La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha informado este martes de que los asesinatos colectivos cometidos en Colombia en lo que va de 2021 se han duplicado con respecto a los dos años anteriores, haciendo de estos dos mes los más violentos desde la firma de los acuerdos de paz en 2016.
Según las cifras que maneja la JEP, el organismo encargado de investigar y castigar los desmanes y los crímenes cometidos por todos los actores del conflicto armado, entre el primero de enero y el 21 de febrero se han cometido una masacre cada tres días en Colombia.
Así en los dos primeros meses de 2021 se han registrado 16 masacres, en contraste con las ocho en 2019 y las seis del año pasado, en el mismo periodo de tiempo. El número de amenazas y agresiones físicas contra líderes sociales es también el más alto desde que se firmó la paz, han sido 39 denuncias las que la JEP ha recaba en este sentido.
"El 2021 ha evidenciado un crecimiento significativo de las amenazas de muerte", relata la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, según refleja su último informe al que ha tenido acceso el diario colombiano 'El Espectador'.
Según la información que maneja la JEP, la mayoría de estas acciones corren a cargo de la organización narcoparamilitar 'Águilas Negras', cuyas filas están engrosadas por antiguos mercenarios de las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
"Aunque no tiene una jerarquía de mando claramente identificable, un control territorial y un contacto permanente con la población civil, la JEP observó patrones de actuación delictivos que indican que las amenazas proferidas tienen un dispositivo de origen coordinado y planificado", explica.
"En muchas ocasiones se busca que este sea un acto de violencia anónimo ya que los grupos armados organizados prefieren no ser identificados por las autoridades y las mismas comunidades", explica esta unidad de la JEP.
El municipio de Ituango, en el departamento de Antioquia, en el norte de Colombia, es una de los más golpeados por la violencia. La región, escenario del fuego cruzado que mantienen las disidencias de las desparecidas FARC y los paramilitares del Clan del Golfo, ha sido testigo de cuatro de las 16 masacres que se han cometido hasta ahora.
La situación en Nariño, suroeste del país, no es muy dispar, pues viene arrastrando episodios de violencia masivos desde los últimos cuatro años. Así, recopila la JEP, el 13 por ciento de las masacres que se han cometido desde los acuerdos de paz, 22 de las 162, se han producido en este departamento.
En concreto, Tumaco, en las costas del Pacífico colombiano, está siendo escenario del 45 por ciento de los asesinatos colectivos que se han perpetrado en Nariño en los últimos dos meses.
Las últimas cifras que expone la JEP ponen en tela de juicio la labor del Gobierno y las autoridades colombianas por hacer efectivo los acuerdos de paz sellado en La Habana en 2016.
Así, en lo que va de 2021, un guerrillero desmovilizado o un líder social han sido asesinados cada tres días. El 60 por ciento de las víctimas mortales que estaban al frente de su comunidad eran indígenas, mientras que cerca de 1.700 personas se han visto forzadas a dejar sus hogares a causa de la violencia.