Trump amplía ventaja en cinco estados bisagra | El Nuevo Siglo
El candidato republicano Donald Trump no solo ha mantenido su base electoral sólida sino que la amplió notablemente./AFP
Viernes, 1 de Noviembre de 2024
Redacción internacional

DE PRONÓSTICO reservado y de alto interés global es la elección presidencial estadounidense de este martes 5 de noviembre entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, devenida a última hora como candidata ante la imparable caída de Joe Biden en la intención de voto.

Como ocurre en esta elección, cada cuatro años, es previsible el mayoritario comportamiento de los votantes en más de 40 de los 50 Estados que componen la unión americana, mientras que en un puñado de ellos es variable. De allí que se definan como los ‘estados bisagra’ “pendulares’ o ‘swing states’ y son los que a última hora deciden el ganador.

Aunque no siempre son los mismos, por ejemplo, en las elecciones del 2.000 fue Florida el que definió el vencedor (George Bush) y más recientemente Georgia, que en la pasada presidencial dio el triunfo a Joe Biden, se catalogan en ese contexto clave siete estados, que eligen un total de 93 de los 538 miembros del Colegio Electoral, el órgano encargado de oficializar la fórmula ganadora que, como se sabe, es la que haya obtenido la cifra mágica de 270 compromisarios.

Los estados “bisagra” no se inclinan claramente hacia uno u otro partido, a diferencia de los otros estados que ya se consideran favorables a los demócratas (California o Nueva York, por ejemplo) o a los republicanos (Texas o Florida, entre otros).

Como no importa quién ganó la mayoría de los votos en todo el país, el único que cuenta es el resultado en cada estado, el candidato más votado en cada uno de ellos gana todos sus electores (excepto en Nebraska y Maine).

Para la elección de este 5 de noviembre, todas las encuestas pronostican un cerrado duelo entre Tump y Harris en siete estados claves: Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Arizona. Por ello, los aspirantes a la Casa Blanca han concentrado desde hace dos meses su actividad política en todos ellos.

Desde antes del enroque político demócrata, el cambio de Biden por Harris, el republicano mostró un sostenido repunte en la intención de voto en esas volátiles zonas electorales, ubicándose primero en todos ellos con una diferencia que oscila entre 0.1% y 2.7%. Y tras una actividad frenética en la que involucró a los pesos pesados del Partido Demócrata (Barack Obama, Michelle Obama, Bill Clinton y Hilary Clinton, entre otros), Harris logró al cierre de esta semana una mínima diferencia a su favor en Wisconsin (0.3%) y Michigan (0.8%), según el promedio semanal de todas las mediciones realizado por Real Clear Politics.

Sin embargo, esa misma media evidencia que Trump incrementa su ventaja en los otros cinco estados bisagra, especialmente en Arizona y Georgia; así mismo que continúa primero en la intención de voto nacional y en el Colegio Electoral, donde según Real ClearPolitics conseguiría ahora mismo 287 votos electorales, mientras que Harris se quedaría en 251.

La ventaja de Trump en estados como Georgia (+2,6 puntos por delante de Harris) o Arizona (+2,4) contrasta sin embargo con lo ajustado de la carrera en Pensilvania, un estado cada vez más crucial por los 20 votos que aporta, y donde ahora mismo solo 0,3 puntos porcentuales separan a Harris del candidato republicano.

En lo que al porcentaje de voto nacional se refiere, Trump ha pasado a encabezar la carrera por una ligerísima ventaja de 0,3 puntos por delante de Harris. El candidato republicano obtendría un 48,4 por ciento de las papeletas por un 48,1 por ciento de Harris.

afp

Estos son los antecedentes y la situación de ambos candidatos (con corte al viernes 1 de noviembre) en los ‘estados bisagra’, según las encuestas que dejan entrever la caída del “muro azul” que hace cuatro años levantó Biden:

1. Arizona. En la antesala de la jornada electoral, el republicano Trump consigue 49.2% en la intención de voto frente a 46.9% de su competidora Harris. Hace cuatro años, Bisen se hizo a los 11 votos electorales que allí se disputan por una escasísima diferencia de 0.3% frente a Trump. En esta tierra del Gran Cañón, los latinos son una población considerable y factor decisivo en las urnas. Recientes sondeos coinciden en señalar que gran parte de ellos -contrario a la contienda pasada- votarán por Trump y, sin duda, la adhesión del excandidato RFK Jr. ha jugado a su favor. Vale recordar que cuando se retiró de la contienda este miembro del Clan Kennedy (finales de agosto) tenía un apoyo de 17% de los encuestados.

