A mediados de junio se aprobó en cuarto y último debate, en el Senado de la República, la reforma al Estatuto Orgánico de Bogotá, algo así como la “constitución de la ciudad” que, entre otras cosas, contempla la organización político-administrativa de la misma.

Durante los siguientes meses el proyecto pasó a conciliación y finalmente este jueves el Gobierno nacional lo sancionó.  Este documento cuya reforma llega después de 28 años, entre otras cosas, le permitirá a la ciudad actualizar el número y el límites de las localidades en el próximo Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá, teniendo en cuenta las características sociales de sus habitantes, la protección de los ecosistemas y el impulso de la actividad económica, industrial y comercial de los territorios.

A este respecto y para tener claro qué vendrá en adelante, uno de los autores de esta iniciativa, el representante a la Cámara, José Daniel López, le aclaró e EL NUEVO SIGLO "que hay unos temas que son de aplicación inmediata que no requieren reglamentación, y lo que precede es aplicarlos y acatarlos. El tema que tiene unos pasos a seguir muy claros es el de la realinderación de las localidades. La ley que reforma el Estatuto de Bogotá define que será en el nuevo POT en donde se actualizará el nuevo número y límite de las localidades, pero que entrará a regir a partir de enero de 2028, así que la administración debe seguir con el trámite del POT y lo ponga a consideración del Concejo para que sean los concejales quienes tomen la decisión correspondiente", indicó.

Añadió que, en el caso hipotético de que el Concejo no aprobara el POT, "si no hubiera Plan de Ordenamiento Territorial ese tema queda en suspenso. Esto está previsto para que se defina en el próximo POT y deberá ser en el marco del mismo en donde se dé la realinderación", finalizó.

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Peros en el Concejo 

Es importante referir que a este específico respecto varios concejales de la ciudad han manifestado preocupación, y que por lo mismo es previsible que este sea uno de los temas álgidos de discusión en el Concejo de Bogotá cuando el POT llegue al Cabildo Distrital, que tiene que hacer el análisis sobre un tema que ya está contemplado en la ley. 

De hecho, el cabildante del Polo Democrático, Carlos Carrillo, sostuvo a este Diario que “esta es una negativa del Gobierno nacional a escuchar a un grupo de concejales que nos dirigimos al señor presidente para que no sancionara esta ley. Para que fuera objetada. Este era el último filtro antes de que entrara en vigencia y me parece muy importante recordar qué es lo que pasa con este Estatuto Orgánico: le da aún más poder al alcalde de Bogotá, y ahora además el Concejo perderá el control sobre las vigencias futuras. Eso es gravísimo”, indicó.

Añadió que este Estatuto Orgánico “obliga al Concejo a aprobar la modificación de las localidades de la Alcaldesa en el parágrafo transitorio. Eso es absolutamente antidemocrático. Lo que hace este parágrafo es pasarse por la faja al Concejo y es muy descarado que de una vez metan en la ley algo que debería ser tramitado por el Concejo de Bogotá. Lo que decía la ley es que las modificaciones de las localidades solo son posibles si el Cabildo da su visto bueno a una iniciativa del alcalde; aquí ese parágrafo transitorio da por hecho que va a ser aprobada por el Concejo”, finalizó.

Otros específicos

Adicionalmente, el Distrito podrá destinar mayor presupuesto para las JAL, apoyo técnico y más capacidad institucional, entre otras modificaciones.

Esta nueva reforma le permitirá también al Distrito aumentar el presupuesto de las alcaldías locales del 10 al 12% y descentralizar gran parte de la gestión local. Esto, a su vez, le permitirá a estas entidades continuar atendiendo de manera oportuna las necesidades y nuevas realidades de la gente en sus barrios.

Con esta norma los ciudadanos que deseen ser alcaldes locales deberán contar mínimo con título profesional (actualmente no es requisito) y el proceso de selección se dará bajo los criterios de paridad de género, el 50% deben ser mujeres.

“Actualmente Bogotá cuenta con localidades como Suba y Kennedy que son demográficamente más grandes que ciudades intermedias como Barranquilla y Cartagena. Esta nueva constitución para Bogotá convierte a la ciudad en una metrópolis que requiere más capacidad administrativa y presupuestal para poder llegar a los territorios con mayores soluciones en materia de empleo, infraestructura, movilidad, entre otras”, indicó el secretario de gobierno, Luis Ernesto Gómez.