Con decreto de cese al fuego inician diálogos de paz con disidencias de ‘Mordisco’ | El Nuevo Siglo
Lunes, 16 de Octubre de 2023
Redacción Web

El Gobierno Nacional firmó hoy un decreto que establece un cese del fuego bilateral por tres meses con las disidencias de ‘Mordisco’, también conocidas como el Estado Mayor Central de las FARC-EP, marcando un hito en la búsqueda de estabilidad y reconciliación en Colombia.

En el decreto, se establece un cese al fuego de carácter nacional que regirá desde las 00:00 horas del 17 de octubre de 2023 hasta las 24:00 horas del 15 de enero de 2024, con la posibilidad de prórroga por parte del Gobierno Nacional.

Este alto al fuego se aplicará a nivel nacional y se regirá por un protocolo que determinará las áreas de presencia del Estado Mayor Central de las FARC-EP, las cuales deberán ser validadas por el Gobierno Nacional. Estas áreas no incluirán zonas pobladas ni áreas que comprometan la seguridad nacional.

"Hoy damos formalmente por instalado este paso dentro de la política de paz, dentro de la política de la vida: el paso de la fase dialógica", anunció Danilo Rueda, Alto Comisionado para la Paz, ante los delegados del presidente Gustavo Petro y del llamado Estado Mayor Central (EMC), principal disidencia de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En Tibú, uno de los municipios más conflictivos del país, que linda con la frontera con Venezuela y está rodeado de narcocultivos, se reunieron delegados del presidente Gustavo Petro y cabecillas guerrilleros.

"En nombre de todas y todos los guerrilleros de las Farc (...) ratificamos ante todos ustedes nuestros delegados a la mesa de diálogo con el gobierno nacional", dijo a su turno alias Andrey Avendaño, jefe de la delegación de las disidencias de las FARC.

El decreto también establece la creación de un Comité Técnico compuesto por representantes de ambas partes, así como personal del Ministerio de Defensa Nacional, incluyendo observadores militares y policiales con sus respectivos equipos de apoyo. Este comité tendrá la responsabilidad de desarrollar un protocolo que delimite las áreas de presencia del Estado Mayor Central durante el cese del fuego.

Por su parte, Camilo González Posso, coordinador de la delegación del Gobierno en los diálogos de paz con el  Estado Mayor de las Farc, dijo que "dicho cese al fuego bilateral tendrá una duración de tres meses, al tiempo que agregó que se firmarán los acuerdos generales que se han elaborado durante este tiempo de reuniones, los protocolos para mecanismo de verificación y las reglas y compromisos a aplicar por las dos partes”. 

"Este cese al fuego bilateral no solamente es el silencio a los fusiles, es una oportunidad de la participación en la construcción de la paz en nuestro país. Es un hecho histórico y trascendental, estamos 'ad portas' de un nuevo camino que debe llevar este gran torrente de cierre de la conflictividad armada de nuestro país", puntualizó Camilo González Posso.

Es importante destacar que, aunque se suspenden las operaciones militares ofensivas y las operaciones especiales de la Policía Nacional contra los miembros del Estado Mayor Central, no se detendrán las acciones dirigidas contra las economías ilegales.

Los objetivos de este cese al fuego incluyen el respeto por la vida en todas sus formas, los derechos y libertades de la población civil, la protección del ambiente y el respaldo a los firmantes de los Acuerdos de Paz. Además, se busca facilitar las condiciones para la Mesa de Diálogos de Paz y crear un entorno propicio para el cumplimiento de los acuerdos territoriales, así como garantizar el desarrollo de las elecciones programadas para el 29 de octubre.

Este acuerdo histórico marca el inicio de un nuevo capítulo en la búsqueda de la paz en Colombia y la apertura de un diálogo con las disidencias de las FARC.

Al encuentro en el municipio con más cultivos de hoja de coca en el mundo (22.000 hectáreas), componente base de la cocaína, asistieron los elegidos por el primer mandatario izquierdista de Colombia para disolver mediante el diálogo al EMC.

Esos rebeldes, liderados por Néstor Gregorio Vera, un comandante conocido con el alias de Iván Mordisco, nunca quisieron firmar el acuerdo de 2016, que permitió a quienes sí lo hicieron conformar un partido político.

Los disidentes no estaban de acuerdo con algunos puntos pactados sobre el desarme. Alegaban que las zonas que ocupaban iban a quedar a merced de otros grupos armados.

Pero los expertos señalan que la razón era proteger las economías ilegales que dan millones al EMC, como el tráfico de cocaína y la minería irregular. En su operación han asesinado a policías y civiles, algunos con coches bomba, y amenazan a líderes comunitarios y políticos.

De firmar la paz el EMC, en Colombia dejarían la clandestinidad definitivamente los herederos de los campesinos que fundaron las FARC en 1964, al calor del comunismo, y la convirtieron en una de las más poderosas de América Latina.

"Tenemos tres meses para ganar el corazón de muchos colombianos y colombianos escépticos", resumió el comisionado Rueda sobre la tregua, que incluye entre los compromisos el de permitir "el libre desarrollo de las elecciones del próximo 23 de octubre".

La instalación de la mesa estuvo precedida de tensiones y las partes se acusaron mutuamente de mortales ataques.

Se esperaba un cese al fuego bilateral de diez meses, pero en las últimas semanas los guerrilleros y el ejército tuvieron fuertes enfrentamientos en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca (suroeste) que generaron desconfianza.

No fue el único revés. En mayo el presidente suspendió un cese al fuego declarado cinco meses atrás a causa de una masacre del EMC en una comunidad indígena, y en septiembre los departamentos del Cauca y el Valle del Cauca fueron escenarios de un derrame de sangre de ambos bandos.

Las  partes no han sido claras sobre qué asuntos discutirán en la mesa, que a diferencia de las conversaciones de paz con las antiguas FARC se llevan a cabo en territorio colombiano.

Alias Andrey Avendaño manifestó hace meses que la intención del EMC no es llegar al Congreso, como lo estipuló el acuerdo de 2016 para los líderes de las FARC.

El EMC no es la única disidencia, pero sí la más organizada y grande. El presidente también está dialogando desde noviembre con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), otra guerrilla de inspiración guevarista aún más reacia a ceder en sus pretensiones políticas y estratégicas.

Ambas negociaciones son la carta de presentación de la Paz Total, una de las iniciativas más ambiciosas del izquierdista que ya superó un cuarto de su mandato, que va hasta 2026.