendo áreas de rápido "hundimiento" junto con terrenos que se hunden más lentamente o relativamente estables, lo que aumenta el riesgo para las carreteras, cimientos de edificios, líneas ferroviarias y tuberías, según su más reciente estudio publicado en Pnas Nexus.

Esta situación preocupante también se registra en California, donde el índice es de 3.4 milímetros por año y Nueva Orleans, con un índice muy variable.

"El hundimiento continuo y absoluto en la costa este de Estados Unidos debería causar preocupación", dijo en un comunicado el autor principal Leonard Ohenhen, un estudiante de posgrado que trabaja con el profesor asociado Manoochehr Shirzaei en el Laboratorio de Innovación y Observación de la Tierra de Virginia Tech. 

"Esto es particularmente en áreas con una alta densidad de población y propiedad y una complacencia histórica hacia el mantenimiento de la infraestructura", afirmó.

Enfatiza que en estas metrópolis además de la concentración de personas el incremento de edificaciones, cuya masa total supera al peso general que pueden soportar los terrenos donde se han cimentado dichas estructuras, es lo que está acelerando el hundimiento.

En un informe del pasado julio realizado por la Nasa se dio una alerta temprana sobre la aceleración de este fenómeno. En su momento, el científico David Bekaert, dijo que las causas son varias que pueden ir desde el peso de los edificios hasta “procesos naturales profundos que han venido produciéndose a lo largo de muchos años. Entre ellas se pueden resaltar las actividades de las placas tectónicas o el retroceso de glaciares”, sin descartar la extracción de petróleo, minerales o el agua del subsuelo.

 Shirzaei y su equipo de investigación reunieron una amplia colección de puntos de datos medidos por satélites de radar espaciales y utilizaron esta información de alta precisión para construir mapas digitales del terreno que muestran exactamente dónde los paisajes que se hunden presentan riesgos para la salud de la infraestructura vital. Utilizando imágenes de satélite disponibles públicamente, Shirzaei y Ohenhen midieron millones de casos de hundimiento de la tierra a lo largo de varios años. Luego crearon algunas de las primeras representaciones de alta resolución del mundo del hundimiento del terreno.

Estos nuevos e innovadores mapas muestran que una gran zona de la costa este se hunde al menos 2 mm por año, y varias áreas a lo largo de la costa del Atlántico medio de hasta 3.700 kilómetros cuadrados se hunden más de 5 mm. por año, más que la actual tasa global de aumento del nivel del mar que es de 4 mm por año.

"Medimos tasas de hundimiento de 2 mm por año que afectan a más de 2 millones de personas y 800.000 propiedades en la costa este", dijo Shirzaei. "Sabemos hasta cierto punto que la tierra se está hundiendo. A través de este estudio, destacamos que el hundimiento de la tierra no es una amenaza intangible. Puede ser gradual pero los impactos son reales".

En varias ciudades a lo largo de la costa este, múltiples infraestructuras críticas, como carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y diques, se ven afectadas por diferentes tasas de hundimiento.

"Aquí el problema no es sólo que la tierra se esté hundiendo. El problema es que los puntos críticos de tierra que se hunden se cruzan directamente con los centros de población y de infraestructura", dijo Ohenhen. 

"Por ejemplo, áreas importantes de infraestructura crítica en Nueva York, incluidos los aeropuertos JFK y La Guardia y sus pistas, junto con los sistemas ferroviarios, se ven afectados por tasas de hundimiento que superan los 2 mm por año. Los efectos de esto ahora y en el futuro son daños potenciales a la infraestructura y mayores riesgos de inundaciones".

En su artículo, los científicos de Virginia Tech y del Servicio Geológico de EE.UU. (Usgs) midieron cuánto se ha hundido la tierra a lo largo de la costa este y qué áreas, poblaciones, y la infraestructura crítica dentro de un radio de 100 km de la costa corre el riesgo de hundimiento del terreno.

El hundimiento puede socavar los cimientos de la construcción; dañar carreteras, líneas de gas y agua; causar el colapso del edificio; y exacerbar las inundaciones costeras, especialmente cuando se combinan con el aumento del nivel del mar causado por el cambio climático.

