Iglesia pide a ELN gestos de paz como cese al fuego | El Nuevo Siglo
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Domingo, 4 de Febrero de 2018
Redacción Política
ENTREVISTAS. Se analizará el proceso electoral y el llamado para rescatar la importancia del voto
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Esta semana se inicia la reunión de obispos en la Conferencia Episcopal y uno de los temas que se tratarán será el asesinato de los líderes sociales y el brote de violencia en el país. Asimismo se evaluará el papel que debe cumplir la Iglesia. Los jerarcas creen que todo debe empezar por una verdadera reconciliación.

Monseñor Elkin Fernando Álvarez, secretario de la Conferencia Episcopal, explicó que el tema central de la reunión será la realidad de la parroquia y cómo renovarla para que sea más evangelizadora, “pero tendremos momentos para discernir sobre el momento del país y hablar de otras situaciones que se viven en otras regiones”.

Manifestó el jerarca que otro de los puntos que abordarán será lo que tiene que ver con el proceso electoral y por eso el llamado es a pensar a conciencia el voto y no dejar corromperlo.

La paz

Frente al proceso de paz con el Eln, Álvarez dijo que “la Iglesia sigue empeñada en buscar la salida negociada y poner su mediación y su apoyo para que se siga por el camino del diálogo. Pero en este momento después de todo lo que ha pasado es necesario revalorar todo lo concerniente en torno al proceso, y garantizar que la mesa de diálogo pueda actuar. Lo que queremos es que no haya más muerte y le pedimos al Eln gestos de paz y uno de estos puede ser el cese el fuego”.

El prelado argumentó que las causas de las muertes de los líderes son múltiples, pero el llamado de la Iglesia según el secretario de la Conferencia Episcopal es a que se cuide la vida de los líderes sociales, “la muerte de cualquier persona nos duele, pero estas personas que tienen un papel en medio de la sociedad que lamentablemente ha sufrido en estos días, tenemos que levantar nuestra voz para clamar por la vida de ellos”.    

Reconciliación

Monseñor Juan Vicente Córdoba obispo de Fontibón aseguró que los brotes de violencia se debe al proceso de paz con el Eln y argumentó que la Iglesia viene trabajando en una verdadera reconciliación, “lo que uno va viendo en términos generales es que como estamos en los diálogos con el Eln, esos diálogos tienen un proceso como sucedió con las Farc. Ellos también van en ese proceso y por eso se hacen sentir a ratos, hacen algún golpe duro para que el país lo sienta, es una manera de decir ‘aquí estamos una parte de los del diálogo y nos hacemos sentir y también tenemos fuerza’. Creo que falta un poco de estrategia para los diálogos de paz”. El prelado indicó también que “hasta que no tengamos una actitud de reconciliación y perdón, de corazón, eso no lo aporta ni las leyes, eso lo aporta la espiritualidad, hasta que perdonemos, hasta que no haya una actitud de reconciliación, la violencia continúa porque los corazones siguen heridos”.    

Por su lado el obispo de Quibdó, Juan Carlos Barreto, sostuvo que “en Chocó siempre han existido las bandas criminales y los paramilitares que han estado, por ejemplo, en la región del Baudó, en San Juan, Bajo Atrato y algunos sectores del Alto Atrato. Sin embargo, ahora que las Farc han dejado algunas zonas en las que había narcotráfico o minería ilegal, pues es claro que hay una oportunidad para que ellos ocupen estos territorios”. Recalcó que “esta situación viene de hace tiempo y la mayor parte de víctimas y victimarios han sido los jóvenes. Pero el fenómeno es consecuencia del abandono del Estado, un Estado que no se ha preocupado por la educación, por resolver las necesidades básicas de la comunidad ni por hacer presencia en estos sectores marginales”.

