Columnistas | El Nuevo Siglo
La explosión demográfica
 
Multitud de causas y factores se han conjugado en el aumento extraordinario de la población. En varios países piensan que un mayor número de habitantes hace más fuerte a la nación. Se cree que más cantidad de hombres bajo las armas les da a los Estados mayor poder militar. Esta idea prevaleció en ciertos sectores y aún hoy, en algunas zonas se cree que la apreciación es válida. Después de las guerras, los gobiernos se interesan por repoblar.
Nos vemos el domingo
 
En los chats de las redes y de los medios de comunicación dan tristeza, repulsión y vergüenza social, los horrores de ortografía y errores de ánimo, que sobre temas que ni conocen, escriben cientos de lectores anónimos. Si alguien se quita la vida, o si a otro se la arrebatan; si se profana una mujer o una tumba; si se desborda un océano o un escándalo, todo parecería ser ilimitadamente susceptible de burla,  ultraje y tergiversación.
Los benjamines
 
Desde los ataques, chuzadas y filtraciones de desprestigio del anterior gobierno a la Justicia, las cortes no habían recibido un golpe tan rudo, como el que les propinó el Presidente de la Constitucional.
La justicia se ha visto atacada inmisericordemente por “perseguidos”, maleantes, narcos, ciertos gobiernos y sus corruptos funcionarios y tantos criminales más.
La verdad, ¿víctima de la paz?
 
Decir que   la verdad es la primera víctima de cualquier conflicto ya es un lugar común. Lo novedoso del caso colombiano es que la verdad también es víctima de la paz. Y no sólo de ella, la infortunada verdad comenzó a sufrir desde que se iniciaron los intentos de lograr una paz tan anhelada, que el Gobierno ha estado dispuesto a pagar por ella y por adelantado el precio que le pidan. Ni siquiera hay pago contra entrega. 
Doble moral
 
Hay que reconocerlo: casi siempre, pero no siempre, la socialdemocracia está equivocada. Tenemos el caso, por ejemplo, de la crítica a la política antojadiza, amañada, relativista y siempre utilitarista de las grandes potencias.