El juez es un transformador positivo de realidades sociales: Chaverra | El Nuevo Siglo
Gerson Chaverra, presidente de Corte Suprema. / Foto X Corte Suprema
Viernes, 18 de Octubre de 2024
Redacción Política

* “Un juez transformador de la justicia y la sociedad: la realidad del mundo cambiante asombra a algunos, paraliza a otros, causa temor, a unos cuantos los moviliza, a otros los conmueve y los alienta a la creatividad y la transformación. Los acontecimientos que se nos revelan pueden causar a algunos una leve y tímida actitud, incluso de indiferencia, o una aguda y valiente transformación que revertirá en la transformación de aquello que tocamos con lo que hacemos.”

Nuestras decisiones como jueces marcan la diferencia acerca de nuestro papel en el desarrollo y avance de un país inmerso en procesos de globalización y cambios culturales, económicos y políticos. Podemos ser fatalistas e instalarnos en el facilismo de criticar y denigrar lo existente; lanzarnos al abismo como suicidas ante la fatalidad de lo imparable; enviar lamentos al universo; quedarnos estáticos ante la pérdida trágica y dramática deshumanización; y hasta enfadarnos por la invasión de transformaciones falsas.”

“Podemos quedarnos citando hasta la más mínima letra de los códigos, apegados a unas leyes insostenibles, tratando de defenderlas o proponer reformas como lo ha hecho la Corte Suprema de Justicia al participar activamente en proyectos de ley en las áreas civil, familia, agraria, rural, laboral y penal.”

“Podemos quedarnos sembrados como árboles viejos en las tradicionales costumbres de los cánones machistas. O podemos plantear reformas que transformen los conceptos de una justicia ideal hacia una justicia más ajustada a las realidades sociales y estructurales de un país con grandes inequidades.”

Necesitamos ser jueces creativos, proactivos, y actuar cual marineros expertos para maniobrar el timón en los días de tormenta, con la esperanza de hacerlo hacia un amanecer de tranquilidad y bienestar. Necesitamos ser valientes jueces, transformadores de la jurisprudencia, propositivos con reformas que devuelvan al derecho su razón de ser en un modelo sistémico donde la norma y la sociedad interactúen con planes y proyectos que nos permitan ser visionarios y superar las barreras de acceso a la justicia, especialmente de poblaciones rurales, vulnerables y personas en condición de discapacidad.”

* “El mundo nos exige asumir nuestra función constitucional como jueces independientes y autónomos, que trasciendan en los términos de la filósofa María Zambrano: ‘La vida es un tránsito. Hay que lograr que en ese ser llamado humano, dotado de pensamiento, el transitar sea trascender, es decir, sea creador de un tiempo nuevo’.”

“Para que se den esa autonomía y esa independencia, es necesario que se cumplan unas condiciones: Primera, que éstas se nutran de los valores, entiéndase esto como el apego a la ética. Segunda, que se otorguen todas las garantías y se establezcan los límites de un proceso, entiéndase como la defensa inquebrantable de los derechos fundamentales. Tercera, que se argumente con el respaldo de la jurisprudencia por qué se ha tomado una decisión en particular, y responder por ello.”

* “Actitud y consciencia son las cualidades que los jueces necesitamos hoy para ser creadores de un tiempo nuevo y afrontar la transformación de una justicia acorde con la historia. Una justicia que responda a las demandas de la mayoría; que sea alternativa efectiva para la resolución de conflictos; que nos devuelva el humanismo ante la barbarie; que incluya los contextos culturales para fomentar la inclusión; que tenga la mirada para reconocer las implicaciones de las nuevas relaciones y la sensibilidad de revelar los problemas de discriminación y las violencias de género; que proponga soluciones a conflictos históricos de poder, generadores de desigualdad y aniquilación de los derechos humanos.”

Actitud porque sin voluntad y compromiso es imposible desaprender y recrear el hacer institucional. Solo la pasión y la vocación nos mueven a ser creativos ante la adversidad, los obstáculos y las barreras que las carencias estructurales nos imponen para prestar el servicio de administrar justicia. Y conciencia porque solo ella nos alejará de la indiferencia ante el dolor, la guerra, la desigualdad, la discriminación, la limitación del poder y la injusticia”.

La norma no es un modelo acabado que se trasplanta a la realidad. Sus contenidos tienen que ser moldeados y complementados por el juzgador cuando la aplica en un caso concreto, por ejemplo a una madre que no sabe leer ni escribir, ni usar el celular y que vive en un ambiente rural de un corregimiento; a un campesino acosado por el conflicto armado; a las condiciones complejas que generan conflictos entre esposos, hijos, padres y hermanos”.

“Esa conciencia de trabajo constante, creativo y práctico es la que nos permitirá actuar, en contextos particulares, en un país tan diverso y complejo, con personas con historia y contextos diversos y particulares”.

