El Senado estadounidense votó el jueves a favor de mantener la financiación de las agencias federales, en un primer paso para evitar un cierre parcial del gobierno que debe completarse con la aprobación de la Cámara de Representantes en cuestión de horas.
Con el dinero para muchos departamentos a punto de agotarse después de las 23H59 locales del viernes en Washington, la cámara alta liderada por los demócratas aprobó un proyecto de ley que mantiene las luces encendidas hasta al menos el 1 de marzo.
La Cámara de Representantes debe votar ahora el mismo texto y, si lo aprueba, lo enviará a la mesa del presidente Joe Biden para su promulgación antes de la medianoche del viernes.
De lo contrario, miles de funcionarios, entre ellos miles de controladores aéreos, se verían obligados a un despido técnico.
El Congreso estadounidense está bajo presión para evitar el famoso "cierre" parcial del gobierno, sobre todo teniendo en cuenta que una tormenta de nieve podría llegar a Washington el viernes y la Cámara de Representantes ya ha cancelado las votaciones previstas para ese día.
El proyecto de ley permitirá al gobierno seguir financiando el gasto estatal hasta principios de marzo, lo que dará tiempo al Congreso para acordar un presupuesto más amplio y los detalles del gasto.
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La incapacidad recurrente del Congreso para aprobar un presupuesto para el año fiscal (que comenzó hace cuatro meses) ilustra la naturaleza disfuncional del aparato institucional estadounidense.
A menudo se recurre a medidas de financiación adoptadas por periodos cortos para evitar la parálisis presupuestaria.
El texto votado el jueves fue objeto de agrias negociaciones entre los republicanos, que tienen mayoría en la cámara baja, y los demócratas, que tienen mayoría en el Senado.
Se espera que decenas de miembros republicanos pertenecientes al ala ultraconservadora voten en contra de la medida temporal en la Cámara de Representantes. Sin embargo, el previsible apoyo de los miembros demócratas debería permitir la adopción de la medida.
El desacuerdo entre ambos partidos se centra en las partidas de gasto.