Los refugiados y migrantes sufren una violencia extrema, abusos y explotación en la ruta por África para llegar hasta el Mediterráneo y se estima que esta travesía es más mortal que el cruce del mar, alertó este viernes la ONU en un informe.
"En este viaje, a nadie le importa si vives o mueres", es el título de un reporte realizado por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y la organización Mixed Migration Centre.
Los autores del reporte estiman que en las rutas terrestres por África "mueren el doble de personas" que en la travesía para cruzar el Mediterráneo central hacia Europa, donde se han registrado cerca de 800 muertos desde principios de año.
Los autores del informe reconocen que hay una dificultad para realizar proyecciones debido a la falta de datos, pero advirtieron que cada año, miles de personas mueren en esta peligrosa ruta.
Los expertos entrevistaron a más de 31.000 refugiados y estimaron que "las muertes de refugiados y migrantes en el desierto son el doble de las que se producen en el mar".
Tortura y secuestros
Vincent Cochetel, emisario especial de ACNUR para el Mediterráneo central y occidental, señaló que todos los migrantes que cruzan el Sáhara reportan que vieron cadáveres en el camino.
"Todas las personas que cruzan el Sáhara tienen a alguien que conocen y que murió en el desierto", declaró.
Los migrantes están expuestos a la tortura, los secuestros, el tráfico de personas, la violencia sexual, las detenciones arbitrarias y las expulsiones colectivas, denunció el informe.
Pese a los "horrores inimaginables a los que se enfrentan las personas en algunos países de la ruta", el informe destacó que hay un aumento de la cantidad de personas que se lanzan en esta ruta, en parte debido al deterioro de la situación en muchos países del Sahel, en el Cuerno de África y en el este, pero también debido al impacto del cambio climático y los desastres naturales.
Robo de órganos
No hay estadísticas fiables del flujo de personas por África, pero ACNUR destacó que las llegadas de personas a Túnez se triplicaron entre 2020 y 2023.
Del análisis de las entrevistas, los expertos destacaron que casi cuatro de cada diez migrantes declararon que sufrieron violencia física durante el viaje.
Cochetel estimó que además "cientos" de personas fueron víctimas del tráfico de órganos.
Algunos vendieron sus órganos por desesperación, pero "en la mayoría de los casos, las personas fueron drogadas" y no dieron su consentimiento.
"Se despiertan sin un riñón", afirmó.