El ministro de Medio Ambiente, Luis Gilberto Murillo, alista una resolución que define la delimitación del páramo de Pisba, uno de los ocho ecosistemas que restan por demarcar, de los 37 que prometió definir el actual gobierno.
En la delimitación es posible modificar las cotas y extensiones del páramo, que pueden extenderse sobre áreas en donde hay presencia de actividades como minería, la cual, por ley, no puede hacerse en estos ecosistemas. De ahí derivaría el posible conflicto con comunidades de la zona.
El Ministerio de Ambiente publicó el 26 de abril el proyecto de resolución para la delimitación del páramo y dio plazo hasta el 10 de mayo (pasado mañana) para hacer los comentarios. Desde octubre del año pasado, Corpoboyacá le pidió al Ministerio que no delimitara el páramo debido a las graves consecuencias sociales y económicas para la región.
“Para esta cartera resulta fundamental realizar acciones orientadas a construir una nueva economía de los habitantes de los páramos, fundamentada en alternativas productivas sostenibles, ambientalmente distintas a las actualmente prohibidas, buscando facilitar la construcción de mecanismos orientados a garantizar la permanencia de las comunidades en las áreas delimitadas mediante su vinculación en la conservación y sostenibilidad ambiental de estos ecosistemas”, señaló Murillo ante la plenaria de la Cámara durante la aprobación en segundo debate del proyecto de ley de páramos.
Ante esta situación, el ministro de Minas y Energía, Germán Arce, le envió la semana pasada una comunicación a su colega de gabinete pidiendo que “se aplace la expedición de este acto administrativo hasta tanto se realice la delimitación a escala 1:25.000 con estudios más rigurosos, con el fin de dimensionar, de mejor manera, las reales afectaciones sobre los municipios afectados y así encontrar alternativas que minimicen los impactos socioeconómicos sobre una zona que depende mayoritariamente de las actividades mineras”.
Según Arce, la decisión sobre el páramo de Pisba podría afectar a comunidades de los municipios de Chita, Gámeza, Jericó, Mongua, Socha, Socotá, Tasco y Labranzagrande (Boyacá), lo mismo que La Salina, Sácama y Támara (Casanare), pues abarca una extensión de 106.242 hectáreas. El Parque Natural Pisba también aporta una importante riqueza hídrica a las vertientes de los ríos Meta y Chicamocha.
El ministro Arce recordó que “en el área de la delimitación del páramo existen 82 títulos mineros dedicados a la extracción subterránea de carbón, cuya superficie titulada es de 14.842 ha, de los cuales 32 cuentan con instrumento ambiental debidamente adoptado por la autoridad ambiental y normalmente el área intervenida por estas actividades no sobrepasa del 10 % de la titulada”.
El jefe de la cartera de Minas manifestó que en los 32 títulos mineros de la zona se produjeron en 2017 cerca de 600.000 toneladas de carbón metalúrgico y térmico que generaron unos 135.000 millones de pesos en movimiento económico en la región, más de 2.000 empleos directos y 9.000 indirectos, contando con la producción de coque. Las regalías superaron los 5.000 millones de pesos y los tributos y contribuciones llegaron a los 3.000 millones de pesos