Perspectiva. Presidente Ospina, visionario en años 20 del siglo pasado | El Nuevo Siglo
Foto: Cortesía
Domingo, 28 de Mayo de 2023
Redacción Política

A propósito de que el próximo 23 de julio se cumplen 100 años de la creación del Banco de la República, por antonomasia hay que hablar de Pedro Nel Ospina, uno de los jefes de Estado más visionarios que ha tenido Colombia. Fue el ‘padre’ de varias instituciones que hace un siglo parecían innecesarias, pero que han ayudado a marcar el rumbo del país en todo este tiempo. 

Para reordenar la institucionalidad del país en materia económica y de rentas, el presidente Pedro Nel Ospina trajo un equipo de cuatro expertos de Estados Unidos, que se conoció como la Misión Kemmerer, en alusión al profesor Edwin Walker Kemmerer, quien la encabezaba, la cual hizo 10 recomendaciones, entre ellas la creación de un banco central.  

Ospina en su mandato, entre 1922 y 1926, también aportó de forma decidida al desarrollo y la industrialización a un país que había postergado estos temas por las guerras de origen partidista, como la civil de 1884-1885 y la de los Mil Días, entre 1899 y 1902, en las cuales él había participado defendiendo las ideas conservadoras. 

Construyó carreteras con empréstitos internacionales y también con parte de los 25 millones de dólares de la indemnización que pagó Estados Unidos debido a la separación de Panamá. Esta época se conoció como ‘la Danza de los millones’. 

Impulsó también el modo férreo. En 1918, como gobernador agilizó la construcción del ferrocarril de Antioquia. Su sueño era extender una red por la mayor parte del país y pensó en un trazado para unir a Bogotá con la costa norte, así como conectar otros tramos ya hechos. Así lo quiso hacer como presidente de la República. 

Con ese propósito el gobierno de Ospina sacó adelante en el Congreso la Ley de Ferrocarriles, 102 de 1922, que lo autorizaba para obtener créditos en el exterior por 100 millones de dólares. Desafortunadamente los bancos foráneos no le apostaron al proyecto y no se consiguieron todos los recursos.  

Esa vicisitud no frenó el ímpetu de Pedro Nel Ospina, pues de todas formas con los recursos que había se construyeron más de 600 kilómetros en la troncal entre Bogotá y Buenaventura; la de Occidente, que conectaría a Pasto y Popayán con Cali y Cartago; y la troncal oriental, que por Tunja y pasando por Santander conectaba con el ferrocarril de Santa Marta. 

De igual forma, en su gobierno se constituyó la primera compañía de aviación en Latinoamérica, la Scadta, de capital colombo-alemán, actual Avianca. 

Predestinado para dirigir 

Un hecho curioso en la historia de los jefes de Estado colombianos es que Pedro Nel Ospina nació el 18 de septiembre de 1858 en el Palacio de San Carlos, entonces casa de gobierno, pues su padre Mariano Ospina Rodríguez era el presidente. 

Sin embargo muy pronto, en 1861, el pequeño Pedro Nel comenzó a sentir los rigores de la violencia política de la época, pues el presidente Mariano Ospina fue derrocado por el general Tomás Cipriano de Mosquera. 

Tras escapar Mariano Ospina del encarcelamiento al que fue llevado a Cartagena por el gobierno de facto, marchó al exilio a Guatemala con su familia. 

La familia Ospina regresó en 1871 a Medellín, en donde años después Pedro Nel entró a estudiar en la Universidad de Antioquia, comenzó por literatura y luego pasó a medicina. Tuvo que suspender sus estudios por la guerra de 1876, en la que participó. 

Finalizado ese conflicto se marchó a Estados Unidos, en donde se graduó como ingeniero de minas. De ahí fue a Europa para complementar su formación académica.  

Ese periplo por Estados Unidos y Europa también le sirvió a Pedro Nel Ospina para empaparse de otras formas de gobierno, funcionamiento del Estado y de modelos de desarrollo, y posteriormente algo de ello lo inspiró cuando estuvo al frente del gobierno colombiano. 

Volvió en 1882 a Colombia, en donde se inició en la actividad empresarial. Se hizo socio de la Compañía de Instalaciones Eléctricas. Estuvo al frente de cuatro empresas dedicadas al negocio del café, en donde enseñó el cultivo científico del grano y mejoró los sistemas de regadío. 

También fabricó las primeras despulpadoras de café, ruedas Pelton para la generación de energía y herramientas de labranza.



Posteriormente lo atrajo la política, la que alternó con la actividad de empresario. En 1890 hizo parte de la Asamblea de Antioquia y entre 1892 y 1894 fue representante a la Cámara por ese departamento.

Fue senador en el período 1903-1910, embajador en Estados Unidos en 1910, y luego en Bélgica y Holanda. De regreso en Colombia fue elegido en 1913 a la Cámara de Representantes, desde donde trabajó por la unificación del Partido Conservador.

En 1922 fue elegido presidente de la República por el Partido Conservador.


La Misión Kemmerer

Pedro Nel Ospina llegó al poder en un momento crítico del país, en lo político por la renuncia de su predecesor Marco Fidel Suárez, por presiones de la oposición, y una economía de capa caída, no solo en lo nacional, sino también en el resto del planeta por el coletazo de la Primera Guerra Mundial.

Entonces, Ospina consideró necesario reordenar los servicios, rentas e impuestos nacionales. Para ello traería expertos del exterior que hicieran un diagnóstico y sirvieran de asesores en la preparación de los proyectos de decretos o leyes para ese propósito.

Decidió el mandatario buscar esos expertos en Estados Unidos. Al primero que contactaron fue al profesor Edwin Walker Kemmerer, a quien le dieron la libertad de elegir el resto de integrantes de la misión que desarrollarían en Colombia. Este escogió a H. M. Jefferson, Fred Rogers Fairchaild, Thomas Russell Lill y Frederick Bliss Luquiens.

Fue conocida como la Misión Kemmerer, la cual arribó a Bogotá el 10 de marzo de 1923. Poco después comenzó su trabajo, que desarrolló entre marzo y agosto de ese año, recorriendo diferentes regiones y entrevistándose con funcionarios, empresarios y ciudadanos del común, con el fin de que la receta para la recuperación administrativa y económica se ajustara a las necesidades y posibilidades del país.

Varias de las recomendaciones de la Misión Kemmerer fueron acogidas por el gobierno de Pedro Nel Ospina en proyectos que se convirtieron en leyes y les dieron vida a instituciones como el Banco de la República, la Superintendencia Bancaria, la Contraloría General de la República, que surgió de la transformación de la Corte de Cuentas. También organizó el Ministerio de Hacienda.

La Misión Kemmerer presentó 10 recomendaciones, de las cuales el gobierno de Pedro Nel Ospina asumió ocho, entre éstas la que condujo a la Ley de Timbre, que reorganizó la aduana y el recaudo de rentas nacionales. También la ley de impuesto sobre la renta.