GUERRA ‘subsidiaria”, por delegación o proxy war, el conflicto bélico en Ucrania parece ‘sin fin’ ante la radicalización de sus actores (directos e indirectos) y sube el nivel de alerta global por la decisión rusa de suspender su participación el tratado de desarme nuclear.

Tres décadas después del fin de la Guerra Fría, se reedita esta amenaza con el ‘operativo militar especial’ que Rusia inició en el país vecino el pasado 24 de febrero y que llevó a la consolidación inmediata de un ‘frente’ occidental, encabezado por Estados Unidos, en pro de defender la soberanía y frenar los ‘planes expansionistas’ del Kremlin, según han reiterado sus líderes.

Por la constante y cada vez más sofisticada entrega de armamento a Ucrania, así como la millonaria ayuda financiera, Rusia ha calificado este conflicto como una ‘guerra proxy’ en su contra, que literalmente significa un enfrentamiento geopolítico entre dos potencias ‘en cuerpo y territorio ajeno”.

El discurso del presidente Vladimir Putin sobre el estado de la Nación ratificó esta visión, tanto por sus anuncios, la ratificación de sus objetivos y las duras críticas a Occidente, que obviamente fueron rechazadas por varios de sus líderes, entre ellos el presidente norteamericano Joe Biden, que las calificó de “absurda” y el jefe de la Otan, Jens Stoltenberg, que instó al Kremlin a reconsiderar su retiro del tratado New Start.

Estos son los acápites más importantes del extenso discurso de Putin.

“Los culpables”. El mandatario ruso insistió en que Occidente es “el culpable de la guerra en Ucrania y nosotros estamos tratando de detenerla”. Agregó que Moscú no solo se vio forzado a la “operación militar especial” por la insistencia de la Otan de ampliarse hacia el este, amenazando su seguridad nacional al otro lado de la frontera, sino que "está usando la fuerza para poner fin", matizando que “hemos ha hecho todo lo posible para solucionar el conflicto de forma pacífica". "Hicimos todo lo posible para resolverlo. Mantuvimos pacientemente negociaciones para una solución pacífica a este grave conflicto, pero a nuestras espaldas preparaban otro escenario". También aseguró que Ucrania y la región del Donbás, en el este del país, "se han convertido en un símbolo de auténticas mentiras", refiriéndose a la "hipocresía" de Occidente por "retirarse de acuerdos fundamentales y expandir la Otan".

‘Invencibles’.  En este sentido recalcó que es "imposible derrotar a Rusia en el campo de batalla" y sostuvo que "vamos a resolver paso a paso, cuidadosa y sistemáticamente, los objetivos que tenemos ante nosotros", no sin antes insistir en que la guerra está azuzada por la coalición. Arremetió contra la presencia militar de Estados Unidos en todo el mundo. "Ningún país tiene tantas bases militares como ellos solo hay que mirar un mapa" y denunció que Occidente se ha gastado 150.000 millones de dólares en ayudar a Kiev". Así mismo ratificó que Rusia "responderá con firmeza al envío de armas de mayor alcance a Ucrania" dado los intentos de "provocar la desintegración" de Rusia. Tras alertar de que "el flujo de dinero para la guerra no cesa", lamentó que se incite a otros países a participar en el conflicto. "Todo esto es para que nos olvidemos de lo que Occidente ha hecho durante las últimas décadas. (...) Occidente lucha contra nosotros militar, propagandística y económicamente, pero no han logrado resultados por ahora", sostuvo.

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Excusa. En esa línea resaltó que los conflictos impulsados por países occidentales han dejado miles de muertos y millones de refugiados, algo que "quieren que olvidemos…Con tantas víctimas y tragedias, Occidente no presta atención. Están robando, hablando de democracia. Quieren imponer sus valores totalitarios". Y señaló que “así es como "buscan ocultar su propia corrupción, sus propios problemas" e instó a no olvidar que "en los años 30, Occidente abrió el camino a los nazis en Alemania". "Ahora está reconvirtiendo este proyecto en Ucrania. Este proyecto tiene sus raíces en el imperio austrohúngaro con una única idea, la de quitar y romper los lazos de nuestro país con territorios históricos, como Ucrania", dijo. Putin recordó que “los países occidentales apoyaron el sangriento golpe de Estado de 2014 en Ucrania y nadie presta atención a esto porque les da igual con tal de luchar contra Rusia. Están dispuestos a utilizarlo todo, hasta al mismísimo diablo".

