EN LAS ANTÍPODAS políticas e ideológicas, la inesperada violencia política que pasó de la violencia a los tiros con el atentado al exmandatario republicano Donald Trump el sábado en Pensilvania, unió a este líder conservador y al presidente demócrata Joe Biden en un llamado al país: “unidad para impedir que gane la maldad”.
Cuando en la retina mundial permanece la imagen de Trump ensangrentado, con el puño en alto y la bandera estadounidense de fondo siendo evacuado del atril en Butler donde acababa de comenzar su discurso, los dos contendientes por la Casa Blanca en las elecciones de este 5 de noviembre, instaron a los ciudadanos a la calma y a evidenciar la fortaleza que los caracteriza en momentos difíciles.
"Solo Dios impidió que ocurriera lo impensable", dijo sobre lo cerca que estuvo de su cabeza la bala disparada por Thomas Matthew Crooks, de 20 años, quien fue abatido por el Servicio Secreto luego que disparara desde una zona alta fuera del lugar de concentración al aire libre, ataque que segó la vida de un exbombero de 50 años quien se abalanzó sobre su familia para protegerla y recibió un tiro en la cabeza.
En mensaje a la Nación, anoche el presidente Biden, instó a "bajar la temperatura" de la política tras el intento de asesinato contra Trump, enfatizando que la política no debería ser "un campo de la muerte".
Las elecciones, dijo, serán un "período de prueba" tras el intento de acabar con la vida del magnate republicano, quién resultó herido en una oreja.
Tanto Biden como Trump habían llamado a lo largo del domingo a la "unidad" en una nación políticamente polarizada.
"La unidad es el objetivo más difícil de alcanzar de todos, pero nada es más importante que eso en este momento", dijo Biden en breve declaración desde la Casa Blanca, flanqueado por la vicepresidenta Kamala Harris y su jefe de seguridad nacional.
El llamado estuvo en la misma línea que en la mañana del domingo hizo Biden a través de su plataforma Truth Social, donde escribió: "En este momento, es más importante que nunca que permanezcamos unidos y mostremos nuestro verdadero carácter como estadounidenses, permaneciendo fuertes y determinados e impidiendo que la maldad gane”.
El presidente estadounidense destacó que "En Estados Unidos resolvemos nuestras diferencias en las urnas. Así es como lo hacemos. No con balas. El poder de cambiar a Estados Unidos siempre debe estar en las manos de la gente, no de un posible asesino. El camino a seguir a través de visiones opuestas de campaña debe resolverse de manera pacífica, no mediante actos de violencia”.
Aseveró que "el odio no debe tener ningún lugar donde resguardarse", de forma que ha instado a salir de aquellos lugares en los que "estamos de acuerdo, donde la desinformación es incontrolable, donde actores extranjeros avivan las llamas" de la división "para dar forma a resultados coherentes" con la visión de cada uno.
"Un ex presidente ha sido tiroteado y un ciudadano estadounidense ha muerto mientras simplemente ejercía su libertad para apoyar al candidato de su elección. No podemos, no debemos, seguir este camino en Estados Unidos. La violencia nunca ha sido la respuesta. (...) Sin excepciones. No podemos permitir que esta violencia se normalice", sostuvo.
Horas antes Biden habló telefónicamente con su rival, al que durante la campaña ha acusado de ser una amenaza para la democracia, para interesarse por su estado.
El equipo de campaña del demócrata pausó temporalmente los anuncios de televisión.
Convención Republicana
El magnate neoyorquino llegó anoche a Milwaukee, donde esta semana será coronado candidato presidencial en la Convención del Partido Republicano.
"No tengo ninguna duda de que criticarán mi mandato y ofrecerán su propia visión", manifestó Trump, antes de señalar que mientras estará defendiendo su labor, la democracia, la Constitución y el Estado de derecho.
"Así es como debería funcionar la democracia. Debatimos y no estamos de acuerdo. Comparamos y contrastamos el carácter de los candidatos, los antecedentes, los temas, la agenda, la visión de Estados Unidos", sostuvo.
A lo largo del día se empezaron a conocer detalles del autor de los disparos y de las víctimas del tiroteo, que segó la vida del partidario del republicano Corey Comperatore, un bombero de 50 años que deja esposa y dos hijas.
"Murió protegiendo a su familia de las balas", dijo Biden.
Otros dos asistentes al último mitin de Trump antes de su nominación, resultaron heridos y su estado es "estable". Se trata de David Dutch, de 57 años, y James Copenhaver, de 74, según la policía.
Francotiradores del Servicio Secreto abatieron al joven atacante después de que éste realizó disparos desde un tejado situado a 150 metros del lugar del acto electoral con un rifle "AR 556" comprado legalmente.
El FBI investiga el incidente como "un intento de asesinato" pero no descarta que se trate de "un posible acto de terrorismo interno", dijo Robert Wells, subdirector de la división antiterrorista del FBI.
Algunas personas que lo conocieron describen al joven que intentó matar a Trump como "tranquilo" y "solitario", aunque las autoridades siguen recabando información sobre sus motivaciones.
El padre del tirador, Matthew Crooks, declaró a la CNN que estaba tratando de procesar "lo que estaba pasando".
En su auto, aparcado cerca del recinto ferial del acto electoral, los investigadores encontraron un "dispositivo sospechoso" y estaban analizando su teléfono para intentar comprender las motivaciones del incidente más grave ocurrido en la política estadounidense en décadas.
Teorías conspirativas
Ante las críticas y la incomprensión de que algo así haya podido ocurrir en medio del fuerte dispositivo de seguridad del Servicio Secreto que protege a presidentes y expresidentes, Biden dijo que había ordenado una revisión completa de la seguridad en el mitin, así como en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee.
"Estamos totalmente preparados y tenemos un plan de seguridad integral en marcha, y estamos listos", dijo a la prensa Audrey Gibson-Cicchino, coordinadora del servicio secreto para la convención republicana. Trump estará protegido por el "más alto nivel de seguridad", agregó.
El portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, rechazó las afirmaciones "absolutamente falsas" de que se había denegado protección adicional a Trump antes del mitin del sábado.
El atentado ha desatado teorías conspirativas y acusaciones por parte de los republicanos.
El posible candidato a la vicepresidencia de Trump J.D. Vance dijo que la "retórica" de Biden había "conducido directamente" al ataque contra Trump.
Estados Unidos tiene un largo historial de violencia política y los presidentes, expresidentes y candidatos cuentan con estrictas medidas de seguridad. El presidente John F. Kennedy fue asesinado en 1963, mientras que Ronald Reagan fue tiroteado, pero sobrevivió a un intento de asesinato en 1981.
Líderes políticos y analistas aseguran que si bien este hecho violento impacta la campaña no necesariamente representará un mayor apoyo electoral para Trump. Sin embargo, coinciden en señalar que el beneficio a largo plazo podría tener más que ver con aumentar la participación electoral y garantizar votos que con convertir a los agnósticos.
"Al final, los votantes se calmarán y volverán a su candidato preferido. Pero lo que pasó en (Pensilvania) definitivamente afectará la votación final, garantizando que todos los seguidores de Trump realmente votarán", sostuvo en X el veterano encuestador Frank Luntz.
Cree que el aumento de participación entre los votantes republicanos puede valerle hasta dos puntos en el conteo total a Trump en todo el país, con un impulso más acentuado en Pensilvania, un estado indeciso crucial que Biden debe defender si quiere tener alguna esperanza de ganar en noviembre.