Definido ya que el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, y el independiente Rodolfo Hernández disputarán en segunda vuelta la sucesión de Iván Duque en la Casa de Nariño, la llave del triunfo dependerá de cuatro elementos básicos.

En primer lugar está la capacidad de cada aspirante para mantener la votación lograda ayer. Petro, con el 99,99% de las mesas escrutadas, sumaba anoche un total de 8,5 millones de votos, en tanto que el exalcalde de Bucaramanga ya tenía 5,9 millones de votos.

Se trata, sin duda alguna, de votaciones muy fuertes. De un lado, Petro superó su rendimiento electoral en la primera vuelta de 2018 (4,8 millones) e incluso la del ganador entonces, Iván Duque, que sumó 7,6 millones de respaldos. Es más, el aspirante del Pacto Histórico también sobrepasó ayer la votación que sacó para la segunda vuelta hace cuatro años, cuando sumó un poco más de 8 millones de votos.

A su turno, si bien Hernández no participó en la pasada contienda presidencial, su votación de ayer es claramente más alta de la que logró Petro en la primera vuelta de entonces (4,8 millones) y también superior a la del candidato de la tercería, Sergio Fajardo, que alcanzó a sumar más de 4,6 millones de votos en mayo de 2018. Otro dato clave: la votación del exalcalde de Bucaramanga este domingo superó la de la consulta interpartidista del pasado 13 de marzo del propio Pacto Histórico (5,8 millones de sufragios).

Así las cosas, es evidente que tanto Petro como Hernández arrancan campaña para el balotaje final con un plante electoral sin antecedentes. Y dado que se trata de dos perfiles y propuestas de gobierno muy distintas, es bajísima la posibilidad de que alguno de  ellos le vaya a quitar votos al otro de cara a la segunda vuelta del 19 de junio.

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Cruce de tendencias

En segundo lugar, debe tenerse en cuenta el ritmo de la tendencia política y electoral de la campaña. Es claro que desde hace varias semanas Petro venía perdiendo algo de fuelle proselitista, ya que las encuestas lo mostraban estancado en un 40% en promedio, como si hubiera llegado a su techo de forma tempranera. Al final, ese fue el porcentaje de votación que terminó sacando en las urnas ayer (40,32%).

Por el otro lado, Hernández venía en un ascenso sostenido, en medio del cual no solo superó a Fajardo en el tercer lugar de las encuestas, sino que, además, empezó a recortarle distancias rápidamente a Federico Gutiérrez, al punto que una encuesta los ubicó en empate técnico.

Sin embargo, ningún sondeo lo mostró por encima del exalcalde de Medellín, que al final fue claro que también se estancó en las últimas semanas, al punto que en las urnas no alcanzó el 24% de los sufragios depositados ayer por alrededor de 21 millones de colombianos, otro récord en participación electoral.

Hernández terminó pasando ayer a segunda vuelta con un poco más del 28% de los votos, lo que significa que en las últimas tres  semanas prácticamente duplicó su apoyo político, confirmando que tiene una tendencia al alza, en contraste a Petro, aunque este se encuentra todavía doce puntos porcentuales por encima del exalcalde bumangués, eso es claro.

Los bloques

El tercer aspecto a tener en cuenta tiene que ver con la capacidad que tenga cada candidato para poder sumar votos y adhesiones de cara a la cita en las urnas del próximo 19 de junio.

En ese orden de ideas, bien podría decirse que la llave de la Casa de Nariño está, principalmente, en el rumbo que vayan a tomar los votos de Federico Gutiérrez, que si bien perdió la posibilidad de disputar la sucesión de Duque, logró al final de cuentas más de cinco millones de votos, lo que representa el 23,8% de los 21 millones de sufragios que ayer se registraron.

¿Qué tantos nuevos apoyos podría sumar Petro? Es claro que entre los dos candidatos que pasaron al balotaje final el aspirante del Pacto Histórico asoma como el que tiene un margen más estrecho para recibir adhesiones electoralmente fuertes.

Para sumar más votos del centro, tendría que disminuir la radicalización de algunas de sus propuestas, pero ello le podría restar apoyos en los sectores más radicales.

