Columnistas | El Nuevo Siglo
PUNTO SENSIBLE
La propuesta de Navarro
El  senador Antonio Navarro alborotó recientemente el cotarro, con su propuesta de tramitar una reforma constitucional para permitir la participación en política de los miembros de la guerrilla que se desmovilicen.
Si bien es cierto que no existe aún un texto definitivo de la iniciativa, la sola idea ha dado lugar a una intensa controversia.
Y no hay razón para sorprenderse.
El pasado 4, la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario convocó un panel sobre China y el “Gran Canal Interoceánico” de Nicaragua, en el cual participaron Margaret Myers (del programa China-América Latina del Diálogo Interamericano), Miguel Ceballos (decano de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda), y el autor de esta columna.
ASIMETRÍAS
¿Independientes?
“Nosotros  somos de la industria independiente”, se oye en las industrias culturales, haciendo referencia a pequeños productores, que se autodeclaran como tales, ¿pero independientes de qué?
La  visita de Francisco a Bolivia, Ecuador y Paraguay se enmarca en la más clara tradición evangelizadora del catolicismo y su mensaje social surge de los mismos textos patrísticos. Es un desfase intelectual asociar ese discurso con el comunismo o con la Teología de la Liberación, en  obsolescencia a partir del documento de Juan Pablo II en Puebla (1979). No se puede tapar el Sol con las manos: el capitalismo salvaje ha capturado la democracia y ha puesto a su servicio todos los resortes del poder.
“Los recuerdos vuelven a primer plano”
LECCIONES
Fat Man y Little Boy
 
“Se han convertido en asuntos polémicos”
CUESTIONADOS
Los avales
 
HACE  poco, la Fundación Paz y Reconciliación reveló que en 19 departamentos existen 140 candidatos a las gobernaciones y alcaldías, cuestionados por investigaciones penales y disciplinarias, nexos con fuerzas ilegales y usos indebidos de recursos del Estado.
“Así me gusta un lema de campaña”
PUERTO LIBERTAD
Lo que es con Bogotá…
 
HACE  un par de días asistí al lanzamiento de campaña de un muchacho que aún cree en Bogotá. Y lo digo así, por duro que parezca, porque a estas alturas del justificado quejumbre colectivo, creer en nuestra ciudad es un acto meritorio, que exige juventud (de años y/o de espíritu), valor y mucho trabajo.