¿LA CUARTA es la vencida? Esa parece ser la meta de varios partidos políticos de cara a la insistencia por reducir el tamaño del Congreso y los salarios de los senadores y representantes a la Cámara.
Como se sabe, en las tres legislaturas a lo largo del gobierno Duque varios proyectos de reforma constitucional que planteaban disminuir el número de escaños en ambas cámaras así como los sueldos de los parlamentarios se hundieron, pues no alcanzaron las mayorías en comisiones ni en plenarias. Todo ello en medio de cruces de acusaciones entre las bancadas gubernamental, de oposición e independientes.
A ello se suma, que durante estos dieciséis meses de crisis por la pandemia de covid-19 una de las mayores críticas al Parlamento es que los congresistas no aceptaron una rebaja de salarios, como se los pedía todo el país en medio de la urgencia de redirigir recursos públicos para financiar el plan de contingencia sanitaria así como sufragar los subsidios y programas de asistencia social de emergencia para los sectores poblacionales más afectados por el coronavirus.
Ni siquiera progresaron las propuestas para disminuir los gastos de representación o los viáticos, pese a que la mayoría del tiempo las sesiones han sido virtuales, es decir que los senadores y representantes a la Cámara trabajan desde sus casas.
De hecho, generó muchas críticas e indignación en muchos sectores del país que mientras el salario mínimo de los trabajadores en Colombia aumentó en 3,5% para 2021, en diciembre pasado, según lo dispone un mandato legal, el presidente Duque firmó un decreto que reajustó el sueldo de los parlamentarios en un 5,12%, con lo cual pasaron de recibir $32.741.000 a $34.417.000 al mes.
Menos sesiones
Sin embargo, de cara a esta cuarta y última legislatura del gobierno Duque, que se instala mañana, ya varias colectividades anunciaron que radicarán de nuevo iniciativas para reformar el Congreso.
De hecho hay una muy adelantada, puesto que se considera que hay la suficiente voluntad de las bancadas para aprobar en segunda vuelta el proyecto de acto legislativo por medio del cual se modifica el artículo 138 de la Constitución y se amplía periodo de sesiones. Al respecto, la plenaria del Senado, a mediados de junio, aprobó la iniciativa por 79 votos a favor y ninguno en contra en cuarto debate.
Puntualmente el proyecto, que en el primer semestre superó cuatro debates en ambas cámaras, busca ampliar el segundo periodo de las sesiones ordinarias del Congreso, que ya no comenzaría el 16 de marzo, sino un mes antes. De esta forma, el Legislativo pasaría de sesionar ocho a nueve meses en cada legislatura.
La iniciativa, que comenzará esta segunda vuelta por la Comisión I de Cámara, va en la dirección, según sus ponentes, de permitir más tiempo para la discusión detallada y cualificada de los temas que le interesan a la ciudadanía. Igual busca dar más espacio para el control político y el desarrollo de otras funciones propias de la institución en sus comisiones permanentes, especiales y accidentales así como en las plenarias.
Reducir tamaño
También se volverán a radicar proyectos de acto legislativo que plantean disminuir el número de congresistas a partir de julio de 2022, cuando se instale el Parlamento del próximo mandato presidencial.
El Centro Democrático, por ejemplo, anunció que insistirá en este tema, ya sea por la vía de un referendo o plebiscito -anunciado desde finales de 2019 pero que no arrancó en forma- o mediante un nuevo acto legislativo en esa materia.
Incluso, este fin de semana el senador y expresidente de esa corporación, Ernesto Macías, sostuvo que va a radicar mañana tres iniciativas al respecto. La primera busca disminuir el número de curules en el Senado y la Cámara. La segunda reducirá y establecerá un tope en los salarios de los parlamentarios.
La tercera reforma que impulsará Macías planteará un recorte presupuestal en el costo de las Unidades de Trabajo Legislativo (UTL) de cada parlamentario. Como se sabe, cada congresista tiene un promedio de 50 salarios mínimos mensuales para asignar en su respectivo equipo de asesores y demás equipo.
Desde la izquierda también se han anunciado sendos proyectos para hacer menos costoso el Parlamento, sobre todo en cuanto a disminuir los salarios, primas, gastos de representación, viáticos y otros emolumentos. Uno de los que anunció iniciativas en ese sentido fue el senador petrista, Gustavo Bolívar.
De otro lado, también hay senadores que consideran que se debería ir más allá. Por ejemplo, el senador Rodrigo Lara, de Cambio Radical, dijo a finales de la pasada legislatura que el trabajo de los parlamentarios no debería tener un salario sino honorarios y que pudieran ejercer sus profesiones, también como un servicio público.
16 curules más
Paradójicamente, por ahora el Parlamento que se elegirá en marzo del próximo año, lejos de disminuir el número de curules, estas aumentarán, en virtud del fallo de la Corte Constitucional que revivió semanas atrás las llamadas 16 “curules de paz para las víctimas” en la Cámara. La Registraduría ya informó que estos escaños tendrán que escogerse en esa jornada democrática y expidió la respectiva resolución días atrás.
También hay parlamentarios que han anunciado que se requiere dar más representación a los jóvenes (que tuvieron rol principal en la reciente ola de paros) así como a grupos poblacionales específicos, como los colombianos en el exterior, confesiones religiosas o el pueblo Rom (gitanos).
A lo anterior se suma que hay voces en el Congreso que consideran que disminuir el tamaño del Parlamento es una medida antidemocrática porque afectaría la posibilidad de representación de partidos pequeños y minorías políticas, al tiempo que favorece las grandes colectividades y sus maquinarias políticas.
Tampoco faltan los que proponen que en vez de tener menos curules, lo que se debe buscar es que las regiones tengan una mejor representación en el Senado, en donde hoy más de una decena de departamentos no tienen ningún vocero. De allí que insistan en eliminar la circunscripción nacional para la Cámara alta.
Por el momento, no se sabe si el Gobierno apoyará los proyectos para disminuir el tamaño del Congreso o el salario, ya que si bien fue una promesa de campaña del presidente Iván Duque, ya en el ejercicio de su mandato no se pudo avanzar en esa dirección debido a las ajustadas mayorías de la coalición oficialista en el Parlamento y el continuo rifirrafe con la oposición y los independientes.