"Esta información es necesaria. Nadie más la proporciona", dijo Patrick Barnard, geólogo investigador del USGS y coautor del estudio. "Shirzaei y su equipo de Virginia Tech entraron en ese nicho con su experiencia técnica y están proporcionando algo extremadamente valioso".

Nivel del mar

Tom Parsons, del Servicio Geológico de Estados Unidos, que dirigió el estudio de julio pasado, aseguró que si bien se ha sostenido que “los rascacielos en Nueva York son el origen del problema, en realidad no lo son”, aunque reconoce que muchos de ellos y edificaciones en otras partes de la ciudad se construyeron sobre terrenos artificiales, es decir, rellenando el agua con sedimentos.

“La mayoría de los rascacielos más pesados de la Gran Manzana están edificados sobre un sólido lecho rocoso; el lento hundimiento de la ciudad tiene mucho más que ver con la geología que con la construcción”, sostiene el experto, al tiempo que agrega que aparte del hundimiento, en Nueva York el mar sube más deprisa de lo que baja la tierra.

"Sin la subida del nivel del mar, el problema no sería tan grave", puntualiza.

Pero este fenómeno no es ‘exclusivo’ de la costa oeste de Estados Unidos. Desde la indonesa Yakarta hasta la estadounidense Nueva Orleans hay muchas ciudades que se están hundiendo más rápido de lo que suben las mareas y están en alto riesgo.

Durante más de 20 años, la NASA ha estado rastreando la topografía de la superficie global del océano para comprender el importante papel que desempeña en nuestras vidas. El cambio climático está provocando que nuestro océano se caliente y los glaciares se derritan, lo que resulta en el aumento del nivel del mar. 

Desde 1880, el nivel del mar global ha aumentado 23 centímetros (8 pulgadas) y casi la mitad de esos centímetros han subido en los últimos 25 años. Todos los estudios confirman que cada año, el mar sube –como mínimo- otros 3,4 milímetros, evidenciándose también un ritmo más rápido en la historia reciente por el deshielo de los glaciares. 

Por ejemplo, en Yakarta, la subida anual relativa del nivel del mar puede acercarse a los 25 centímetros. Esto se debe a que las mareas no sólo suben sino que, literalmente, la ciudad se hunde.

Pietro Teatini, ingeniero civil de la Universidad de Padua (Italia) y presidente de la Iniciativa Internacional de la Unesco sobre el Hundimiento de la Tierra destaca que allí confluyen esos dos efectos. “Esto es lo que la gente llama subida relativa del nivel del mar: es decir la subida del nivel del mar sumando el hundimiento del terreno".

En Yakarta se da la “tormenta perfecta entre desafortunada geografía y factores humanos por lo que es la ciudad del mundo que más rápido se hunde”, agregó el experto, quien agrega que “con más del 40% de la ciudad por debajo del nivel del mar y la posibilidad de que las tormentas se intensifiquen, las inundaciones en Yakarta se han vuelto tan frecuentes y graves”. Tan es así que no se descarta trasladar complemente la ciudad.

En el continente americano hay vastas regiones que registran el mismo fenómeno, pero la mayor alerta está sobre algunas zonas de Ciudad de México, donde la extracción de agua subterránea está causando hasta 35 centímetros de hundimiento cada año.

En el último siglo, la capital mexicana se ha hundido unos 10 metros, deformando edificios e interrumpiendo infraestructuras. La extracción de agua subterránea es en gran parte culpable, pero la inusual geografía de la ciudad también contribuye. Gran parte de México D.F. se construyó sobre un lago relleno, y el antiguo lecho del lago es blando, está anegado y se aplasta con facilidad.

Y, como las entrañas de la tierra albergan muchos recursos naturales (petròleo, gas, carbón, etc) la extracción cada vez mayor de éstos ha agrietado la tierra, impulsando hundimientos, como ocurre en Países Bajos -donde también se ha drenado los humedales- e Italia, específicamente en los alrededores de Rávena.

Gilles Erkens, geólogo de la Universidad de Utrecht y Deltares, indica que en algunas zonas de Países Bajos la tierra se hunde entre 0,38 y 0,50 centímetros al año. Agrega que en ciudades neerlandesas como Gouda la situación se debe a que están construidas sobre suelos de turba (manto vegetal poroso que se compacta), que es muy susceptible a hundirse.