Galán, favorito a la Alcaldía de Bogotá e incluso a ganar en primera vuelta | El Nuevo Siglo
Carlos Fernando Galán perdió cerradamente en 2019 la Alcaldía ante Claudia López y hoy podría ser elegido –incluso sin necesidad de ir a segunda vuelta– como su sucesor a partir del 1° de enero de 2024. / Foto Catalina Olaya - EL NUEVO SIGLO
Viernes, 27 de Octubre de 2023
Redacción Bogotá

Tras una de las más intensas campañas electorales de los últimos años, Bogotá llega hoy a las urnas con un panorama muy claro en cuanto a quién puede ser el nuevo titular del Palacio Liévano a partir del 1° de enero de 2024, pero con un interrogante a bordo: si su elección se confirmará hoy o será necesario esperar a una eventual segunda vuelta, que tendría lugar el domingo 19 de noviembre. 

Todas las encuestas conocidas en las últimas dos semanas coinciden en que el candidato del Nuevo Liberalismo, Carlos Fernando Galán, apunta a ser el más seguro sucesor de la alcaldesa Claudia López, elegida en octubre de 2019 a nombre de una coalición de centro izquierda encabezada por la Alianza Verde. 

Galán, exsenador, exconcejal y excandidato a la Alcaldía hace cuatro años, cuando perdió precisamente con López por 86.200 votos, pese a obtener 1'022.362, tiene una ventaja considerable en los sondeos que, si no se hubiera cambiado la legislación e instaurado la segunda vuelta electoral en la capital del país, llevaría a que resultara electo hoy de forma inmediata.

Como se sabe, a partir del acto legislativo 03 de 2019 se estableció que en las elecciones de mandatario distrital para ser electo en primera vuelta se requiere sumar más del 40 % de los votos válidos y sacarle una ventaja mayor al 10 % al segundo en competencia. 

En varias de las encuestas de esta última semana Galán se ubicó levemente por encima de ese umbral del 40 %, en tanto que el candidato del Pacto Histórico, exsenador Gustavo Bolívar, y el aspirante independiente Juan Daniel Oviedo, exdirector del DANE, figuraban con distancias sustancialmente superiores a ese 10 % con respecto al aspirante del Nuevo Liberalismo. 

Si bien es cierto que Galán en los últimos días se mostró muy confiado de poder triunfar hoy de forma definitiva, es decir, sacando más del 40 % de los votos y aventajando al segundo por más del 10 %, también dejó claro que estaba listo para ir a un balotaje en tres semanas.

De hecho, las encuestas respecto a lo que podría pasar en una eventual segunda vuelta también muestran al exsenador con ventajas superiores incluso a los 30 puntos porcentuales si tuviera que enfrentarse con Bolívar u Oviedo. 

El resto de candidatos, es decir, Rodrigo Lara (movimiento Lara-Demócrata), Diego Molano (movimiento Reconstruyamos Bogotá), Jorge Enrique Robledo (partido Dignidad y Compromiso), Jorge Luis Vargas (partido Cambio Radical), Nicolás Ramos (movimiento Más Acciones, Menos Rostros) y Rafael Quintero (Alianza Democrática Amplia), aparecen muy abajo en los sondeos de preferencias electorales, por lo que difícilmente tendrían alguna oportunidad de alcanzar en las urnas a Galán, Bolívar y Oviedo.

 

Voto castigo

Al decir de muchos analistas, la amplia ventaja con que llega hoy al día definitivo Galán se debe a tres factores muy puntuales. 

De un lado, a que esta es su tercera aspiración al Palacio Liévano, razón por la cual se le abona que tiene un amplio conocimiento de la ciudad, sus realidades, potencial y problemáticas. 

De hecho, al ser el segundo en votación en octubre de 2019, se le asignó por ley una curul en el Concejo, en donde estuvo hasta finales de 2021, cuando renunció para postularse al Senado a nombre del Nuevo Liberalismo en los comicios de marzo de 2022, cuando esa  lista no alcanzó el umbral y por lo tanto no tuvo ningún candidato electo. 

 

En el tiempo en que duró como cabildante, Galán realizó una intensa tarea de control político a la gestión de López, y si bien no hizo una oposición férrea a su administración, sí fue muy crítico de varios de sus principales proyectos y ejecuciones.

