Si contra todo pronóstico ganó la Presidencia de Argentina, el autodenominado libertario ha tenido en sus primeros seis meses de gobierno varios logros puntuales (frenar la galopante inflación, el gasto público y encadenar tres meses de superávit financiero) y una victoria parlamentaria tan impensable como decisiva para revivir la economía: la aprobación a su ambiciosa Ley Bases.
Pese a ser minoría en el Congreso, pero gracias a su insistencia con base en consensos, al punto que la ley aprobada sufrió un gran tijeretazo tras el rechazo inicial, el mandatario libertario tiene hoy, tan solo seis meses después de llegar al poder, una herramienta clave para implementar sus impopulares y necesarias reformas que sacarán de ‘cuidados intensivos’ a la economía argentina, a donde lo llevaron los gobiernos de izquierda de los últimos años.
Ello lo reconocen analistas como Juan Negri, director de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires, quien dijo que “la Ley Bases definitivamente es un éxito para un gobierno con el 10 % de las bancas que logra una ley tan ambiciosa", pero advirtió que, conseguido el objetivo, "entraremos en un momento en el cual al gobierno se le van a empezar a pedir resultados”.
El mandatario libertario calificó: “La Ley Bases es un hito histórico y monumental (...) empieza una nueva etapa”, reiterando su compromiso de sacar a la economía argentina de los ‘cuidados intensivos’ a la que la llevaron décadas de gobiernos izquierdistas.
En entrevista al Canal LN+, dijo que la iniciativa aprobada permitirá que el país escale en el índice de PIB per cápita, alcanzando unos niveles próximos a Alemania, Francia o Italia, y anticipó que impulsará nuevos cambios. “La consolidación fiscal está en marcha, ya pasó la etapa del déficit cero, ahora vamos a la etapa de la emisión cero, se viene el cambio de régimen monetario”.
Así apuntó que pasa de la etapa de déficit cero a la etapa de emisión cero, encaminándose a un sistema en el que la base monetaria sea amplia y no varíe. "No se va a emitir más", manifestó Milei, quien ha explicado que la utilización de un tipo de cambio u otro dependerá del estado de monetización en el que se encuentre la economía.
Posteriormente, el portavoz del Gobierno, Manuel Adorni, aclaró esta propuesta: el régimen monetario va a ser "el de la liberalización total" o de libre elección de la moneda, para que los argentinos puedan escoger en qué moneda quieren comprar, vender o manejarse "en lo cotidiano".
Este nuevo régimen vendría acompañado de una reforma del sistema financiero, lo que permitirá abrir "una nueva etapa" en Argentina. Asimismo, preguntado sobre la preferencia del Gobierno por una única moneda, Adorni señaló que eso no va a pasar, sino que van a dejar la elección "a criterio de cada argentino".
En Argentina rige desde 2019 un sistema de control de divisas, con varios tipos de cambio. Tras una maratónica jornada que concluyó en la madrugada del viernes, el Congreso aprobó por 147 votos a favor y 107 en contra el paquete que le otorga a Milei facultades extraordinarias por un año, además de facilidades para la inversión extranjera, flexibilización de leyes laborales y la autorización para privatizar una decena de empresas públicas, entre otros cambios. También consiguió el aval para ampliar la base de contribuyentes del impuesto a las ganancias.
"Vamos a dar al gobierno del presidente Milei las herramientas para que pueda reformar el Estado de una vez y para siempre", dijo el jefe del bloque oficialista, Gabriel Bornoroni, en su discurso de cierre.
El Fondo Monetario Internacional, con el cual Argentina tiene un acuerdo crediticio por 44.000 millones de dólares, saludó la aprobación de la legislación. "Su objetivo es mejorar la calidad de la consolidación fiscal, seguir reduciendo la inflación y apoyar la recuperación económica", escribió en la red X la portavoz Julie Kozak.
Argentina atraviesa una fuerte recesión económica con una caída del producto bruto interno del 5,1 % en el primer trimestre de este año, la inflación en 280 % interanual en mayo y la mitad de la población en la pobreza.
En este escenario, el presidente dijo que "se viene la segunda etapa de (su) gobierno", en el que prometió "terminar definitivamente con el problema de la inflación".
Respecto a la dolarización que había definido como objetivo durante su campaña, el mandatario dijo que se dará "naturalmente", con base en "la competencia de monedas".
Tras haber obtenido las leyes que reclamaba, al gobierno le urge mostrar logros económicos para preservar un apoyo que, pese a la recesión, aún está en torno al 50 %, según sondeos.
Desde que Milei asumió en diciembre pasado, el faro de su gobierno fue conseguir equilibrio fiscal, lo que obtuvo al cabo del primer trimestre, cuando registró superávit financiero, el primero desde 2008.
Más allá de la victoria política, este espaldarazo del Congreso y el apoyo ciudadano que se mantiene por encima del 50 % implican nuevos desafíos para el economista libertario al mando en la implementación de su hoja de ruta para devolver la prosperidad al país austral.
"Si el gobierno empieza a perder popularidad, la oposición dialoguista va a empezar a mostrar mucha más resistencia", alertó el analista Negri, quien sin embargo destacó que la ciudadanía mantiene la esperanza de un cambio real y que fue advertida por Milei, desde el día en que tomó la dirección de la Casa Rosada, que iban a ser meses de sacrificios, pero que luego la situación comenzaría a cambiar.
Para Gabriel Vommaro, director de la maestría en Sociología Política de la Universidad Nacional de San Martín, "la gran duda de ahora en más es si, terminada esta instancia de darle las reformas, puede empezar un momento de tensión política".
El analista político Carlos Germano, director de la consultora Germano y Asociados, consideró que “conseguir la primera ley es de suma importancia política, pero ahora el gobierno tiene nuevos desafíos... Se trata de un momento bisagra. Acá hay un límite, a partir de ahora empieza un escenario político completamente diferente".
"Milei tendrá que ser mucho más presidente de la República, dejar de potenciar al personaje que le permitió llegar hasta aquí", dijo, al vaticinar que "esa oposición dialoguista, para no diluirse, tendrá que cambiar abruptamente lo que vino haciendo hasta ahora".
El diputado Óscar Agost Carreño, parte de un bloque opositor que acompañó la iniciativa oficialista, afirmó en el debate: "Vamos a darle las herramientas al gobierno, porque creemos que tiene que resolver lo que no pudo hasta hoy”.
Eso es lo que hará el gobierno de Argentina para continuar, lento pero seguro, el plan para recuperar la economía, llevarla al crecimiento y atraer la inversión extranjera. Ello requerirá de medidas impopulares. Y la capacidad que tenga para gestionar las tensiones no sólo evitará interrupciones significativas en la actividad económica y mantener la estabilidad social mientras se implementan las reformas estructurales necesarias.