Tras una intensa discusión de muchas semanas en la que el Gobierno y críticos han jugado a fondo sus argumentos, mañana, por fin, llegaría al Congreso el proyecto definitivo de reforma a la salud.

Por lo menos así lo señaló el presidente Petro, después de que se aplazara la radicación de la iniciativa que se había anunciado para el viernes anterior.

La antesala de la presentación del proyecto ha sido compleja y muy movida, como da cuenta el hecho de que a pocos días de llegar al Congreso, el Gobierno decidió el pasado jueves reunirse con representantes de nueve EPS para socializar aspectos principales.

En diciembre pasado, la ministra de Salud, Carolina Corcho, se había reunido con gremios de las EPS, Gestarsalud y Acemi, para hablar de la reforma.  

También la ministra se ha reunido con asociaciones médicas y otros actores del sector durante estas semanas para explicar la reforma. Sin embargo, la inquietud generalizada en estos encuentros es que el Gobierno no ha presentado el texto completo del proyecto sino los pilares, como es mover el foco de la atención hacia la prevención, así como su intención de suprimir las EPS en el papel que hoy cumplen de aseguramiento. 

También los partidos, incluso algunos de la coalición de gobierno como el Conservador, Liberal y La U, han manifestado su preocupación por el hecho de que al día de hoy no se conoce el texto completo. 

Durante la asamblea general de los gobernadores, el pasado martes, los mandatarios manifestaron su respaldo al proyecto en propósitos como mejorar la atención a los usuarios; sin embargo, pusieron sobre la mesa sus temores porque algunas de las modificaciones que se proponen pongan en peligro el sistema. 

El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, hizo énfasis en que "reconocemos y aplaudimos el énfasis de la reforma a la salud en la atención primaria y la ruralidad, constituyéndose como un avance enorme en la administración pública. Además de la implementación del sistema público único de información, elemento clave para atacar la corrupción". 

En tanto que varios mandatarios departamentales se preguntaron, ante la falta de claridad por desconocer el contenido completo del proyecto, cómo se fortalecerán la descentralización del sistema así como las secretarías de salud para que puedan realizar la inspección, vigilancia y control en el nuevo esquema que se propone.

También, el martes anterior, el Gobierno se reunió con miembros de la Junta Directiva de la nueva EPS y con una misión de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dentro del proceso de concertación previo a la presentación de la propuesta. 

En últimas, hay una torre de Babel sobre la reforma a la salud en la que todos hablan, pero no se sabe quién tiene la razón porque no se conoce con certeza el texto. 

La ministra de Salud dijo en días pasados a Blu Radio que “la razón por la que no se le ha presentado al país es, justamente, que si la presentamos incompleta van a decir que es improvisación y que va a generar mayor incertidumbre. Entonces consideramos lo más prudente, ya con el documento completo, cuando ya esté, hacer la presentación en la radicación del proyecto de ley”.

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Críticas

El presidente Petro defendió el jueves pasado ante los alcaldes de las ciudades capitales la reforma.

“Esto es un modelo mixto, complementario, no competitivo. El hospital público deja de ser empresa social del Estado, es decir, de buscar minimizar costos o recortar servicio, y se convierte en institución de la salud, como era antes”, explicó el jefe de Estado.

Precisó que actualmente el sistema ofrece un aseguramiento individual, pero “no hay una salud familiar”; y reiteró que el modelo que se propone tiene como uno de sus pilares la atención primaria y la prevención, por medio de los Centros de Atención Primaria (CAP), organizados en el territorio nacional.

“Entonces vamos a cambiar. Primer pilar fundamental, tener un modelo preventivo y de atención primaria fuerte”, sostuvo.

El mayor debate hasta el momento, por lo que se conoce de la reforma, es por las EPS, pues el Gobierno dice que deben desaparecer en cuanto al papel de aseguramiento que tienen porque los recursos no fluyen como debe ser a los prestadores del servicio, hospitales y otras instituciones. En la actualidad la deuda de estas empresas supera los $23 billones, según cifras de la Superintendencia Nacional de Salud. 

Sin embargo, Paula Acosta, presidenta ejecutiva de Acemi, dijo que hay incertidumbre sobre el contenido de la reforma. "Nuestro sistema de salud no es perfecto, hay cosas que las EPS tienen que replantear y mejorar, pero creemos que acá es muy importante preservar y mantener ese avance que hemos tenido como sociedad", dijo.

Agregó que "cuando usted dice: se tienen que afiliar las personas al centro de atención público más cercano y vamos a construir cerca de 10.000 o 20.000 centros de estos, pues implica volver a afiliarse a todos. ¿Qué va a pasar con las personas que en este momento tienen un tratamiento? ¿Tienen que volver a afiliarse? ¿Tenemos que esperar cuatro y ocho años a que se construyan estos centros?".

Por su parte, la directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos (Acesi), Olga Lucía Zuluaga, dijo que “el texto no lo conocemos. Sin embargo, el Gobierno nacional ha generado unas líneas gruesas en las cuales se va a basar la reforma. Compartimos varias de esas líneas”.

Mientras que Germán Gamarra, presidente de la Academia Nacional de Medicina, expresó a EL NUEVO SIGLO que “ha habido cualquier cantidad de discusiones sobre una reforma que la sigo denominando la ‘reforma fantasma’, y por eso no estoy dando ninguna declaración al respecto porque no conozco la versión oficial”. 

El exministro de Salud Jaime Arias destacó aspectos de la reforma como formalizar más el empleo en el sector, pero consideró que “tiene un tinte ideológico y político muy fuerte. La iniciativa que llama la ministra de la sociedad civil, se viene construyendo hace unos 10 años. Es un proyecto que hábilmente le apunta a las EPS”.

Por su parte, el exministro de Salud Fernando Ruiz se quejó por la falta de socialización “de una reforma de la que ni siquiera se conoce el texto. ¿Cuál discusión? Que el Congreso de la República certifique cuántas audiencias públicas se han hecho. Esto se quiere pasar a la brava, el proceso huele muy mal y va a ser un desastre para el pueblo colombiano”.

Los partidos

En una cita que tuvo el martes pasado el jefe del Partido Liberal, el expresidente César Gaviria, con las bancadas, les pidió no votar a “ciegas los proyectos”. Agregó que “somos un Partido Liberal reformista, no para arrasar, reformar para fortalecer. No queremos que Petro fracase, pero las reformas deben fortalecer, no arrasar”.

Los parlamentarios liberales tendrán una reunión con los ministros en los días siguientes para conocer de boca del Gobierno sobre las reformas, entre ellas la de salud.

En tanto que el Partido Conservador anunció una reunión en los próximos días del Directorio y la bancada para acordar una postura frente a la reforma a la salud. 

De antemano previno que no acompañará cambios que pongan en riesgo el sistema y el bienestar de los colombianos. 

También en el Partido de la U se reunirán para fijar su postura frente a esta reforma. Aunque varios de sus parlamentarios han manifestado que no comparten la eliminación de las EPS y otros aspectos del proyecto. 

La directora de La U, Dilian Francisca Toro, alertó que “la reforma a la salud sí es necesaria, pero construyendo sobre lo que hemos construido durante tantos años".