Mientras tanto Luis Felipe Sánchez Aponte, obispo de Chiquinquirá, manifestó que el brote de violencia en Colombia se debe a que no hay una verdadera reconciliación entre los colombianos, por eso hizo un llamado a que se trabaje en ese sentido: “Colombia nos necesita a todos: no podemos dejar perder esta gran oportunidad. Dejemos a un lado los intereses egoístas de las personas o de partidos políticos. Es necesario seguir clamando a los cuatro vientos que la paz es posible y que todos tenemos el compromiso de ser artesanos de la paz. Pongamos a trabajar todos los recursos de nuestra fe para la reconstrucción de una auténtica Colombia en Paz. Recordemos, finalmente, que el Papa Francisco nos ha recordado el compromiso de la reconciliación personal y comunitaria. Él nos ha invitado para que todos “seamos hombres y mujeres reconciliados para reconciliar”. “Cristo es la palabra de reconciliación escrita en nuestros corazones. Palabra con capacidad de llegar a todos los corazones. La única Palabra capaz de derrotar la cínica soberbia de los corazones egoístas”.

ELN

Entre tanto Monseñor Omar Mejía, obispo de Florencia, consideró que la violencia se ha incrementado por la falta de valores entre los colombianos, por eso hizo la siguiente reflexión, “hoy, el Señor necesita de hombres y mujeres valientes y con decisión que queramos seguirlo sin miedo y cobardía, con valor y entusiasmo. Hoy el Señor sigue pasando por la orilla de nuestra existencia y nos sigue diciendo: ‘vengan conmigo y yo los haré pescadores de  hombres’. Hermanos, el Señor cuenta con nosotros, tenemos que dejarnos cautivar al igual que Simón y Andrés y con la misma prontitud que lo hicieron Santiago y Juan. El Señor nos sigue llamando a cada uno por nuestro nombre y nos convoca a ser sus discípulos y misioneros en el mundo de hoy; nos invita a proclamar con nuestra vida: “el tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”.

Para el arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón, todo se debe a la falta de espiritualidad entre los seres humanos. El jerarca católico afirmó que todavía se requiere de una espiritualidad más profunda y un compromiso social más fuerte para que “no se despilfarre en la superficialidad y el hedonismo, las mejores posibilidades de evangelización”. Agregó que “un mensaje fundamental hoy cuando debemos superar el momento difícil que vivimos de una grave confrontación histórica y cultural entre el Evangelio y el mundo. El Papa nos propone tres modos concretos de este permanecer: tocar la humanidad de Jesús, contemplar su divinidad y vivir en la alegría”.

Por su lado Monseñor Leonardo Gómez Serna, dijo que la situación de violencia que vive el país es por la falta de oportunidad y de equidad, “hace falta volver con nuevo empeño a nuestros diálogos pastorales y exigir, sin miedo a las autoridades, mayor equidad y desarrollo integral para nuestras gentes y comunidades. Tenemos que prestar nuestro concurso en el acompañamiento a los procesos de paz que están ya caminando; no tener miedo a hablar proféticamente como lo hicieron nuestros mártires beatificados en Villavicencio y seguir orando al Príncipe de la Paz por medio del Rosario. Colombia no puede darse a sí misma la verdadera renovación a la que aspira, sino que esta viene concedida desde lo alto. Supliquémosla al Señor, pues, por medio de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá”.

La familia

Para monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura, toda la violencia radica en la familia y de ahí se puede cambiar la situación del país, “los malos no están en una selva, los malos están en nuestra casa y no nos damos cuenta. La familia tiene la responsabilidad, cuando permite la violencia intrafamiliar; desde ahí se gesta y se genera los que van a atentar contra otros. Lo que me aterra es la dicotomía entre la fe y la vida”. Igualmente lamentó el asesinato del líder cívico Temístocles Machado Rentería, ocurrido el pasado sábado 27 de enero cuando ingresaba a su residencia. El prelado exigió de las autoridades del Estado colombiano justicia y celeridad para que este hecho no quede impune. “Hoy desde Buenaventura, la sangre de este hermano está exigiendo justicia y por eso pedimos a todas las autoridades del Estado colombiano que este hecho sea aclarado y se pueda saber la verdad sobre la muerte de este hermano nuestro”, señaló el obispo.

