La erradicación de cultivos ilícitos es la manera más eficaz de combatir la producción de narcóticos. En el país se realiza de dos formas: aspersión con glifosato y manual, con operarios que arrancan las matas. La de más rápidos y mayores resultados es la fumigación. Así es como se han reducido las plantaciones de coca.
Desde su iniciación, la aspersión con el químico ha generado controversia por su presunto efecto tóxico y últimamente, cancerígeno. Es importante confrontar evaluación de diferentes expertos para saber si es realmente tan peligroso.
La directora de la Cámara Procultivos de la ANDI, María Helena Latorre Castañeda, ha expresado que todos los insumos empleados en la agricultura para erradicar malezas y plagas, con antelación son avalados por las instituciones de salud pública y agrícola. Señala que respecto al glifosato, a escala mundial son multitud de plaguicidas que se comercian ‘formulados con esa molécula’. Habrá que profundizar más en estudios para llegar a una conclusión veraz sobre efectos colaterales del glifosato.