LOS CRÍMENES contra las mujeres se han convertido en uno de los principales problemas en Colombia. Aunque existen leyes para tratar de combatirla, Gloria Roncancio, representante de víctimas de la organización ‘Justicia para Todas’, aseguró que no existe voluntad ni recursos para hacer cumplir las normas.
Según cifras reveladas por esta defensora del derecho de las mujeres a una vida sin violencia, hasta el 6 de junio de este año se contabilizaron 128 feminicidios. Pero destacó que los casos se han recrudecido, en comparación con el mismo período del año anterior, ya que los asesinatos incluyen violaciones, desmembramientos, torturas, disposición de cuerpos en bolsas y otras atrocidades.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es el balance de feminicidios que maneja la fundación hasta ahora?
GLORIA RONCANCIO: Hasta el 6 de junio de este año ha habido 128 feminicidios, pero los métodos utilizados han hecho que el delito se recrudezca. Muchos de los asesinatos a mujeres este año han incluido abusos sexuales, desaparición forzada, desmembramientos, disposición de cuerpos en bolsas y ríos, además de torturas. Hemos visto un incremento de casos en la Costa Caribe, en especial en Atlántico y Magdalena.
ENS: Se habló mucho en esta legislatura de proyectos de distintos partidos para aumentar la protección de la mujer ante caso de violencia política y casos intrafamiliar, ¿cuáles fueron las conclusiones a las que se llegaron al respecto en estos primeros seis meses?
GR: Durante el balance de esta legislatura, observé el proyecto que contiene fórmulas para combatir violencia política. Pero no observo que haya un proyecto o una ley que fortalezca las cosas que ya tenemos.
En Colombia hay leyes y son suficientes en temas de prevención, judicialización y sanción. No es que Colombia requiera más normas, ya que desde 2008 estamos con la Ley 1257, que es la que nos debería servir para prevenir y atender. De nada sirve crear leyes si no les dan recursos.
En Santa Marta no hay casa refugio. En los últimos tres meses como organización hemos tenido que atender a tres víctimas para la representación judicial y hemos tenido que buscar recursos para atenderlas en materia de seguridad. Las mujeres no se pueden esperar hasta la aprobación de proyectos.
ENS: ¿Qué se debe hacer en Colombia para frenar los ataques en contra de las mujeres, sobre todo, para evitar que hechos como los feminicidios sigan suscitándose?
GR: Lo primero que uno puede hacer para frenar algo es entenderlo. Colombia no entiende la magnitud del asunto y sigue en automático diciéndole a las víctimas que denuncien, que huyan de casa y que identifiquen las señales. Pero, aun así, las cifras no bajan porque no hay violencia que se vaya a prevenir si quien actúa es solo la víctima.
También hay que mejorar la educación, pero no solo en primera infancia, sino en todas las edades, ya que el ser humano es capaz de aprender en cualquier momento, con la finalidad de desmontar estos estereotipos.
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Finalmente, hay que atender adecuadamente a las mujeres; es decir, no solamente es judicializar, pues en este país les encanta condenar, pero las víctimas también necesitan atención, reparación, que atiendan a sus hijos.
ENS: Mencionó el tema educativo como una herramienta útil para reducir la violencia contra las mujeres, ¿qué se está haciendo para fomentar estos procesos de formación y capacitación?
GR: Desde las entidades, específicamente el 1257 de 2008, se establece que en básica primaria tendría que estar ingresada una cátedra sobre violencia contra la mujer. Puede ser que la hayan integrado, pero no ha tenido el impacto deseado ni tampoco hay personas capacitadas para eso.
Si uno no forma al educador, pues no es posible que el educador haga un buen trabajo para eso. Desde la fundación, deseamos llevar más educación a la población al respecto, pero en este momento, por la gran cantidad de demanda de familias que necesitan representación, nos estamos concentrando en ellas para darles representación judicial. Sin embargo, llevamos 10 días en activismo en cuanto a violencia contra las mujeres.
ENS: Si considera que las leyes existen en Colombia para evitar crímenes en contra de las mujeres, ¿qué hace falta para reducir el número de eventos?
GR: La única que consideramos que es urgente, ya que no tenemos una legislación clara, es la de explotación sexual para mujeres y hombres adultos. Hay un vacío y si sigue así, el Estado colombiano tiene que dar aplicación del artículo sexto de la convención de la Cedaw y eliminar cualquier tipo de prostitución. Si no se elimina y por los índices que estamos registrando de explotación sexual, ningún tipo de violencia se va a eliminar, ya que todos los tipos de violencia están ligados.
ENS: ¿Se requiere más esquema preventivo del Estado colombiano?
GR: Sí, pero no solo por parte del Estado. Se trata de un trabajo intersectorial. Si se mira la 1257, incluso comunicaciones tienen unos deberes a través del Ministerio de las TIC. No puede ser solamente el Estado, pues, de esa manera, no va a servir.
Para combatir este flagelo deben intervenir comunicación, empresa privada y sociedad. Y falta mucho por hacer, precisamente por lo que comentaba al principio: “como no se entiende difícilmente se va a prevenir”.
ENS: ¿Aumentar las penas de feminicidio ha terminado siendo un efecto disuasivo para evitar que a las mujeres las asesinen en este país?
GR: No. El delito tiene como fin visibilizar y observar que a nosotras nos matan por el hecho de ser mujeres y eso es un nivel de discriminación evidente que hay que atacar. Pero ningún feminicida va a comprar el Código Penal para leer de cuánto es la pena. Ellos simplemente toman esa decisión, pues el sistema cultural sigue siendo el mismo.