La ciudad de Iquique, en el norte de Chile y cerca de la frontera con Bolivia, vivió una segunda jornada de agitación con bloqueos en sus accesos y cierre de su aeropuerto, en protesta contra el incremento de la delincuencia que algunos asocian a la inmigración de indocumentados.
Decenas de camiones bloquearon los principales accesos de Iquique, en la región de Tarapacá (a unos 1.800 km al norte de Santiago), y que desde fines de 2019 recibe miles de inmigrantes indocumentados que cruzan la agreste frontera entre Chile y Bolivia por pasos clandestinos.
La mayoría de los inmigrantes son ciudadanos venezolanos en condiciones de pobreza extrema. Quienes cruzan con más recursos económicos y familiares en Chile llegan hasta ciudades del sur o la capital, pero los más desamparados instalan campamentos en plazas y playas de esta ciudad.
”Informamos que debido al paro de actividades que ocurre en Iquique se han suspendido temporalmente las operaciones tanto de salida como de llegada al aeropuerto Diego Aracena. Esta suspensión se mantendrá hasta que se levante el bloqueo del acceso al personal de las líneas aéreas y del terminal”, indicó un comunicado de la terminal aérea de la ciudad.
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La golpiza que siete venezolanos propinaron a dos policías en Iquique la semana pasada causó indignación en la población de esta ciudad y unas 4.000 personas salieron a protestar lanzando gritos xenófobos para denunciar que la masiva presencia de inmigrantes indocumentados aumentó la delincuencia y la inseguridad en la ciudad.
Esa protesta acabó con un venezolano herido y un campamento de extranjeros desalojado a la fuerza, en imágenes que se repiten desde septiembre del año pasado, cuando en otra manifestación contra la migración excesiva se quemaron las pertenencias de familias venezolanas.
“Hay delitos a los que no estábamos acostumbrados, como el sicariato y los secuestros, y hoy desgraciadamente se están presentando en la zona (…) Los delitos siempre han existido; lo que ha habido es un aumento de la violencia”, dijo Raúl Arancibia, fiscal de Tarapacá, a la radio local Cooperativa.
La Policía chilena indicó que en la actualidad al menos unos 200 extranjeros cruzan diariamente la frontera entre Bolivia y Chile por pasos clandestinos para llegar hasta la localidad limítrofe de Colchane, a unos 237 km de Iquique.
En medio de la pandemia de coronavirus y con fronteras cerradas esta situación migratoria salió del control de las autoridades chilenas y fue empeorando desde febrero 2021.