La sucesión de bajas en el Alto Gobierno durante este año | El Nuevo Siglo
José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda, aseguró que el presidente le argumentó que “quería gobernar con personas más cercanas”. /Twitter
Sábado, 3 de Junio de 2023
Redacción Política

EL PRÓXIMO miércoles, el Gobierno Petro cumplirá 10 meses en el poder, en el marco de una gestión caracterizada por la inestabilidad, las continuas crisis políticas y una serie de escándalos. Una de las principales consecuencias de toda esta situación ha sido el alto recambio en la cúpula de la Casa de Nariño, el Gabinete, así como en otros altos cargos.

La inestabilidad de los funcionarios más importantes ha sido más marcada en lo que va corrido de este año, generando un antecedente incluso mayor al que había fijado ya el propio Presidente cuando fue alcalde de Bogotá y rompió récord en materia de cambios en el gabinete distrital.

La mayor prueba de esta circunstancia gubernamental se da en el propio gabinete, que en lo corrido de 2023 ha sufrido dos grandes remezones, en medio de los cuales 10 titulares de carteras terminaron siendo retirados de sus funciones.

El primer remezón se dio el pasado 27 de febrero cuando el presidente Petro decidió cambiar a los ministros de Educación, Alejandro Gaviria; Deportes, María Isabel Urrutia; y de Cultura, Patricia Ariza.

La salida del primero estuvo relacionada con sus fuertes críticas al proyecto de reforma a la salud que impulsaba la entonces ministra Carolina Corcho. Como se sabe, Gaviria es un experto en la materia, ya que ocupó esa cartera por 7 años durante el Gobierno Santos.

Entretanto, las salidas de Urrutia y Ariza fueron relacionadas, según trascendió, con inconformidades del presidente, por la gestión de María Isabel Urrutia y roces de la primera dama, Verónica Alcocer, con la segunda.

Casi dos meses después, el 26 abril, el jefe de Estado aplicó un remezón aún más grande en el gabinete, que apenas si completaba nueve meses de gestión. Los titulares de Hacienda, José Antonio Ocampo; Agricultura, Cecilia López; Interior, Alfonso Prada; Salud, Carolina Corcho; Ciencias, Innovación y Tecnología, Arturo Luna; TIC, Sandra Urrutia; y de Transporte, Guillermo Reyes, salieron de la nómina ministerial.

Como se recuerda, gran parte de este segundo cambio se debió a la ruptura de la coalición gubernamental, luego de que el propio presidente de la República diera por terminada su alianza con los partidos Liberal, Conservador y de La U, debido a los reparos de estas colectividades a los proyectos de reforma laboral, pensional y, sobre todo, al de la salud.

Varios de los salientes ministros se consideraban cuota directa de esas tres colectividades, en tanto que otros, como Néstor Osuna en Justicia y Catalina Velasco en Vivienda, que se pensaba representaban al liberalismo, siguieron en sus cargos, pero a título personal, sin ningún tipo de relación con las toldas rojas, cuyo jefe único, el expresidente César Gaviria, ya para entonces estaba convertido en uno de los más fuertes críticos de la Casa de Nariño.

Por entonces, siquiera, se rumoraba la inminente salida del titular del Departamento Administrativo de Presidencia, Mauricio Lizcano, quien tendría fuertes roces con algunos de los principales asesores del jefe de Estado. Sin embargo, de manera sorpresiva, el alto funcionario terminó siendo designado ministro de la cartera de los TIC.

En su reemplazo, el presidente Petro terminó designando a Carlos Ramón González, quien venía de ser copresidente de la Alianza Verde, en donde defendía al petrismo frente a otros sectores críticos de esa colectividad contra el gobierno.

Sin duda alguna, la salida que más sorprendió fue la de Ocampo, ya que el zar de las finanzas era considerado el elemento de estabilidad de la política económica, incluso como el freno de algunas políticas de corte populista del propio gobierno, así como la excusa para neutralizar los riesgos fiscales de las reformas pensional, laboral y de salud.

Ocampo ya había tenido roces con varios de sus compañeros de gabinete y también con algunos pronunciamientos del Presidente en torno a falta de compromiso y lealtad de su equipo de trabajo que fueron relacionados, por la prensa, como indirectas a Ocampo.



De hecho, una de las circunstancias que habría acelerado su salida habría sido la forma en que el ministro de Hacienda respetó el proceso de elección del gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón, quien claramente no es de los afectos del presidente Petro.

