Buscar acuerdos bilaterales entre Colombia y Venezuela para resolver la situación fronteriza, pidió el representante conservador Juan Carlos García, oriundo de Norte de Santander. El parlamentario propuso también que este hecho se expresara en la Ley de Orden Público, sobre todo de la forma como estarían delimitadas las zonas de concentración.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es la situación actual de Norte de Santander?

JUAN CARLOS GARCÍA: Estamos un poco extrañados por la reacción de solicitar a los venezolanos pasaportes y los requisitos cuando nunca se ha hecho por parte de ambos países. Creemos que la Cancillería colombiana debe hacer más énfasis en la integración regional por parte de ambos países que puedan garantizar no solo la movilidad, el comercio con acuerdos binacionales, que sean estables y que puedan garantizar una verdadera relación de hermandad entre ambos países, creemos que no se han tomado por parte de ambos gobiernos, con seriedad y detenimiento unos puntos de acuerdo que traten de flexibilizar la seguridad en la frontera. Cuando hay un parte de tranquilidad hay políticas aisladas, que coyunturalmente no van a terminar en el  mismo desastre como se venía manejando la frontera.

ENS: ¿Qué propuesta hace?

JG: Retomar las zonas de integración fronterizas, con gente de la frontera. Lamentablemente las determinaciones se toman a nivel nacional, desconociendo la radiografía fronteriza. Ahora la zona fronteriza es catalogada como zona de reserva campesina, cuando hay una suspensión por parte de la Corte Constitucional, ¿Qué representaría ello para la frontera colombiana?, que Cúcuta quedaría entre Venezuela sin ningún argumento, y quedaría frente a una reserva campesina, una zona de concentración como lo están manifestando con los acuerdos de las Farc, y con la presencia del Epl, y Eln con mayor número de hombres, quedaría sitiada la frontera. La cancillería debe retomar el asunto, por los canales diplomáticos, pero que sean plasmados en acuerdo internacional que represente el verdadero sentir de las zonas de frontera como es la frontera más dinámica terrestre, como es la ciudad de Cúcuta.

ENS: ¿Qué se ha podido hacer?

JG: Creo que la oportunidad en estos 6 meses es hacer una radiografía general de cada uno de los gremios de la frontera afectados, hacer una valoración de un observatorio jurídico en delincuencia en ambos lados de la frontera y así tomar unas medidas que no se han tomado con un criterio y concertación, eso nos parece un error.

ENS: ¿Pero ya se viene hablando de una posible reapertura de la frontera?

JG: Sí, para transporte están manifestando, pero vuelvo e indico, no hay ni un convenio binacional que pueda garantizar un transporte de carga, un transporte entre ambos países, hacer un transbordo en el puente o en las zonas fronterizas adecuadas, y esto nos garantiza el desarrollo del comercio, como en todos los países de Latinoamérica. Desde que no haya unas zonas de integración fronteriza en donde se enmarca la cultura de ambos países es muy difícil que haya una reconciliación y que salga adelante la frontera.

ENS ¿Qué constancia dejó usted en la ley de orden público?

JG: No queremos ser una camisa de fuerza, dado que el país es un país de fronteras, pero hay unas fronteras que deben ser analizadas con detenimiento, zonas de frontera como la de Nariño que presentan todos los males que ha dejado el narcotráfico, en compañía de grupos al margen de la ley, en compañía de contrabando, en compañía de la riqueza, el mismo esquema que tiene el Catatumbo, frontera con Venezuela, con una producción de droga, de cultivos ilícitos, en el mismo sentido Arauca, en este orden de ideas hemos acordado trabajar sobre una ponencia para darle unos límites de donde pueden estar situadas estas zonas de concentración para que no llegara a las zonas de frontera, sino que fueran unos sitios que no hicieran tanto daño. Un retén del Eln a 10 minutos de una zona de concentración sería un problema, casi que internacional.