2. Georgia. Como en Arizona, con esa mínima ventaja de 0.3%, Biden sumó los 16 grandes electores en la elección pasada y Trump denunció fraude, por lo que exigió un recuento de votos, especialmente en el condado de Fulton. Esa situación derivó en un proceso penal en su contra por presuntamente haber intentado revertir el resultado electoral. Le imputaron delitos como asociación delictuosa, declaraciones falsas y presión a funcionarios públicos para que violaran su juramento al cargo. Por ello fue fichado en el distrito judicial de Fulton y su juicio está en suspenso. En esta región conservadora del llamado sur profundo y Cinturón Bíblico, el promedio de encuestas da para el martes un 49.3% a Trump y 46.7% para Harris.

3. Michigan. Al igual que Pensilvania, este bastión demócrata -y sus 15 grandes electores- fueron parar a Trump en 2016, para sorpresa de todos, frente a Hillary Clinton. Biden lo reconquistó en 2020. En esta cuna de la industria automovilística, también en declive, Harris ha recibido un fuerte apoyo del principal sindicato del sector (UAW), pero no de los numerosos votantes árabes-estadounidenses o musulmanes indignados por el apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra de Gaza. Trump apuesta en particular por el costo de la vida para movilizar a la clase media contra Harris, que se presenta como la heredera de un mandato de Biden marcado por la inflación. Es uno de los dos estados donde la demócrata saca una ligera ventaja: 48.3% frente a 47.5%.

4. Nevada. Este estado del oeste de Estados Unidos con seis grandes electores, conocido por sus casinos, no ha votado por un republicano desde George Bush en 2004. Pero los conservadores creen que pueden conseguirlo gracias en parte a la población latina, parte de la cual se distancia de los demócratas. Los partidarios de Harris esperan que la llegada de nuevos habitantes (empleados más jóvenes y mejor formados que suelen proceder de la vecina California para trabajar en el sector tecnológico o en la transición energética) jueguen a su favor. A hoy las encuestas dan 48.5% a Trump frente a 47.6% de la vicepresidenta candidata.

5. Pensilvania. Quizás el estado más codiciado con sus 19 grandes electores. Trump ganó por la mínima en 2016 y Biden se impuso en 2020 también por escaso margen. En este estado en decadencia industrial, los obreros tienden a dar la espalda a los demócratas. Y aunque Harris cuenta con los grandes proyectos de infraestructuras lanzados por el presidente Biden y con el apoyo de los sindicatos, la ventaja es para Trump (48.3%) frente a la su competidora (47.8%).  Las grandes ciudades de Filadelfia y Pittsburgh se inclinan por ella, mientras que la población rural cierra filas tras el republicano.

6. Wisconsin. Es otro de los estados donde a hoy lidera Harris con una escasísima diferencia (0.3%). En la pasada disputa presidencial, Biden se impuso con 49.5% de los votos frente a 48.8% de Trump. Junto con Pensilvania y Michigan, es el tercer estado que resquebrajó el "muro azul" en 2016, un bloque de una veintena de estados considerados firmemente demócratas. Hillary Clinton perdió sus diez grandes electores, que Biden recuperó en 2020. Como muestra de la importancia del estado para ellos, los republicanos celebraron allí su convención en julio, en Milwaukee.

7. Carolina del Norte. Fue el único estado bisagra ganado por Trump hace cuatro años y espera repetir. Sin embargo, al igual que en Georgia, Harris cuenta con los afroestadounidenses (en torno al 20% de la población) y los jóvenes para ganar los 16 grandes electores en juego. Aunque los demócratas se esforzaron por aumentar el número de votantes registrados con la esperanza de mejorar la participación, las encuestas dan una ventaja de 1.5% al líder conservador (48.8 vs. 47.3%).