“En medio de la confusión política, es bueno un conservatismo franco” | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Octubre de 2015

En medio  de “un panorama bastante confuso de los partidos en este país”, es positivo “tener un Partido Conservador franco, que es un partido que expresa las realidades políticas del conservatismo”, manifestó el historiador británico Malcom Deas, que estuvo esta semana en la Universidad Sergio Arboleda, de Bogotá.

EL NUEVO SIGLO: ¿De lo que usted ha podido analizar, cómo ve el Partido Conservador actual?

MALCOM DEAS: Hay un panorama bastante confuso de los partidos en este país, en la década y media reciente.

El Partido Liberal no está exento de disminución, porque ya hay los verdes, la Unidad Nacional. Uno tiene entonces un panorama partidista más fragmentado.

Personalmente me parece que es bueno para el país tener un Partido Conservador franco, que es un partido que expresa las realidades políticas del conservatismo. Me parece también que hay mucho de la tradición política del país que no se puede echar a la caneca. Creo que un líder inteligente atrae.

Lo que yo conozco de la política de este país es muy compleja, por los múltiples clientelismos que existen en tantos niveles y también el modo optimista que ha jugado mucha gente después de la Constitución de 1991.

ENS: ¿Cómo hacer para que los partidos políticos recuperen la confianza de los ciudadanos?

MD: Hay una gente que responde eso mejor que yo. Me parece que el país debe controlar más las finanzas públicas, me parece que debe haber más control en el financiamiento político para evitar la corrupción. Lo que cuestan las campañas políticas en este país es excesivo y eso tiene obvias consecuencias. La gente no entra en política para perder la plata. Ha habido esfuerzos para hacer más limpios y transparentes los avales. Hay disciplina de bancadas, leyes para evitar la doble militancia.

ENS: ¿Qué opinión tiene del proceso de paz?

MD: Es un paso importante. Ojalá haya una paz manejable en términos de lo que sigue. Pero me parece que aquí la gente es muy realista. Yo no creo que los colombianos tengan la ilusión de que la paz vaya a cambiar la faz de la República y que vamos a entrar en una nueva era de oro.

Aunque la gente daba la bienvenida al apretón de manos y al anuncio de que hay una fecha fija, la gente no ha salido a las calles a bailar. Se ha recibido con cierta sobriedad.

Para las elecciones venideras no figura tanto el tema de la paz. Si uno estudia cada uno de los candidatos, cómo están haciendo la política frente a las elecciones de octubre, no veo que la paz sea el tema principal.

Sería un  gran alivio para el país llegar a la paz. El país va necesitar muchos más policías, porque si la paz se va afianzar, hay que ofrecer mucho mejor seguridad en las zonas de conflicto. Y eso solo se hace con Policía, Fuerza Pública y justicia.  Uno debe tener una justicia mucho mejor, si uno va ser cumplir los acuerdos de La Habana.

ENS: ¿Es optimista?

MD: De algún modo moderadamente optimista. Hay cosas aquí que hay reconocer en el debate actual de la paz. Es un debate donde las distintas fuerzas hablan entre ellos, que hay argumentos civilizados entre distintos puntos de vista. Eso me parece que es como debe ser.

También, mirando el panorama político, por ejemplo en Bogotá, uno tiene una gama de candidatos que me parece muy buena. El votante tiene unas opciones de candidatos buenos, de distintos colores y una genuina competencia democrática, como debe ser.

Los colombianos son muy críticos de los gobiernos, muy críticos hacia sus gobernantes. Eso es bueno, pero a veces muy excesivo. Hay muchas cosas bien y otras que no funciona bien, como la justicia, probablemente porque hay muchos abogados.