En Julio del 2022 la primera imagen que dejó Webb fue tan impactante como sobrecogedora. Mostró la aglomeración de miles de galaxias, ubicadas a 4.600 millones de años luz, en una región conocida como SMACS 0723. La fotografía es la más nítida y profunda que se ha registrado en la historia del Universo.
Nebulosa de Orión
El segundo registro que dejó boquiabiertos a los científicos fue cuando en septiembre mostró la nebulosa de Orión, una pared de polvo y gas denso que se asemeja a una enorme criatura alada con sus fauces iluminadas por una estrella brillante, mientras se eleva a través de filamentos cósmicos.
La nebulosa está situada en la constelación de Orión, a 1.350 años luz de la Tierra, en un entorno similar en el que nació nuestro sistema solar, hace más de 4.500 millones de años.
El planeta Rojo
En septiembre pasado se pudo ver a Marte como nunca antes, pues se tomaron fotografías a través de sensibilidad infrarroja, lo que abrió la puerta a realizar estudios más específicos de los fenómenos que pueden desarrollarse en los astros estudiados.
Pilares de la creación
Más adelante se registraron los pilares tridimensionales de la creación del universo. Estos parecen formaciones rocosas majestuosas, pero son mucho más permeables. Estas columnas están formadas por gas y polvo interestelar frío que, a veces, parecen semitransparentes en la luz del infrarrojo cercano, según explicó la NASA.
Reloj de Arena
Noviembre cuando se logró apreciar una inmensa nube de polvo en forma de reloj de arena en torno a una estrella en formación.
Su luz se filtra, sin embargo, por encima y por debajo del borde de un disco de gases en rotación a nivel de ese "cuello" e ilumina las cavidades dentro del gas y el polvo circundantes. Webb permitió ver con nitidez las nubes, de color azul y naranja, fenómenos que no se habían evidenciado antes y que podrían explicar los cambios del universo.
Galaxias similares a la Vía Láctea
Este año el gigante ojo escrutador reveló galaxias con barras estelares (características alargadas de estrellas que se extienden desde el centro de las galaxias hacia sus discos exteriores), cuando se había estudiado tan solo el 25% del universo.
El hallazgo de las llamadas galaxias barradas, similares a nuestra Vía Láctea, requerirá que los astrofísicos hagan más estudios que pueden desembocar en un ajuste a las teorías de la evolución de las galaxias.