El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indicó que los menores de edad deportados desde Estados Unidos y México son propensos a sufrir traumas por el hecho de haber sido detenidos y separados de sus familiares. En ese sentido, están expuestos de nuevo a la violencia y a la pobreza que viven los países centroamericanos.
Al respecto, la directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Maria Cristina Perceval, explicó que: “migrar es un derecho humano. Sin embargo, el ejercicio de este derecho para miles de niños y niñas en Centroamérica norte y México es una pesadilla”.
Perceval añadió que los menores de edad enviados a sus países de origen por lo general no tienen un hogar al que puedan regresar y por lo mismo son blanco de pandillas.
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Un nuevo informe de la Unicef que analiza los desafíos y peligros que enfrentan los niños y las familias de migrantes deportados desde EEUU y México recalca que el ciclo de éxodo y posterior deportación se convierte en un “círculo de peligro y dolor” que viola el interés superior de los niños.
El documento publicado por la Unicef agregó que, entre enero y junio del 2018, más de 96.000 migrantes -entre ellos 24.198 mujeres y niños- fueron deportados desde Estados Unidos y México.