LA CAMPAÑA por la Alcaldía tendrá este año un cambio sustancial, ya que, al igual que en la competencia por la Presidencia de la República, el titular del Palacio Liévano se definirá el próximo 29 de octubre por primera y segunda vueltas electorales.
Mediante el acto legislativo 03 de 2019 se modificó el artículo 323 de la Constitución. La nueva norma establece que el alcalde mayor será elegido para un período de cuatro años, por el 40 % de los votos que, de manera secreta y directa, depositen los ciudadanos con las formalidades que determine la ley, siempre que sobrepase al segundo candidato más votado por 10 puntos porcentuales.
Ahora, si ningún candidato obtiene dicha mayoría, se celebrará una nueva votación que tendrá lugar tres semanas más tarde, en la que solo participarán los dos candidatos que hubieren obtenido las más altas votaciones. Será declarado Alcalde quien obtenga el mayor número de votos en la segunda vuelta.
Bajo esta premisa, EL NUEVO SIGLO habló con analistas políticos de las principales universidades del país sobre las implicaciones que tiene para la campaña y el mapa político que la elección de Alcalde de Bogotá ahora tenga primera y segunda vuelta.
Universidad del Rosario
Enrique Serrano, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario; explicó que las implicaciones corresponden a que la lucha por la Alcaldía tiene que estar mucho más saturada de propuestas de lo que estuvieron las campañas anteriores.
“La población se ha vuelto hipercrítica con respecto a los proyectos de Bogotá, es una ciudad en donde la mayor parte de lo que estaba anunciado durante este gobierno no se cumplió. La sensación de retraso es muy alta y muy dramática entre los electores, por eso la segunda vuelta viene a sanear y a exigir mucho más de los candidatos que lleguen a ella sobre lo que sería la manera de reconducir la ciudad hacia un proyecto de largo plazo como el que venía ya en marcha en las alcaldías de Mockus, incluso de Jaime Castro y de Peñalosa”, señaló.
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Asimismo, Yann Basset, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la misma institución resaltó que la lógica de una elección a dos vueltas es que en la primera vuelta el elector escoge el candidato que prefiere y en la segunda vuelta elimina el que no quiere.
“Eso tiene un efecto de evitar que haya de entrada una especie de voto útil, que es lo que pasa cuando hay una sola vuelta. Esta vez la gente de pronto va a tener la tranquilidad de que puede votar por quien quiere y seguramente la segunda vuelta tendrá una lógica más de voto útil. Una consecuencia de esto también es que la campaña será más larga, aunque aún hay una cantidad importante de candidatos incógnitos e incluso varios precandidatos fuertes que no se han declarado todavía como Galán. Esto genera mucha incertidumbre”, aseveró.
Universidad de los Andes
María Margarita Zuleta, directora de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes; explicó que el panorama político no está claro ni en Bogotá ni en el país.
“La segunda vuelta agrega un grado más a la incertidumbre, pero es una oportunidad para pensar el mapa político en términos de las necesidades de la ciudad. El cambio es grande pues el/la nueva Alcalde habrá recibido por lo menos el 50 % de los votos del día de las elecciones. Esto le da legitimidad”, sostuvo.
Asimismo, agregó que esto tiene impacto en el nivel de los ciudadanos, pues además de salir a votar en octubre y en noviembre, empezarán a hacer cálculos sobre quién tiene la posibilidad de pasar a la segunda vuelta, y a ver las calidades de los candidatos con la perspectiva de la fuerza que requieren para dos segmentos de campaña, la primera y la segunda vuelta.
“Por otro lado, los movimientos y partidos políticos deben pensar en cómo crear coaliciones, acuerdos y consensos para asegurar estar presentes en la segunda vuelta, y luego ganarla. Ojalá esto nos sirva para no reproducir la polarización vivida en las elecciones recientes y nos enfoquemos en mirar la calidad, las competencias y la experiencia de los o las candidatos”, concluyó.
Universidad Central
Jorge Yarce Tamayo, analista político de la Universidad Central, manifestó que uno de los elementos más importantes es el establecimiento de mayorías que permitan la gobernanza.
“Hasta ahora, las elecciones en Bogotá se han resuelto por pequeñas minorías, como solo existía una vuelta muchos candidatos se presentaban a la contienda y quien ganaba no lo hacía con una mayoría plena y absoluta, sino que ganaba con una mayoría simple. Con la segunda vuelta, por lo menos se va a consolidar y garantizar que haya una mayoría real en la mitad más uno de los ciudadanos que ejerzan su derecho”, señaló.
El experto sostuvo que esto va a permitir que, tanto en el cabildeo como en el ejercicio real del gobierno, ya no se encuentren tantas voces disonantes. “Lo que ocurría era que llegaba esa persona que ganaba con una minoría las elecciones y se encontraba con una férrea oposición de todos los que habían participado de la contienda electoral, desde cualquier otro movimiento. Entonces vamos a consolidar mayorías y en esa consolidación de mayorías, le vamos a permitir a la ciudad tener una mejor gobernabilidad”, indicó.
Universidad Nacional de Colombia
Pedro Pemberthy, profesor de la Universidad Nacional, Doctor en filosofía, magíster en estudios políticos y abogado; sostuvo que las implicaciones que va a tener las elecciones con segunda vuelta en Bogotá, obedecen a una consecuencia lógica del sistema político electoral en Colombia.
“El programa de gobierno ya no va a ser de un solo movimiento o partido, sino que va a ser el resultado de la sumatoria de distintas fuerzas políticas. La ventaja frente a esta situación es que se establecerán programas de gobierno más legítimos que tendrían mayor aceptación en el mundo político local”, explicó.
Asimismo, aseveró que el ‘gran’ problema es el presupuesto y los costos. “Vamos a pasar de una campaña política, con lo costoso que es, a una segunda campaña política, entonces el costo va a molestar mucho los presupuestos”, concluyó.
Universidad Externado de Colombia
Finalmente, Alfonso Palacios, profesor de la Universidad Externado y consultor en materia de régimen electoral; explicó que, desde el punto de vista teórico, la implementación de una segunda vuelta en procesos electorales pretende aumentar el umbral de consenso necesario para elegir un mandatario.
“Sin embargo, existen factores como el número de partidos, la distancia ideológica entre ellos o la polarización del escenario político que acaban sumando en el resultado final. Respecto de la campaña electoral, es posible que la existencia de una segunda vuelta incentive la aparición de partidos o candidatos ‘bisagra’. Aquellos que más que aspirar a salir elegidos, buscan demostrar fuerza electoral que los convierte en ‘socios necesarios’ de quienes se disputen la segunda vuelta”, sostuvo.
Por su parte, Rafael Palacios, docente internacionalista con enfoque en asuntos de América Latina, Estados Unidos o Europa para la misma institución, precisó que la politización de las elecciones será un elemento desconocido que incluso incrementará los costos de las elecciones.
“Eso generará mayores confrontaciones a nivel local, no sé si sea una buena opción, dudo de sus beneficios porque una segunda vuelta no genera automáticamente la elección de un mejor candidato. Lo que cambiará será la forma en la cual se plantean las elecciones. Los candidatos pueden negociar alianzas para asegurar el paso a la segunda vuelta. Al mismo tiempo debería servir para que los partidos busquen coaliciones que el sistema previo no estimulaba”, aseveró.