Theresa May, primera ministra del Reino Unido, y un alto funcionario de inteligencia intentaron ocultar información sensible al exsecretario de asuntos exteriores, Boris Johnson.

Downing Street y los funcionarios encargados de la inteligencia británica tenían serias preocupaciones que Johnson, quien fue secretario de asuntos exteriores en 2016, no fuera capaz de mantener la confidencialidad de cierta información sensible, según afirmó un reportaje de BBC.

Al parecer, el Gobierno celebró reuniones privadas y discutió temas delicados sin invitar a Johnson debido a la falta de confianza de May en la capacidad de Johnson para mantener la reserva de cierta información.

Las tensiones entre Johnson y May aumentaron desde que Johnson, siendo alcalde de Londres y May secretaria del interior, reveló información confidencial antes de que se hiciera pública, algo que molestó bastante a la primera ministra.

Estos intentos para restringir el acceso de Johnson se hicieron para "controlar el pánico" por parte del gobierno, más que por una falta de confianza entre los dos. La decisión demuestra el cambio político que ha tenido el ejecutivo para tener cada vez más control de la seguridad nacional.

Johnson, quien es el candidato favorito del partido conservador para reemplazar a May como primer ministro, ha rechazado estas declaraciones y asegura que tuvo acceso a toda la información que necesitó cuando fue secretario de asuntos exteriores.

Por otro lado, Downing Street afirmó que el gobierno no hará ninguna declaración sobre temas de cuestiones de inteligencia y que la decisión de May de seleccionar a Johnson como parte de su gabinete ministerial demuestra la confianza que le tiene.

"Es un hecho que la decisión del primera ministra fue designar a Boris Johnson como secretario con pleno conocimiento de todas las responsabilidades que eso conlleva. Hizo un buen trabajo como secretario de asuntos exteriores cuando estuvo a cargo", indica el comunicado de Downing Street.