No al New Start. Argumentando todas estas razones, al igual que el intento de ‘destruir” a Rusia con unas sanciones que dijo “no han funcionado”, Putin dijo que se ve forzado a suspender el tratado de desarme nuclear New Start, elevando la amenaza de que esta guerra sin fin escale hasta el impensable peldaño nuclear. El tratado, de 2010, es el último que mantienen Washington y Moscú para evitar una escalada nuclear, pero se ha debilitado en los últimos años con acusaciones mutuas de incumplimiento. El acuerdo obliga a los dos antiguos rivales de la Guerra Fría a tener un máximo de 1.550 ojivas nucleares desplegadas cada uno, lo que supone un recorte de cerca del 30% respecto al límite establecido en 2002, y un máximo de 800 lanzadores y bombarderos. Y aunque este fue el anuncio, horas después la cancillería rusa indicó que “se mantendrá el enfoque responsable y se respetará respetando rigurosamente, durante la duración del tratado, las limitaciones cuantitativas de las armas estratégicas ofensivas".

Proyecto antirrusia. En otro aparte de su intervención expresó que la guerra ha convertido al pueblo ucraniano en "un rehén de Kiev y de los occidentales" y que el "proyecto anti Rusia es un proyecto revanchista que ha llevado a la creación de grupos de conflicto cerca de nuestra frontera". Hizo hincapié en que "Occidente se esfuerza por llevar el conflicto a una dimensión global" y destacó que el aumento de la violencia "ha sido provocado por las élites occidentes y el régimen de Kiev, que es también culpable…Es un régimen que ya no sirve al pueblo sino a terceros países".

Patria y economía. El presidente agradeció a los rusos su "valentía y coraje", garantizó que "se acelerará la reconstrucción de las nuevas regiones rusas" y defendió que el país "no solo lucha por sus intereses sino por la idea de que en el mundo contemporáneo no cabe una división de este tipo". Al mismo tiempo anunció la creación de un fondo de apoyo a los veteranos de guerra y las familias de los caídos durante la invasión y un ambicioso plan de innovación en las Fuerzas Armadas que "superarán a las de otros países". En cuanto a la economía dijo que las sanciones “no están funcionando” y prueba de ello son los recientes indicadores como el PIB que se contrajo 2.1%, menos de lo previsto.

Destruir identidad. De otra parte, alertó sobre las "mentiras" de los líderes de la comunidad internacional a las "generaciones jóvenes", señalando que "modifican factores históricos, atacan nuestra cultura, nuestra iglesia ortodoxa. Destruyen las familias, quieren destruir la identidad". Y, en tal sentido, enfatizó que en Occidente “la pedofilia se convierte en una norma de su vida y los sacerdotes están obligados a bendecir matrimonios homosexuales. Viene en las escrituras sagradas de todas las religiones. La familia es una unión de hombre y mujer. Pero estos textos sagrados, en estos momentos, son cuestionados”. 

No atacaremos a Rusia: Biden

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respondió que "Ucrania nunca será una victoria para Rusia" y que Occidente no tiene la intención de atacar a Moscú.

"Le hablo una vez más al pueblo de Rusia. Estados Unidos y las naciones de Europa no buscan controlar o destruir a Rusia. Occidente no estaba conspirando para atacar a Rusia, como dijo hoy Putin", sostuvo el mandatario estadounidense desde Polonia donde también condenó “la brutalidad de Moscú que ha cometido crímenes contra la humanidad sin vergüenza ni escrúpulos. Han atacado a civiles con muerte y destrucción, han usado la violación como arma de guerra".

Enfatizó que "es el apetito de los autócratas a los que hay que oponerse: no, no no. No, no te vas a quedar con mi país", sostuvo Biden, agregando que "un dictador nunca podrá acabar con el amor de la gente por la libertad" y que las naciones de todo el mundo no aceptarán "un mundo gobernado por el miedo y la fuerza".

De otra parte reiteró que "no debe haber ninguna duda: nuestro apoyo a Ucrania nunca flaqueará, la Otan no se dividirá y no nos cansaremos de mantener esa postura”.