LA ÚLTIMA bala del Gobierno Petro se agotará el día de hoy con la discusión en la plenaria de la Cámara de Representantes para buscar el avance de la reforma a la salud, que se ha quedado estancada en dos sesiones diferentes por falta de quorum. Tras la caída de la ley de financiamiento y el aplazamiento de la reforma laboral para 2025, al presidente le queda la carta de la salud para maquillar el cierre legislativo de 2024.
De momento, la plenaria no ha logrado convocar a los 97 representantes necesarios para iniciar la discusión plena de la reforma, además de tener un pico máximo cercano a los 85 congresistas. Con este número, las principales discusiones que se han presentado son los impedimentos, de los cuales, la secretaría general ha reportado más de 100 radicados por las diversas bancadas, avanzando en su mayoría en las dos últimas sesiones.
Pero ¿por qué no hay pleno para esta reforma? A diferencia de la Jurisdicción Agraria y Rural que tuvo llamado de emergencia por parte del Gobierno para ser impulsada antes del cierre de la legislatura o el impacto que tendría la ley de financiamiento en el bolsillo de los colombianos, y que contó con amplias mayorías contra esta iniciativa. La reforma a la salud sostiene posturas mixtas para su aprobación, pero sin haber de momento una contrapropuesta clara de la oposición que pueda entrar en discusión en esta reforma y con la que las partes puedan llegar a acuerdo para que sea impulsada.
Asimismo, los serios problemas presentados antes de la discusión de la reforma a la salud en Cámara han fortalecido el argumento de la oposición sobre los problemas que ha presentado esta cartera tras la llegada de Gustavo Petro. Si bien estos ya se presentaban desde antes, el incremento en quejas ante la Superintendencia de Salud; la crisis financiera del sector en múltiples EPS, especialmente las intervenidas; además de denuncias por corrupción han dejado debilitada esta reforma en este final de año.
“La reforma a la salud es tan mala que ni los congresistas del Pacto Histórico hacen quorum y la plenaria se acaba de desintegrar. El Gobierno debería entender que su adefesio contra la salud ya no tiene los votos”, señaló la representante Catherine Juvinao sobre la reforma. Una postura similar expresó Andrés Forero, miembro de la Cámara por el Partido Centro Democrático quien agregó “que los partidos que han estado del lado de este Gobierno no asistan a debatir la reforma a la salud es un mensaje para que esta se presente en el próximo semestre con rigor y con suficiente discusión”.
El mismo representante agregó que los principales problemas del sistema de salud no son tocados en profundidad dentro de la reforma, lo que perjudicaría aún más un aspecto importante para los colombianos. Asimismo, múltiples sectores y agremiaciones han afirmado que, a pesar de la discusión en las mesas técnicas, no se tomaron en cuenta todas las recomendaciones, por lo que habría exclusión de un sector importante de pacientes en esta reforma.
Los puntos polémicos de la reforma
La iniciativa radicada por el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, cuenta parcialmente con las minorías en Cámara. Además de no completar quorum para su discusión, los partidos de oposición e independientes han mostrado sus argumentos contra la reforma.
El primero radica en el poder que podrían adquirir gobernaciones y alcaldías dentro del sistema de salud, con un importante temor sobre la politización dentro del mismo. El segundo tiene un enfoque en la economía en el sector, pues inicialmente se asegura que hay una escasez de recursos, evidenciado en los problemas que se denuncian por la falta de giros y la deuda de las EPS con diversas entidades hospitalarias, y que ahora fragmentaría aún más la economía para el cumplimiento del servicio.
Y finalmente, queda la carga en los centros de atención. Quienes critican esta reforma apuntan a que habría un mayor peso en las entidades de atención primaria, y que estas, debido al flujo de pacientes en el país y la deficiencia en el sistema en algunas regiones del país, podrían provocar un desborde de demandas y una menor eficiencia en la atención en enfermedades como cáncer, VIH, además de patógenos huérfanos o raros.