* “El Estado de derecho moderno es el estado constitucional donde el juzgador cobra un papel relevante porque interviene en el proceso de producción de la norma al resolver el caso concreto, interpretándola con discrecionalidad e independencia, validándola constitucionalmente para brindar soluciones razonables y justas”.

La semana pasada estuve recorriendo el Museo de Arte y Memoria del corregimiento de Mampuján, de María la Baja, observando las monas que construyeron las tejedoras del territorio, víctimas del actuar de las mentes obsesionadas por la guerra y la destrucción de un país tan hermoso. Los colores de las telas enlazadas con puntales de hilo relatan vivencias de muerte, desolación, pero también de vida y resistencia, de injusticia y anhelos de justicia”.

“Al recorrer las calles de San Basilio de Palenque, al ver las casas y su gente, reafirmé mi vocación y el gran compromiso que tenemos con este país habitado por gente buena, quienes a pesar de vivir y sufrir la violencia, resisten y encuentran la fuerza en sus corazones para renacer. Es imperativo que como jueces acompañemos a esa Colombia de pobladores vulnerables en su renacer y en su esperanza”.

* “La concreción de la justicia se da desde la rigorosidad del mismo proceso judicial hasta la dimensión colectiva de las acciones que conducen a la materialización de un orden justo desde la operatividad de la parte administrativa, la dotación de las herramientas que permitan que servidores judiciales, secretarios, judicantes, jueces y magistrados tengan las condiciones adecuadas para operar y cumplir su función constitucional. Sin condiciones adecuadas para la prestación del servicio, el ciudadano quedará sin posibilidad de acceder a este derecho”.

“Así que aplaudo esta iniciativa de la Sala de Casación Civil, Agraria y Rural bajo el liderazgo de su presidente, el doctor Fernando Augusto Jiménez Valderrama, de trascender para actuar y transformar por enriquecer el conocimiento de la especialidad, reabrir los debates ante temas tan actuales como la contratación en la multiplicidad de transportes terrestres y marítimo, e incluso en el ámbito internacional, en temas tan controversiales y actuales como la filiación en la reproducción asistida”.

“Sin duda que estos espacios que abre la Corte Suprema de Justicia invitan a desacomodar las teorías, dan vida a los encuentros alrededor de intereses comunes entre instituciones diferentes y enriquecen la reflexión alrededor de cuál es el papel que debemos tener en el desarrollo del bienestar económico y social de nuestro país”.

* “Señoras y señores, la Constitución nos establece una serie de deberes, competencias y funciones en defensa del Estado social de derecho. La justicia en Colombia ha tenido un papel trascendental en la defensa de los derechos humanos y la democracia. Estamos ante una revolución tecnológica; el cambio climático es un hecho; los derechos laborales y de seguridad social están en debate; los derechos contractuales ante las diversas formas de organización social y económica necesitan ser revisados. A los jueces se nos revelan los cambios sociales, económicos, políticos y culturales en los estrados judiciales”.

“Debemos estar en capacidad de reconocerlo e identificar las amenazas latentes. Quien se incomoda por el trabajo eficaz de los jueces y magistrados es porque teme a la responsabilidad y a la transparencia de las decisiones, a la reparación de las víctimas, a la verdad. Las decisiones de la justicia develan entramados de corrupción, violación de derechos, funcionamiento irregular de las instituciones, degradación de las relaciones y de la esencia humana; pero también dan cuenta de vacíos en la legislación, ausencia de efectividad de las leyes, problemas estructurales de identidad y desigualdad, contradicciones en las políticas públicas”.

“Ante este panorama el juez es un transformador positivo de realidades sociales. La justicia y las leyes preservan, resguardan y defienden el estado de derecho, promueven la solución pacífica de los conflictos, buscan la igualdad y la justicia social, lo que puede incomodar a quienes quieren lo contrario. La democracia no es posible si no se garantiza la efectividad de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas, y solo una justicia independiente puede garantizarlo”.

* “Así que bajo el ideario de un poder judicial autónomo e independiente, como juez de carrera defiendo la carrera judicial colombiana y el mecanismo de selección de nuestros jueces y magistrados previsto en la Constitución Política y en la Ley Estatutaria de Administración de Justicia, por cuanto la escogencia de los jueces debe siempre obedecer a criterios objetivos que evalúen los conocimientos técnicos y especializados en las áreas del derecho en las que administrarán justicia”.

“Es por ello que la legitimidad de los jueces encuentra sustento en la motivación de sus decisiones en tanto se ajusten al marco constitucional y legal, sujeta siempre a los controles y revisiones propios de los recursos ordinarios y extraordinarios consagrados en el ordenamiento jurídico”.

“Así que en el modelo de constitucionalismo transformador del sistema judicial el juez tiene el rol de promover las transformaciones sociales, defender cambios sociales en beneficio de los derechos humanos y diseñar un sistema de justicia abierto y cercano a los ciudadanos. Todo esto para contar con un poder judicial que enfrente los desafíos que representan los diferentes problemas sociales, políticos y económicos de la sociedad”.