Las elecciones generales del domingo en Ecuador dejan tres cosas muy claras: la fuerza que mantiene en su país el expresidente Rafael Correa, la marcada división en la izquierda producto de las políticas e influencias de dicho exmandatario y que a la derecha conservadora le faltó ‘olfato’ político para aupar a los anticorreístas.
De las 16 llaves presidenciales que compitieron en la primera vuelta por el poder, quince están abiertamente contra el retorno del exmandatario, sin importar su espectro político. Desde la derecha conservadora con Guillermo Lasso, hasta la del outsider Xavier Hervas, bajo la bandera de la socialdemocracia con el partido Izquierda Democrática se identificaron como anticorreístas.
Todas éstas se enfrentaron más que entre ellas “al que dijo Correa”, el joven economista Andrés Araúz, quien fue el vencedor de la jornada al lograr el 32.13% de los sufragios, una ventaja de más de diez puntos porcentuales sobre su inmediatos competidores, el conservador Guillermo Lasso y el líder indigenista y de la llamada izquierda ambientalista, Yakú Pérez, quienes protagonizan un voto-finish por el segundo cupo para el balotaje del 11 de abril.
Dirigido desde Bélgica, donde evade la condena que le impuso la justicia ecuatoriana y la califica como persecución política, el candidato de Unión por la Esperanza, Araúz, logró enfilar tras de sí a todos los ‘correístas’, mientras que las otras 15 candidaturas facilitaron una dispersión del voto que no sólo se vio en el resultado de la presidencial, sino en la composición de la Asamblea Nacional.
Escrutadas el 97,56% de las actas escrutadas, Pérez, un abogado ambientalista de 51 años, del movimiento indígena Pachakutik, daba la sorpresa con el 19,87% de los sufragios, mientras que el conservador Lasso, de 65 años, registraba un 19,60%, según el Consejo Nacional Electoral (CNE). Y, en otro considerado ‘palo’ electoral, el cuarto lugar era para el empresario Xavier Hervas, con 16.02% de los apoyos.
Con esta mínima diferencia de tan solo 0,27% se frenó el conteo electoral por dos razones: de las 39.114 actas de votación procesadas (97,82%), ya hay 33.644 computadas, mientras que 5.470 deben revisarse porque presentan inconsistencias. Además hay 871 sin procesar, que según explicó un vocero del CNE corresponden a las que no han llegado porque son de sitios de difícil acceso y están en camino, aéreo o fluvial, hacia Quito.
Ante esta situación y el cerradísimo duelo, Pérez denunció un supuesto intento de fraude para excluirlo del balotaje. "Se está confabulando un fraude (...) para impedir que lleguemos a la segunda vuelta, tienen pánico que lleguemos allí”, dijo el líder indigenista al tiempo que aseguró que se han transferido votos suyos a otros candidatos en 15 puntos porcentuales.
Sin señalar quién o quienes estarían tras el presunto fraude, planteó una apertura de las urnas en las tres provincias con mayor electorado, incluida Pichincha, cuya capital es Quito. "La única manera de evidenciar esto es simple: ábranse las urnas", dijo.
Con el escrutinio frenado por los factores anteriormente descritos, uno de los vocales del Consejo Nacional Electoral, José Cabrera, advirtió que se podría tardar "días" conocer enfrentará a Arauz en la segunda vuelta. "El tema todavía llevará varios días, dependiendo de los recursos que presenten las organizaciones políticas, las cuales tienen todo el derecho", dijo el funcionario, quien evitó pronunciarse ante el cerrado duelo por el segundo lugar. Solo agregó que “la diferencia es mínima, de unas décimas y obviamente puede cambiar la situación”.
Se da por descontado que ante este cabeza a cabeza, cualquiera de los dos candidatos presente apelaciones o impugnaciones que deberá resolver el Tribunal Contencioso Electoral, que es quién finalmente tiene la última palabra en el caso de tales dudas.
Pero mientras se define al rival de Arauz, se puede visualizar los dos escenarios posibles: uno con Pérez, que configura un inédito balotaje entre candidatos de izquierda, pero de tendencias marcadamente opuesta. El primero nacionalista y socialista, mientras que el segundo encarna el corte ambientalista, contrario tanto a la explotación petrolera como la minera y que según ha dicho, debe dar paso a “un estado plurinacional, digno, honesto e incluyente”.
La segunda posibilidad es la disputa presidencial entre Arauz y Lasso. Y al igual que la anterior es el pulso del correísmo contra sus ‘anti’, pero con planteamientos ideológicos y programáticos muy disímiles. Es el real pulso entre la izquierda y la derecha, aunque algunos analistas consideran que el candidato conservador ‘carga’ con la poca eficacia del saliente presidente Lenín Moreno, quien tras llegar al poder con el guiño de Correa, viró sus políticas hacia el centro, dando espaldas a la continuidad socialista.
En cualquiera de estos dos panoramas jugarán papeles claves tanto el que quede en tercer lugar como el que se encasilló cuarto, tras concitar un amplio respaldo juvenil: Hervas. Y, finalmente los otros 13 binomios que participaron en la jornada del domingo, ya que todos tienen un común denominador y es evitar el regreso al poder de Rafael Correa, en ‘cuerpo ajeno’.
Bajo esta óptica es más fácil que la unidad nacional la alcancen los que están contra el exiliado mandatario que Arauz, pese a ser el victorioso en la jornada del domingo.
Algunos analistas consideran que la apuesta de Arauz era un gran triunfo en la primera vuelta porque de antemano sabían que se crearía un frente común de los ‘anti’ para la segunda. En esta perspectiva, es poco el margen de acción que tiene el joven economista para sumar apoyos.
Por lo pronto las fuerzas siguen fragmentadas a la espera de la definición del voto-finish. Una vez se conozca quién será el segundo en contienda comenzarán a moverse los ‘hilos’ políticos tras un consenso que permita un gobierno bien del líder ambientalista o del conservador. /Redacción internacional