De igual manera, se indicó en su momento que la salida de López de la cartera agrícola se debió no solo a los campanazos que había dado, a nivel interno, por el alcance de las reformas, sino también a algunas posturas técnicas sobre cómo debería ser la reforma agraria que el Ejecutivo quiere impulsar y el proceso de compra de más de 3 millones de hectáreas de tierras fértiles para repartirlas entre campesinos.

En su momento, estos dos remezones en el gabinete, que sin duda marcaron un récord frente a los gobiernos antecesores, debido a que abarcaron más de la mitad de la nómina ministerial y se dieron antes de cumplir el primer año de gestión, fueron catalogados por muchos analistas como una evidencia de la fragilidad política del Ejecutivo. Del mismo modo, se advirtió que, tanto en el gabinete como en el alto gobierno, la tendencia de izquierda radical se afincó, dejando en minoría a los sectores de centroderecha y centrista.

Otras salidas

A lo largo de este año, el gobierno ha sufrido otras bajas. Ayer, por ejemplo, Laura Sarabia, jefa de Gabinete y considerada por muchos como la mujer más ‘poderosa’ de la Casa de Nariño, fue sacada del cargo por parte del presidente Petro, debido al escándalo por el interrogatorio anómalo y las interceptaciones ilegales a su ex niñera y una de sus exempleadas domésticas.

Como se sabe, todo derivó de actuaciones abiertamente anómalas por parte de la Policía y posiblemente altos funcionarios de la Casa de Nariño, en el marco de una investigación por el robo de un dinero en la casa particular de Sarabia.

El exsenador Armando Benedetti, uno de los principales socios políticos del presidente Petro y quien fungía como embajador de Colombia en Venezuela, también cayó por este escándalo, en medio, incluso, de un rifirrafe con Sarabia, quien paradójicamente fue su asesora durante su tiempo de congresista y llegó a la Casa de Nariño con su recomendación.

Otra baja sensible para el gobierno en lo corrido de este año vino por parte de una decisión del Consejo de Estado, que anuló la elección del senador y presidente de esa corporación legislativa, Roy Barreras, tras comprobar que incurrió en doble militancia.

La salida de Barreras, a comienzos de mayo, significó un duro golpe para el gobierno, ya que, durante el primer tramo de la legislatura, en el segundo semestre del año pasado, fue su principal articulador político, tanto en la confección de la coalición parlamentaria (hoy rota), como en la aprobación de proyectos clave como la reforma tributaria por más de 80 billones de peso, entre otras iniciativas.

En el segundo tramo de la legislatura, este año, el panorama ha sido distinto, debido a que las principales reformas se encuentran trabadas en el Congreso, a lo que se suma la salida de Barreras y de Prada.

Otro revés para el Ejecutivo este año, fue la decisión del Consejo de Estado de anular la elección del contralor Carlos Hernán Rodríguez, decretada hace dos semanas, por vicios graves en el proceso de escogencia del alto funcionario en agosto del año pasado.

Si bien el titular del ente de control fiscal no pertenece al Pacto Histórico, sino que es más cercano al liberalismo y partidos de centroderecha, no se puede negar que su elección, el primer gran pulso político que impuso la coalición gubernamental en su arranque, contó obviamente con el ‘guiño’ del presidente Petro.

Este año, igualmente, el gobierno se ha visto forzado a remover a otros altos funcionarios. Por ejemplo, ordenó la salida del director de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo y Desastres, Juan Pava Sánchez, debido a la insatisfacción con su gestión.

De la misma manera, varios viceministros han sido removidos por distintas circunstancias, especialmente en las carteras de Minas, Trabajo, Educación, Cancillería y otras certeras, debido a diferencias con las políticas y los titulares.

Como se ve, para una administración que ni siquiera ha cumplido 10 meses, la cantidad de ministros y altos funcionarios que han tenido que salir del cargo es muy alta, confirmando el alto grado de ‘inestabilidad gubernamental’ y las graves implicaciones que esto tiene para la marcha de la gestión.

El caso ICBF

Igual de controvertida fue la salida de Concepción Baracaldo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) donde fungía como directora. Según reportes de la prensa, fue una de las primeras en recibir ‘regaños’ del mandatario nacional, tras el reporte de las muertes en La Guajira, a causa de desnutrición.