LA Unión Europea mantendrá relaciones con los talibanes más allá de contactos "operativos" en función de su "comportamiento" en cuestiones como el respeto de los Derechos Humanos, especialmente de las mujeres, la libertad de los medios o el acceso que permitan a la ayuda humanitaria.
Así lo explicó el Alto Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Josep Borrell, en una comparecencia sin preguntas en la que dio cuenta de lo decidido por los ministros de Asuntos Exteriores de la UE en su reunión en Eslovenia.
"Para ayudar a la población de Afganistán tendremos que tratar con el gobierno de Afganistán, lo que no significa reconocimiento. Es un contacto operativo y este contacto operativo aumentará en función de su comportamiento", ha explicado el jefe de la diplomacia europea, para después subrayar que los Veintisiete han acordado cinco "parámetros" par "medir" este comportamiento.
La primera de estas condiciones es el compromiso del futuro Gobierno de Afganistán de que el país no se convertirá en "una base de exportación de terrorismo a otros países". Del mismo modo, la UE tendrá en cuenta el "respeto a los Derechos Humanos, en particular de las mujeres, el Estado de derecho y la libertad de los medios".
El tercero de los criterios será la formación de un Gobierno de transición "inclusivo y representativo" tras un proceso de "negociación entre las fuerzas políticas" del país asiático. El bloque también condicionará su relación con los talibanes a que estos permitan la entrada de ayuda humanitaria "respetando los procedimientos y condiciones" europeas para su entrega.
Por último, la profundización de la relación de la UE con los talibanes dependerá del compromiso de los islamistas para permitir la salida del país de ciudadanos extranjeros y afganos "en riesgo".
Además de las condiciones para la futura relación con los talibanes, los Veintisiete han discutido también cómo seguirá apoyando la UE a todas aquellas personas que iban a ser evacuadas antes del 31 de agosto pero finalmente no pudieron entrar al aeropuerto de Kabul.
En línea con lo acordado el pasado martes por sus homólogos de Interior, los titulares de Asuntos Exteriores han pactado que cada Estado miembro decidirá "de manera voluntaria" a cuántas y qué personas amenazadas "están dispuestos a recibir bajo su protección".
Con el objetivo de poder implementar esta segunda fase de la evacuación, los Veintisiete han decidido "trabajar de manera coordinada" a través de una "presencia conjunta en Kabul" que estará gestionada por el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) siempre que "se cumplan las condiciones de seguridad".
"Queremos coordinar la evacuación de las personas que cada Estado miembro esté dispuesto a aceptar y se hará a través de una presencia conjunta en Kabul coordinada por el SEAE", ha señalado el Alto Representante de Política Exterior de la UE.
Por otro lado, y con la intención de coordinarse con otros socios internacionales, los ministros de Exteriores han acordado que el departamento dirigido por Borrell ponga en marcha una "plataforma política de cooperación" con los países vecinos de Afganistán.
Esta plataforma, ha explicado el español, abordará cuestiones como la gestión de flujos migratorios de población desde Afganistán, la prevención de la propagación del terrorismo ola lucha contra el crimen organizado, incluido el tráfico de seres humanos o de drogas.
Entre tanto, ayer otro grupo de mujeres y activistas de la sociedad civil afganas salieron a las calles de Kabul, para reclamar ser incluidas en el futuro gobierno de los talibanes, también en puestos de toma de decisiones, un día después de que se registrara una protesta similar en Herat.