MÁS cerca de unas nuevas elecciones que de un acuerdo para formar gobierno. Así se encuentra Italia tras la crisis política sin precedentes que se desató porque el presidente Sergio Mattarela, en su función constitucional de garantizar la estabilidad del país, vetó el nombramiento del euroescéptico Paolo Savona, de 81 años, como ministro de Economía.
La decisión presidencial indignó a las formaciones antisistema Movimiento 5 Estrellas y la ultraderechista Liga, llevó a que el designado académico Guissepe Conte renunciara al encargo de formar gobierno y que los líderes de esos movimientos pidieran la renuncia de Mattarela.
"Nadie me podrá acusar de haber obstaculizado la formación de un gobierno para el cambio. Les he facilitado todo para que lo lograran", dijo el presidente italiano, un jurista íntegro y veterano político que pasará a la historia como el mandatario que encaró a las formaciones antisistema y populistas de ese país, quienes tras haber sido los más votados el pasado 4 de marzo y negociar por algunas semanas llegaron a un “contrato” de gobierno para manejar Italia.
Ayer, al término de una de las jornadas más difíciles de su larga carrera política, Matarrella indicó que “no me pueden imponer ministros”. Y su veto es más que obvio, ya que el anciano economista Savona es un abierto opositor al euro. Inclusiva ha declarado, en repetidas ocasiones, que el euro es como "una prisión alemana". En una obra citada por la prensa italiana el economista evoca "un plan B para salir del euro, si nos vemos obligados, voluntariamente o por la fuerza".
Vale destacar que el presidente de la República en Italia es una figura institucional respetada, con poderes limitados pero que se adquieren un cariz de importancia en los momentos de crisis política. Y fue precisamente dentro de éstos, que Mattarella decidió no avalar el nombramiento del elegido como ministro de Economía y Finanzas.
Sin embargo, el uso de esta prerrogativa reconocida por el artículo 92 de la constitución italiana, ya tuvo algunos antecedentes, al menos tres y uno de los más reconocidos involucró a Silvio Berlusocni.
Tras salir vencedor de las legislativas en 1994, Berlusconi, que ya estaba en el punto de mira de la justicia, había propuesto al presidente Oscar Luigi Scalfaro nombrar a su abogado, Cesare Previti, como ministro de la Justicia. Scalfaro se negó y Berlusconi cedió.
El presidente de Italia También tiene el poder de disolver las cámaras, un arma de disuasión que ha sido utilizada en las numerosas crisis políticas que ha vivido ese país, una república parlamentaria que ha tenido 64 gobiernos desde 1946.
Durante la crisis financiera de 2011, en el momento en que los mercados atizaron los temores sobre la estabilidad del país, el presidente Giorgio Napolitano no dudó en usar sus facultades para terminar con el gobierno de Silvio Berlusconi, nombrando como sucesor al excomisario europeo Mario Monti.
Entonces, Berlusconi denunció ser víctima de un golpe del Estado y pidió en vano elecciones anticipadas.
Se va Conte, llega Cottarelli
Encargado el miércoles por Mattarella de formar el gobierno, el abogado Giuseppe Conte, de 53 años, un total desconocido simpatizante del M5E, renunció tan solo cuatro días después, al término de una reunión de casi una hora en el palacio del Quirinal, sede de la presidencia.
La decisión la tomó tras el pulso de la coalición antisistema y el presidente de Italia, quien finalmente en un último intento decidió convocar para hoy al economista y exfuncionrio del Fondo Monetario Internacional, FMI, Carlo Cottarelli, a quien propondrá la formación de gobierno técnico de transición.
De 64 años, ha ocupado importantes cargos en el FMI y es conocido como "el señor Tijeras" por los recortes aplicados en 2013 cuando era comisario para la reducción del gasto público a pedido del entonces primer ministro de centro-izquierda, Enrico Letta.
El sucesor de Letta, Matteo Renzi, lo nombró director ejecutivo de la organización financiera para Italia, Grecia y Malta, entre otros países, un cargo que dejó en octubre de 2017.
Desde entonces es el responsable del Observatorio para las Cuentas Públicas, y como tal, ha lanzado varias advertencias sobre el alto costo de los programas económicos del Movimiento 5 Estrellas (M5E, antisistema) y de la derechista Liga de Matteo Salvini.
La ira de los antisistema
Mattarella, ex magistrado de la Corte Constitucional y parlamentario por años de la Democracia Cristiana, se negó a ceder a las presiones de los dos partidos antisistema.
"El nombramiento del ministro de Economía es un mensaje inmediato de confianza o alarma para los operadores económicos y financieros", explicó a la prensa.
"Solicité para esa cartera a un representante político de la mayoría, que cumpliera con el acuerdo de gobierno (...) y no a alguien que apoyara la salida de Italia del euro", afirmó.
La oposición de Mattarella a Savona generó una ola de indignación y es posible que alimente el clima de críticas a la Unión Europea y a Alemania, como países que se han opuesto a la voluntad de los ciudadanos.
"Inútil que se vote en Italia. Los gobiernos los deciden los lobbys financieros", reaccionó Luigi Di Maio, líder del M5E.
"Somos un país con una soberanía limitada", protestó por su parte el líder de la Liga, Matteo Salvini.
El líder de los indignados anunció que pedirá ante el Parlamento la "destitución" de Mattarella por violar el artículo 90 de la Constitución, es decir por "alta traición" al vender Italia a los intereses de potencias extranjeras.
"Aquí gobiernan las agencias de calificación, los lobbies financieros, los bancos, los de siempre", clamó anoche, de nuevo, Di Maio en un videomensaje.
"Queríamos eliminar la ley de pensiones y dar dignidad al trabajo; también bajar los impuestos, que es lo contrario de lo que quieren en Bruselas. También frenar una invasión de inmigrantes en toda regla", lanzó Salvini, abriendo de hecho la campaña electoral.
Así las cosas, se espera que hoy Cotarelli se reúna con el presidente Mattarella y, de seguro, el país comenzará a transitar el camino para unas nuevas elecciones, prorrogando así el bloqueo y la incertidumbre política. A hoy, lo único cierto, es que el mandatario italiano plantó cara al movimiento fundado por el cómico Beppe Grillo y al disidente del berlusconismo, la otrora Liga Norte./Redacción internacional con AFP