El expresidente ecuatoriano Rafael Correa ha denunciado el asalto a la Embajada mexicana en el que ha sido apresado su ex vicepresidente Jorge Glas y ha criticado esta "barbarie bananera" que no se produjo "ni en las peores dictaduras" latinoamericanas.
"Lo que ha hecho el Gobierno de (el presidente Daniel) Noboa no tiene precedentes en la historia latinoamericana. Ni en las peores dictaduras se ha violado la embajada de un país. No vivimos un Estado de derecho, sino un Estado de barbarie, con un improvisado que confunde la Patria con una de sus haciendas bananeras", ha publicado Correa en su cuenta en X.
Correa advierte además de que Noboa será el responsable "de la seguridad e integridad física y sicológica del exvicepresidente Jorge Glas" y agradece a México, a su pueblo y a su Gobierno su postura. "Nuestras disculpas y admiración eterna. ¡Hasta la victoria siempre!", ha concluido.
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También ha publicado un comunicado el partido de Correa, Revolución Ciudadana, que insiste en el "barbárico" asalto a la Embajada y denuncia que es "contrario a las normas básicas y principios fundamentales de la convivencia civilizada del derecho internacional y del derecho diplomático".
Revolución Ciudadana destaca que el comunicado emitido por la Presidencia ecuatoriana "corrobora la incursión de las fuerzas policiales en la Embajada de México y la captura del exvicepresidente Jorge Glas" y recuerda que México le había concedido asilo político.
"Se evidencia la violación del principio de inviolabilidad de los locales de la Misión Diplomática y de sus funcionarios consagrado en los artículos 22 y 29 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, así como principios fundamentales del derecho de asilo contemplados en las Convenciones de la materia y en instrumentos de DDHH", argumenta.
Todo ello supone "una gravísima ofensa a México y a la comunidad internacional" y "una afrenta a la dignidad del Ecuador y a su tradición como defensor del derecho internacional, de los DDHH y país de asilo y refugio".
Jorge Glas fue sacado en la noche del viernes de la Embajada de México en Quito por fuerzas de la Policía ecuatoriana, lo que ha propiciado la ruptura de relaciones diplomáticas por parte de México, que había concedido asilo político a quien fuera vicepresidente de Ecuador con Correa durante diez años.