El Gobierno inició este lunes en Caracas las primeras conversaciones de paz con la disidencia de las Farc Segunda Marquetalia, liderada por aquellos que se desligaron de los acuerdos de paz de 2016 dos años después por el incumplimiento de los mismos por parte del ejecutivo del entonces presidente Iván Duque.
Siete delegados del gobierno y otros siete de la organización insurgente al mando del exnúmero dos de la extinta guerrilla, alias Iván Márquez, participarán en este primero proceso, que se extiende hasta el sábado.
"Pretendemos desarrollar los temas específicos de la agenda de diálogos de paz, definir los protocolos de la negociación y anunciar las primeras decisiones sobre medidas y acciones para contribuir a avanzar en el desescalamiento del conflicto y en los avistamientos territoriales para la paz", indicó un comunicado conjunto leído en el acto inaugural.
Estas negociaciones generan resistencia al ser detractores del acuerdo de paz con esa guerrilla en 2016.
"Ellos tuvieron su oportunidad. Yo creo que el camino que les queda es el del sometimiento", expresó el senador Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno del premio Nobel de la Paz Juan Manuel Santos en el acuerdo de 2016.
Petro, que también negocia con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), inició en octubre pasado conversaciones con el Estado Mayor Central (EMC), truncadas por divisiones internas dentro de ese bloque de disidentes.
La negociación inicia después de la firma, también en Caracas el 5 de junio, de un documento fundacional enfocado en "promover cambios y reformas democráticas para la paz en la que las poblaciones y los territorios sean la prioridad, fortaleciendo la movilización social", según el gobierno.
El documento habla del establecimiento de comisiones negociadoras para alcanzar "el desescalamiento del conflicto, la construcción de territorios de paz", así como la atención de víctimas.
"No se identifica que alias Iván Márquez o la Segunda Marquetalia estén buscando una pista hacia lo político", explicó a la AFP Francisco Javier Daza, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación (PARES). "Busca un desescalamiento de la violencia en los territorios donde ellos operan: la idea de llegar al poder, del poder estatal, no figura en la agenda de lo que se va a negociar".
Antes de iniciar los diálogos, el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Helder Giraldo, adelantó que "hay acercamientos" para llegar a un cese al fuego bilateral.
A diferencia del EMC, no ha llegado a crecer tanto, aunque cuenta con una quincena de subestructuras en el suroeste de Colombia, llegando a tejer alianzas también con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), con quien también negocia la paz el Gobierno de Petro.
El Gobierno ha acogido con satisfacción la renuncia de la guerrilla a los secuestros como forma de financiación, su predisposición a negociar con ganaderos y grandes latifundistas a fin de lograr un reparto equitativo de las tierras --demanda original de las FARC--, así como su retórica a favor del medioambiente.
No obstante, queda todavía por fijar el marco legal en el que se situará al grupo, ya que podría haber perdido su estatus político --del que goza el ELN-- al haberse desligado de los acuerdos de paz de 2016 y por tanto ser catalogado como organización criminal, lo que modificaría por completo el devenir del diálogo.
La negociación que comenzó este lunes en la capital venezolana es una nueva oportunidad para abordar un conflicto enquistado durante décadas y que en los últimos años se ha intensificado. El de Segunda Marquetalia será el tercer proceso de paz iniciado por Petro, después de los del ELN y el EMC.