En segundo lugar, es claro que Galán ha logrado el apoyo de una mayoritaria porción de bogotanos que están muy inconformes con los resultados de la primera alcaldesa en la historia de la ciudad, sobre todo por el mal manejo a problemáticas de alto impacto para la ciudadanía como la inseguridad, que sin duda es hoy el principal flanco débil de lo realizado por López. 

Galán, asimismo, ha advertido de una serie de falencias en materia de política económica y social en los últimos cuatro años, señalando que se requiere un cambio urgente en el rumbo de la ciudad y en la forma en que el Distrito debe afrontar muchas de las dificultades del día a día de los capitalinos. 

No deja de ser llamativo que la Alianza Verde, pese a ser el partido que hoy tiene la Alcaldía, no terminó presentando candidato para la sucesión y, de hecho, algunos sectores señalan que López sería más partidaria de que Galán sea electo, ya que en los últimos meses, aunque inicialmente apoyó a Petro, se ha convertido en una fuerte contradictora, sobre todo por la insistencia de la Casa de Nariño de modificar el contrato para la primera línea del metro y no colaborar eficientemente en la estrategia distrital para combatir el pico delincuencial.

En tercer lugar, resulta evidente que, así como ocurre en ciudades como Medellín, Cali y la misma Bogotá, el favoritismo del hijo del inmolado candidato presidencial Luis Carlos Galán está soportado también en el alto grado de descalificación de muchos colombianos tanto a la gestión de los gobernantes de izquierda en esas capitales (los índices de aprobación de Daniel Quintero, Jorge Iván Ospina y López son muy bajos), como a lo que ha sido la accidentada gestión del presidente Gustavo Petro en estos 15 meses de mandato.

Es decir, que tanto en Bogotá como en muchas otras jurisdicciones en donde la izquierda tuvo una alta votación tanto en las regionales de 2019, como en las parlamentarias y presidenciales de 2022, hoy se puede estar configurando un voto castigo muy fuerte a ese sector político e ideológico, que será capitalizado muy seguramente por candidatos del centro y la centro derecha, opositores reconocidos del Pacto Histórico, principal coalición de la Casa de Nariño. 

 

Péndulo político

Si bien es cierto que nadie puede cantar victoria hasta que se cuenten y escruten los votos, y que Bogotá en varias ocasiones ha mostrado resultados electorales sorpresivos, lo más probable es que hoy, con un eventual triunfo de Galán, haya o no segunda vuelta, el péndulo político de la capital del país vuelva a dirigirse al centro y la centro derecha. 

Como se sabe, en lo corrido de este siglo la centro izquierda ha primado en la ciudad, empezando por Lucho Garzón (2004-2007), Samuel Moreno (2008-2011, complementando su periodo Clara López), Gustavo Petro (2012-2015) y López (2020-2023). La única excepción en esa tendencia política fue la de Enrique Peñalosa, cuyo segundo periodo se dio entre 2016 y 2020. 

Así las cosas, todo indica que la izquierda saldrá del poder en la capital del país, constituyéndose en un duro golpe para el gobierno Petro, que a mediados del año pasado se había puesto como meta principal no solo reflejar su potencial electoral de las parlamentarias y las presidenciales en el mapa político territorial en los comicios de hoy, sino garantizar la sucesión de izquierda principalmente en el Palacio Liévano. 

Al tenor de las encuestas, Galán, que ha sido un fuerte crítico de la gestión de la Casa de Nariño, apunta a ser el nuevo titular del segundo cargo de elección popular más importante del país, mientras que la carta petrista, el exsenador Bolívar, no tendría opciones de triunfo ni en la primera como tampoco en la segunda vuelta. 

Oviedo, que al comienzo de la campaña lideró los sondeos, empezó a perder terreno no solo cuando se lanzó Galán y semanas después Bolívar (a quien tuvieron que rogarle que se postulara), sino que su estrategia de mostrarse como un candidato de tercería en medio de la polarización política entre izquierda y derecha no progresó. Sin embargo, hay quienes consideran que hoy, impulsado por el voto de opinión y el voto de sectores LGBTI, podría dar la sorpresa y pasar a la segunda vuelta, dejando por fuera de competencia al aspirante del Pacto Histórico y haciendo más dura la derrota del petrismo en la ciudad.