De otro lado, no pocos analistas consideran que la mayoría de la fuerza partidista de la izquierda y la centroizquierda se hizo contar ayer en las urnas a favor del aspirante del Pacto Histórico.

Aunque una parte de los votos de Sergio Fajardo, que rozó los 900 mil respaldos, podría ir a las toldas petristas, no sería una cantidad que incline la balanza a su favor de forma sustancial. De hecho, en las últimas semanas ya había muchas voces en el fajardismo y la coalición de la Centro Esperanza que empezaron a considerar que Hernández era una opción viable para la segunda vuelta e incluso, bajo la tesis del llamado ‘voto útil’, ayer pudieron apoyarlo ya en las urnas en lugar de sufragar por el exgobernador antioqueño.

Como se dijo, a Petro también le queda difícil pensar que personas que votaron por Hernández ayer ahora se vayan a cambiar hacia las toldas del Pacto Histórico.

También resulta evidente que la votación de Gutiérrez, que tenía el apoyo del uribismo, los conservadores, La U, liberales oficialistas, MIRA y otros sectores de centro, centroderecha y derecha, es marcadamente antipetrista.

En ese orden de ideas, no se ve claro de dónde Petro va a poder sumar ese 10% de la votación (que podría representar no menos de 2,1 millones de votos) para asegurar un triunfo el 19 de junio en las urnas.

En la otra orilla está Hernández, que claramente buscará que buena parte de los votos que apoyaron ayer a Gutiérrez, se termine sumando a su campaña. De hecho, anoche mismo este último ya anunció que votará por el exalcalde bumangués.

Matemáticamente, la sumatoria de los porcentajes logrados ayer por el exalcalde de Bucaramanga y el exalcalde de Medellín ronda el 52% de los votos, lo que le podría dar, sobre el papel, el triunfo al ingeniero santandereano. A esto habría que sumar un 2% proveniente de los candidatos John Milton Rodríguez y Enrique Gómez Martínez.

Sin embargo, es obvio que Hernández logró dar la sorpresa ayer por su insistencia en mantenerse como candidato independiente, ajeno a las maquinarias políticas, tanto de izquierda, como de centro y de derecha. En ese orden de ideas, aliarse ahora con el uribismo, conservadores, La U, liberales, Cambio Radical, los verdes y otros facciones podría afectar el perfil de su campaña, al punto que algunos de sus apoyos  opten por el voto en blanco.

Sin embargo, en realpolitik el peso de las maquinarias partidistas no se puede desconocer y Hernández sabe que los cinco millones de votos de Gutiérrez pueden ser la llave de la Casa de Nariño.

¿Debates?

El último elemento clave en la contienda para la segunda vuelta será el rumbo de la confrontación. Es evidente que Petro tiene más experiencia discursiva, en plaza pública y en los debates mediáticos, toda vez que este es su tercer intento por llegar a la Casa de Nariño.

Precisamente por eso es muy posible que Hernández evite los cara a cara. De hecho, no asistió a la última ronda de debates entre los candidatos antes de la primera vuelta y si bien muchos analistas consideraron que esa ausencia le podría afectar, los resultados de las urnas evidenciaron todo lo contrario.

Mientras que Petro se inclinará por tratar de confrontar argumentalmente a Hernández, tratando de fijar en el electorado que este no tiene un programa de gobierno sólido, la urgencia del exalcalde de Bucaramanga será mostrarse como un dirigente que más allá del discurso confrontacional contra la corrupción y la politiquería, le “cabe el país en la cabeza” y puede implementar políticas realistas para superar las principales problemáticas nacionales. Los posibles equipos de gobierno que cada quien anuncie serán clave en este aspecto.

También está por establecerse qué pasará con los escándalos y cuestionamientos que rodean a cada uno de estos aspirantes. No hay que olvidar que ambos tienen procesos judiciales en distintas instancias y serán ‘munición’ de lado y lado.

Así las cosas, la campaña para la segunda vuelta, en la que todos pensaban hace apenas unas semanas que estarían Petro y Gutiérrez, obliga a barajar de nuevo tras la sorpresa dada por Hernández. Todos los escenarios cambian, eso es claro.