A punto de cumplir un mes al frente del Palacio Liévano, el alcalde Carlos Fernando Galán ha tenido que enfrentar ya varias ‘batallas’, en las que empieza a delinear de forma muy clara los que serán sus principales énfasis de gobierno.
Por ejemplo, tras su primera reunión con el presidente Gustavo Petro, en la Casa de Nariño, el pasado 10 de enero, fue evidente que tanto él como el jefe de Estado ratificaron sus posturas alrededor del diseño y construcción de la primera línea del metro. Quedó claro que, sin que el primer mandatario cambiara de opinión, Galán hará cumplir lo que para él es un mandato popular: el primer tramo de este sistema de transporte masivo será elevado y no tendrá ningún trazado ni estación subterránea.
Para algunos observadores, el Gobierno nacional ya parece resignarse a esta circunstancia, bajo el entendido de que un cambio en el diseño no solo tendría graves problemas contractuales, sino que no tiene mayor apoyo de la ciudadanía y las autoridades capitalinas, hoy ubicadas en el espectro político del centro y la centroderecha.
Otro de los flancos claves en donde el alcalde ha empezado a fijar posturas muy claras es el de la seguridad. De un lado, lanzó una estrategia, denominada "Bogotá Camina Segura", que se basa en 11 líneas de acción operativas, focalizadas en la mitigación de delitos como el homicidio, la extorsión, el hurto en sus diversas modalidades y el microtráfico.
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Y de otro, tanto en las reuniones con el ministro de Defensa, Iván Velásquez, como en sus interacciones con concejales, congresistas, gremios y otras instancias de la ciudad, ha dejado en claro que se requiere un apoyo mucho más sustancial del Ejecutivo en temas como la disminución del hacinamiento carcelario, el combate a la extorsión, reformas en materia penal y en otros ámbitos en los que la capacidad de ejecución del Distrito no es suficiente.
Frente a la actitud flexible del Gobierno en materia de drogadicción, sobre todo después del decreto de finales del año pasado con el que derogó la capacidad de la Policía para imponer multas a quienes consuman estupefacientes en sitios públicos, Galán ha dicho que “espero contar con la reglamentación clara por parte de la administración distrital, a cargo del secretario de Seguridad, César Restrepo, antes de que concluya el mes”, expresó.
Es evidente que el alcalde ha tenido desafíos muy puntuales en el tema de la seguridad en este primer mes de gobierno, sobre todo frente a algunos hechos de impacto público como el robo de 17 camionetas blindadas y varios casos de fleteo y hurto callejero, como el sufrido por el conductor de un auto de lujo en el norte de la ciudad.
Primera emergencia
Por otro lado, la administración ha tenido en la última semana, literalmente, una prueba de fuego. Esto en relación con la ola de incendios que se ha desatado en los cerros de la ciudad y que obligó a Galán y su gabinete a movilizarse de forma inmediata para hacer frente a la emergencia.
Aprovechando la capacidad instalada que tiene Bogotá para afrontar incendios forestales, no solo se movilizó rápidamente el Cuerpo Oficial de Bomberos, sino que, en un ejemplo de coordinación directa y sin complicaciones, se tuvo el apoyo de instancias del Gobierno nacional, así como de las Fuerzas Militares, para sofocar de manera eficiente la mayoría de los focos de llamas.
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La administración tomó medidas inmediatas e incluso impopulares, pero necesarias, como extender el Pico y Placa hasta los sábados. Así como otras, estas sí populares, como congelar las tarifas del transporte público mientras pasa la emergencia.
Es evidente que de la forma que resulte el manejo que le dé la Alcaldía a esta crisis dependerá la percepción que tenga la ciudadanía de la capacidad de reacción del alcalde y su margen de acción para tomar decisiones en conjunto o incluso de forma autónoma frente al Gobierno nacional.
Papa caliente
Sin duda alguna, uno de los temas más complicados que ha tenido que abordar el Distrito en estas primeras semanas ha sido relativo al siempre impopular aumento en las tarifas de Transmilenio.
Como se sabe, el Distrito terminó por autorizar el alza de $200 en los precios de los buses zonales, mientras que la tarifa de Transmilenio quedó congelada. Es decir, que los pasajes en articulados y el SITP quedan unificados por un valor de $2.950. Los transbordos no se cobrarán.
Aunque recibió tanto críticas como respaldos en diversos sectores, es evidente que se terminó tomando una decisión que no podía ser aplazada, ya que dilatar el reajuste de las tarifas solo aumentaría la crisis financiera del sistema de transporte masivo.
Lo que sí tuvo buen recibo en general fueron las visitas que hizo Galán a varios frentes de obra vial, en donde denunció retrasos en la ejecución y llamó a tomar correctivos urgentes en una ciudad que tiene en estos momentos una gran cantidad de frentes de construcción de este tipo de infraestructura.
Flanco político
En esta materia las primeras semanas de la nueva administración han sido relativamente tranquilas. De hecho, ya se puede señalar que la Alcaldía tendrá una coalición mayoritaria en el Concejo, lo que le facilitaría el trámite del Plan de Desarrollo, así como de otros proyectos de agenda prioritaria
Incluso, se sabe que Galán se opuso al confuso episodio que dejó por fuera de las mesas directivas del Concejo al Pacto Histórico como representante de la oposición. Según se dice en los corrillos políticos, la instrucción de la Alcaldía fue corregir esa equivocación, lo que finalmente se concretó con la renuncia de Rolando González, de Cambio Radical, a la Vicepresidencia y la elección de Ana Teresa Bernal, del Pacto Histórico.
De otro lado, es claro que en la elección de las presidencias de las comisiones Primera del Plan de Desarrollo, Segunda Permanente de Gobierno y Ordenamiento Territorial, y Tercera Permanente de Hacienda y Crédito Público, las mayorías se inclinaron a favor de la coalición gobiernista.
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En cuanto a la confección del gabinete, las opiniones han sido favorables en su mayoría, reconociendo el aspecto técnico en muchas de las dependencias y destacando, principalmente, que en los primeros pronunciamientos de los secretarios se ha buscado enfatizar en las prioridades de gestión, evitando controversias políticas o rifirrafes con el gobierno Petro, que fueron el pan de cada día en la anterior administración.
Como se ve, estas primeras semanas de Carlos Fernando Galán a bordo de Bogotá han sido muy movidas y si bien es cierto que hasta ahora se están sentando las bases de lo que será su mandato, por ahora el viento parece soplar a su favor.