“Hasta que no tengamos una actitud de reconciliación  y perdón, de corazón, eso no lo aporta ni las leyes, eso lo aporta la espiritualidad, hasta que perdonemos, hasta que no haya una actitud de reconciliación, la violencia continúa porque los corazones siguen heridos”, Monseñor Juan Vicente Córdoba.

Para monseñor Libardo Ramírez, presidente del Tribunal Nacional Eclesiástico, el problema de la violencia en Colombia radica en que se han perdido los valores humanos en todo sentido, y señaló que “recordó el Papa a los pastores estar pendientes de buscar soluciones a la luz de la fe ante la deformación del país, siendo ellos “custodios de las piezas fundamentales para su armonía y progreso”. Reclamó que la Iglesia no fuera acallada sino que se le reconociera la libertad de presentar su salvífico mensaje, fundamento de su Reino, con proyección de eternidad. Es que, expresó el Pontífice: ‘Colombia tiene derecho a ser interpelada por la verdad de Dios, en defensa de la vida y familia de los humanos. Agregó sobre puntos concretos: no tengan miedo de alzar serenamente la voz para recordarlos a todos”.

Entre tanto Monseñor Juan Carlos Cárdenas, sostuvo que todo radica en la reconciliación y que de ahí donde se debe partir para lograr acabar con oleada de violencia, “aunque se suele pensar que reconciliación es sinónimo de perdón, no son lo mismo. Ambas cosas son difíciles de realizar en Colombia. En lo que concierne al perdón, parece que un gran sector del país no estuviera listo o dispuesto a dar ese paso. Reconciliarse es abrir puertas a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto. Tenemos la inmensa tarea de contribuir para que se tiendan puentes, se abran puertas, que hagan posible recuperar las relaciones rotas por tantas décadas de conflicto y dolor”.

Manifestó Cárdenas que “la paz es una tarea que requiere de sabiduría (no tanto de conocimientos intelectuales), entendida como esa capacidad de ver con el corazón. También se requiere de paciencia, de disciplina, de disposición para devolverse cuando se descubre que algo se hizo mal y empezar de nuevo, de humildad y de perseverancia. Aquí la Iglesia, como depositaria del evangelio de la paz, tiene la responsabilidad de mantener en alto este mensaje, por encima de los sesgos políticos e ideológico y siempre de la mano con la verdad y la justicia (no entendida con espíritu retaliativo)”.

Problemática de frontera

Entre tanto el obispo de Cúcuta, Víctor Manuel Ochoa, pidió caminos más concretos para ayudar a los venezolanos. Afirmó que en las dos últimas semanas se ha duplicado el número de ellos que entran por la frontera a territorio colombiano, en busca de alimento, medicina y ayuda humanitaria.

“El fenómeno ha crecido en las dos últimas semanas, prácticamente es el doble de los que pasaban hace un mes. Muchos de ellos con necesidades ingentes, con una gran pobreza, con grandes dificultades vienen a buscar alimentos y medicinas  Es dramática la presencia de tantos niños y mujeres en embarazo que vienen a Cúcuta para buscar recursos, atención médica y vacunas para sus niños”, afirmó el prelado.

Así mismo, recordó que la Iglesia ha respondido a esta problemática, desde hace más de dos años. Primero atendiendo el tema de deportaciones a colombianos y en los últimos tiempos la migración de venezolanos a Cúcuta.

Según el informe entregado por esta jurisdicción, son 8 casas de ayuda que se han abierto en las parroquias de las periferias y una casa de paso en la Divina Providencia ubicada en la parroquia de San Pedro a unos 100 metros de la frontera, donde se atienden diariamente unas 1.500 raciones de comida a las personas que allí se acercan.