Cambio climático extremo cobra vidas alrededor del mundo | El Nuevo Siglo
Personas llevan sus pertenencias a través de una calle inundada, después de huir de sus casas azotadas por las fuertes lluvias en el área de Sohbatpur, Pakistán.
AFP
Domingo, 28 de Agosto de 2022
Redacción internacional

Una devastadora ola de calor tiene en jaque a buena parte de Europa, a China y a América, pues la misma ha ocasionado varios incendios forestales y una sequía que amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas.

Paralelamente se están presentando fuertes precipitaciones en otras partes del mundo, atribuidas al deshielo del Ártico, y el invierno se prevé que sea tan intenso como fue el verano. Este clima extremo y sin precedentes ha cobrado las vidas de miles de personas y ha devastado millones de hectáreas.

Por ejemplo, el sur de Pakistán se ha visto golpeado por fuertes inundaciones, lo que ha ocasionado la crecida de los cauces tras las lluvias monzónicas que, por su parte, han dejado más de mil muertos en todo el país.

El Indo, el río que atraviesa la provincia de Sind en el sur, no deja de crecer alimentado por decenas de riachuelos y torrentes desbordados por las fuertes lluvias y el deshielo de los glaciares.

Las compuertas de una importante represa se han abierto para hacer frente a un caudal de más de 600 mil metros cuadrados por segundo, y las autoridades han advertido que los torrentes de agua llegarán a esta provincia del sur en los próximos días, lo que empeorará la situación de millones de personas ya afectadas por las inundaciones.

El primer ministro de ese país, Shehbaz Sharif, canceló un viaje a Gran Bretaña para dedicarse a supervisar las operaciones de rescate, y dijo no haber visto nunca algo parecido. "Ha habido pueblos aniquilados y millones de casas devastadas. Hay una enorme destrucción", dijo tras sobrevolar Sind en helicóptero el día de ayer.

Los responsables paquistaníes atribuyen estos fenómenos extremos al cambio climático y aseguran que el país sufre las consecuencias de las prácticas medioambientales irresponsables de otras partes del mundo.

Según el último balance de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), publicado ayer, un total de 1.033 personas perecieron por las lluvias torrenciales desde junio, 119 de ellas en las últimas 24 horas.

Un paquistaní de cada siete

Más de 33 millones de personas, el equivalente a uno de cada siete paquistaníes, se vieron afectadas por las lluvias de este año y cerca de un millón de casas quedaron destruidas o seriamente dañadas, según el Gobierno.

En la provincia de Sind, decenas de miles de habitantes en zonas rurales se refugiaron en carreteras elevadas o en las vías del tren. Cerca de Sukkur se instalaron tiendas de campaña para acoger a los siniestrados, que no dejaban de llegar en barcos con las pocas pertenencias que podían cargar.

En el norte de Pakistán miles de personas que viven cerca de ríos recibieron la orden el sábado de evacuar la zona, y helicópteros y equipos de rescate siguieron sacando el día de ayer a los vecinos que todavía permanecían en el lugar.

"Tuvimos que socorrer a niños y mujeres", dijo desde el valle de Swat un socorrista, Umar Rafiq, a la AFP. En esta zona turística, conocida por sus escarpadas montañas, muchos ríos se desbordaron y arrasaron decenas de edificios, entre ellos un hotel de 150 habitaciones.



Estas lluvias monzónicas, que se producen cada año entre junio y septiembre, son comparables a las de 2010, en las que murieron unas dos mil personas y dejaron casi una quinta parte del país anegado, según las autoridades.

El monzón es esencial para el riego de las plantaciones y la reposición de los recursos hídricos del subcontinente indio. Pero también aporta su lote de dramas y destrucciones.

El viernes, el Gobierno decretó el estado de emergencia y movilizó al ejército para hacer frente a esta "catástrofe de magnitud inédita", en palabras de la ministra del Cambio Climático, Sherry Rehman.

Vale referir que Pakistán es especialmente vulnerable al cambio climático, y está ubicado en la octava posición de los países más amenazados por los fenómenos meteorológicos extremos, según un estudio de la oenegé Germanwatch.

Media China en sequía

Y mientras en países como Pakistán sufren las consecuencias de las lluvias monzónicas, la mitad del territorio de China está padeciendo una brutal sequía, incluidas las partes de la gélida meseta del Tíbet, en medio de una ola de calor sin precedentes en el país.

En la zona más afectada, la cuenca del río Yangtsé, desde la provincia de Sichuan en el suroeste hasta Shanghái en la costa este, viven alrededor de 370 millones de personas y acoge grandes centros industriales, como la megaciudad de Chongqing.

La segunda economía mundial se vio afectada recientemente por temperaturas récord, inundaciones y sequías, unos fenómenos extremos que los científicos aseguran que serán más intensos y frecuentes por el cambio climático.

En este sentido, el sur de China atraviesa su ola de calor más larga y sostenida desde que empezaron a registrarse datos meteorológicos hace más de 60 años, y los expertos señalaron durante la semana que la intensidad, la extensión y la duración de esta ola de calor (que ha alcanzado temperaturas récord de 43,9 grados) pueden convertirla en una de las peores del mundo.

Adicionalmente, en el sureste del país el tifón Ma-on tocó tierra en la provincia costera de Guangdong y Hong Kong, donde se registraron aguaceros, y a raíz de todos estos fenómenos el Consejo de Estado de China anunció el miércoles subsidios de 10 mil millones de yuanes (1.450 millones de dólares) para ayudar a los productores de arroz afectados por la sequía que, según las autoridades, supone una "grave amenaza" a la cosecha de otoño.

China produce más de 95% del arroz, trigo y maíz que consume, pero una caída en la cosecha puede hacer que el gigante asiático recurra a las importaciones y añada presión en un mercado global ya tensionado por la guerra en Ucrania.

Vale referir que todas las regiones chinas afectadas por la sequía también están luchando, desde la semana antepasada, con incendios forestales, exacerbados por las altas temperaturas y la falta de agua.

Otras declaratorias de sequía e incendios

Otros países, tales como Inglaterra, tuvieron que declarar el estado de sequía en buena parte del país, medida que llega en plena ola de calor en Reino Unido, la segunda de este verano en un país poco acostumbrado a las altas temperaturas.

Los científicos aseguran que estas olas de calor van a multiplicarse y prolongarse debido al calentamiento global y hay una alerta naranja por "calor extremo" en la casi totalidad del sur del país y en buena parte del País de Gales.

Por su parte, en Francia un incendio destruyó a mediados de este mes miles de hectáreas de bosques de pinos, a raíz de una nueva ola de calor y sequía. Fueron alrededor de 27 mil hectáreas perdidas. 

En Portugal un fuego que comenzó el 6 de agosto en el parque natural Serra da Estrela, reconocido por la Unesco, se llevó alrededor de 25 mil hectáreas de bosque en esta cordillera, y en el norte de España los incendios se llevaron tres mil hectáreas.

Vale referir que desde principios de año, 366 incendios han destruido cerca de 230 mil hectáreas en España, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (Effis).