Las fuerzas de seguridad atribuyen al Clan del Golfo, específicamente a la subestructura Juan de Dios Úsuga, la autoría del atentado terrorista en Turbo. En el centro de la investigación se encuentra 'El Indio', señalado como el presunto arquitecto de este violento suceso.
El general (r) Luis Eduardo Martínez, secretario de seguridad del departamento, detalló que el pelotón militar, mientras realizaba operaciones para asegurar la tranquilidad de la población, fue sorprendido por un artefacto explosivo colocado estratégicamente en la vía y activado de manera controlada. Este modus operandi, característico de grupos criminales, refleja la peligrosa sofisticación de las tácticas empleadas por 'El Indio' y sus secuaces.
Ante la gravedad de los hechos, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, anunció una recompensa de 50 millones de pesos por información que conduzca a la captura de Wilder de Jesús Alcaraz, alias 'El Indio', identificado como el presunto cabecilla de la subestructura del Clan del Golfo implicada en el atentado.
La historia criminal de 'El Indio' se remonta a 2012, cuando se unió al Clan del Golfo, conocido entonces como 'Los Urbanos'. Inicialmente, se dedicó a extorsionar comerciantes en Turbo y a llevar a cabo homicidios selectivos por órdenes de la organización. Su ascenso en las filas lo llevó a convertirse en el líder de la zona estratégica de San Pedro, desempeñando un papel crucial en las operaciones del Clan del Golfo.
El atentado, según fuentes de inteligencia militar, podría tener conexiones con la reciente captura de Jacob Rodríguez Úsuga, alias 'Atilo', primo de 'Otoniel', quien jugaba un papel importante en las operaciones de narcotráfico. La retaliación contra la fuerza pública sería una respuesta a la pérdida de control financiero por parte del Clan del Golfo.
En cuanto al estado de salud de los militares heridos, se informa que se encuentran estables y fuera de peligro. Las autoridades intensifican ahora los esfuerzos para capturar a 'El Indio', una figura clave cuya detención no solo representa un avance en la justicia, sino también un golpe significativo a la estructura criminal que amenaza la estabilidad en Turbo y sus alrededores.