Fue abatido en Caquetá, durante el desarrollo de una operación militar, alias ‘Gildardo Cucho’, “quien pretendía ser parte de la “cuadrilla de narcoterroristas” de alias ‘Iván Márquez’, confirmó ayer el presidente Iván Duque.

Como lo informó EL NUEVO SIGLO, ‘Márquez’ anunció su regreso a las armas.

“Gracias a una labor estratégica, meticulosa, impecable y con todo el rigor, cayó ‘Gildardo Cucho’, cabecilla de esa organización. Este criminal estaba dedicado al narcotráfico, al secuestro, a la intimidación de líderes sociales, y pretendía ser parte de esa estructura amenazante que ayer se presentaba al país como una nueva guerrilla, cosa que no es, porque es una cuadrilla de narcoterroristas”, dijo el Mandatario.

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Duque sostuvo que los disidentes “ya empezaron a recibir mensajes claritos, así como lo hicimos con ‘Jeison Orejas’, con ‘Guacho’, con ‘David’ y con ‘Cadete’ -cabecillas de grupos residuales de las extintas Farc, que cayeron en desarrollo de operativos de la Fuerza Pública-; ahora cae ‘Gildardo Cucho”.

Según el Presidente, alias ‘Gildardo Cucho’ cayó en una operación adelantada por el Comando Conjunto de Operaciones Especiales (Ccoes), la cual fue autorizada por él, como Comandante Supremo de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional.

“Autoricé al Comando Conjunto de Operaciones Especiales (Ccoes) adelantar una operación ofensiva contra esta cuadrilla de delincuentes narcoterroristas, que son residuales de lo que se conocía como las Farc, y que hacen parte de las estructuras criminales que pretenden ahora desafiar a Colombia”, subrayó.

En la declaración, igualmente, hizo un reconocimiento a los militares que participaron en la operación a quienes calificó de héroes de la patria, “en particular a los altos mandos de la Fuerza Pública, por los resultados de la operación en la que cayeron 9 integrantes de las disidencias de las extintas Farc, en el Caquetá. Gracias por responderle a Colombia, y vamos a derrotar a todos los que pretendan con las armas amenazar al país”.

“Se entregan o serán vencidos”

A su turno, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, destacó la operación y reiteró la advertencia del Gobierno a las disidencias “los delincuentes están advertidos: se entregan o serán vencidos”.

El jefe de la cartera había anunciado que “estamos conformando un grupo ordenado por el Presidente con la mejor gente de inteligencia operacional. Aquí hay 230.000 hombres del Ejército 170.000 hombres de la Policía Nacional, más de 30.000 hombres de la Armada Nacional, además de 15.000 de la Fuerza Aérea, que protegen a todos los colombianos quienes pueden estar tranquilos, pues se avanza en someter a los criminales a la justicia y que efectivamente esta les proferirá las condenas correspondientes”.

Botero anunció que el presidente Duque denunciará en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas al presidente de Venezuela Nicolás Maduro, debido al supuesto apoyo que están recibiendo los disidentes de las Farc en ese país.

Advertencia internacional

Amnistía Internacional les recordó a las disidencias de las Farc que “todo grupo de oposición armada está obligado a respetar la vida de los civiles y que debe abstenerse de tomar rehenes. Además, de generarse una situación de conflicto armado, todas las partes en el mismo deben respetar escrupulosamente el derecho internacional humanitario”.

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Así mismo, sostuvo que el acuerdo firmado por la guerrilla de las Farc se concibió para poner fin a un conflicto armado entre las partes de más de 50 años y “que causó la muerte de al menos 220.000 colombianos y colombianas y el desplazamiento interno forzado de casi 7 millones de personas. El posible resurgimiento de grupos guerrilleros como el de las Farc podría profundizar   los niveles de violencia que afectan de manera directa el disfrute de los derechos humanos de la población civil colombiana”.

A juicio de Amnistía internacional las autoridades colombianas “deben cumplir con sus obligaciones internacionales en términos de garantizar verdad, justicia y reparación a las víctimas del conflicto armado poniendo el respeto de los derechos humanos de las víctimas en el centro de cualquier medida o política y manteniendo a salvo a la población civil”.

Narcotráfico y minería ilegal

Según cifras oficiales cerca de 1.800 personas formarían parte de los 23 grupos de disidentes de las Farc que no se unieron al proceso de paz y que están dedicados al narcotráfico y la minería ilegal. La Fundación Paz y reconciliación (Pares) sostuvo que en este momento hay 85 municipios con copamiento ilegal por parte de estructuras criminales que pueden ser asociadas con disidencias.

Pares advierte que las regiones más afectadas por la presencia de estos grupos armados son: el Nudo de Paramillo, que incluye sur de Córdoba, Bajo Cauca, Norte y Nordeste Antioqueño; junto a la región del Catatumbo y parte de la zona metropolitana de Cúcuta; Nariño y Cauca; el sur del Meta, Guaviare y parte del Caquetá; y la Sierra Nevada de Santa Marta.

El jueves varios miembros de la desmovilizada guerrilla de las Farc, entre ellos alias ‘Iván Márquez’, ‘Jesús Santrich’ y ‘El Paisa’, divulgaron un video en el que anunciaron que retomarían las armas y continuarían “la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos de paz de La Habana”.

"La trampa, la traición y la perfidia, la modificación unilateral del texto del acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica, nos obligaron a regresar al monte. Nunca fuimos vencidos ni derrotados ideológicamente, por eso la lucha continúa", sostuvo ‘Márquez’ en la filmación.

Tras el anuncio el presidente del partido Farc, Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, tildó el mensaje de "golpe bajo", pero dijo que "la gran mayoría" de su gente sigue creyendo en la paz.

En una declaración pública, el Consejo Político Nacional del partido Farc, producto de los acuerdos, manifestó “que no comparte ninguno de los términos de dicha alocución. Los acuerdos de paz encarnan la culminación del viejo anhelo del pueblo colombiano por poner fin al conflicto armado y sembrar la esperanza de consolidar definitivamente la paz con justicia social en nuestro país. Proclamar la lucha armada en la Colombia de hoy constituye una equivocación delirante”.