Urge más educación para el posconflicto: Laverde | El Nuevo Siglo
Sábado, 21 de Febrero de 2015

Trabajo con docentes, estudiantes, población vulnerable e indígenas viene adelantando la Fundación Universitaria del Área Andina en temas de paz y posconflicto. Su rector Fernando Laverde explicó el gran reto que tiene el sector educativo una vez se llegue a un acuerdo con los grupos armados ilegales.

 

EL NUEVO SIGLO: ¿De qué se trata el proyecto de educación para el posconflicto?

FERNANDO LAVERDE:Las instituciones de educación superior por mandato constitucional tenemos que trabajar todo el tema de paz, inclusión, tolerancia, en nuestras aulas, sin embargo, en el día a día esas cosas se van quedando y nos concentramos más en los temas de docencia e investigación. Hay varios proyectos, el más reciente es que de la mano de una ONG denominada Observatorio de la Paz, en cabeza de Vera Grave, presentamos al Ministerio de Educación un trabajo muy importante para generar unos espacios académicos, dirigidos al tema de la paz, que esto desde hace tres años se viene haciendo.

¿En qué consistía fundamentalmente? Era, a partir de la diversidad de pensamiento, ¿cómo los profesores y los estudiantes podíamos construir a partir de esa diferencia?, es una apuesta lo que se viene conscientes que el tema de la paz, más allá de un acuerdo firmado entre dos o tres actores, va más allá en la medida que Colombia tenga unos procesos más equitativos de distribución económica.

La educación superior es uno de los sectores más inequitativos. No más del 27% de nuestros bachilleres logra terminar su carrera, la deserción está cercana al 47%. Entonces, la educación tiene mucho que aportarle al tema de la paz, al tema del posconflicto, y si hay un ambiente de seguridad, de convivencia, ahí es donde tienen que estar las instituciones. Estamos también trabajando con algunas poblaciones con discapacidad cognitiva o física, con grupos de indígenas, ese es un proyecto reciente con los Emberá Katío en Frontino (Antioquia), donde ellos decidieron formar a 60 de sus ciudadanos, adelantar licenciaturas en educación, pero con el compromiso que se queden ahí mismo en la comunidad, es un trabajo que se hace con la estrategia metodológica a distancia y virtual.

ENS: ¿Qué percepción tienen los estudiantes frente a una eventual etapa de posconflicto?

FL:La experiencia ha sido muy positiva, creo que la universidad como institución y la familia como institución, tenemos una oportunidad con los jóvenes. Los chicos de ahora tienen unas ganas y unos deseos evidentes, registrables, concretos, de la necesidad de manejar todos estos temas.

En ocasiones se presenta más dificultad cuando tocamos estos problemas con los profesores e inclusive con los padres de familia, pero los jóvenes son  muy dados y ven esto como una gran posibilidad para el desarrollo de ellos mismos y del país.

ENS: ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con la población vulnerable: desplazados, indígenas, etc.?

FL:El enriquecimiento ha sido mutuo, para las mismas universidades. Un poco nos centramos a explicar el conflicto desde nuestras aulas o desde el marco teórico, pero otra cosa es al tenerlo en las aulas, tenerlos vivos, de carne y hueso frente a unas vivencias que posiblemente muchas de las universidades no tendremos la capacidad de poder responder, por eso nos tenemos que preparar.

Estos ejercicios con ellos, le ha permitido a la universidad aprender más del conflicto, no es uno que se mira desde el centralismo, porque Colombia tiene un gran centralismo en nuestra capital y otra cosa son los municipios, de aquellos pueblos que están lejos de los cascos urbanos donde son otras realidades, entonces hemos aprendido de ese proceso, y ellos también aceptan, lo reciben muy bien.

El Área Andina de la mano de otras organizaciones siempre hemos hecho el llamado que el acuerdo de paz, todas estas mesas de diálogo que se han venido haciendo y que son muy importantes ponen a prueba la institucionalidad de la educación superior, van a ponerla a prueba porque es la capacidad del perdón, de entender el discurso del otro, de renovarnos, y eso en el discurso cabe pero en la práctica es una complejidad. Una cosa es tener un profesor que explique toda esta problemática del posconflicto en Bogotá a irse a Tierralta, Córdoba, donde vivieron en carne propia todo un desangre, eso son cosas que hay que saber manejar. Hay que capacitar a nuestros maestros.

ENS: Desde la academia ¿cómo se está viendo el proceso de paz?

FL:Nosotros desde las instituciones consideramos que es un paso importante, la pregunta es: si para resolver los problemas sociales, los problemas de inequidad, de desarrollo, es suficiente. Creemos que estos procesos son importantes, que los principales actores del conflicto se sienten a dialogar, que es muy importante. Pero también nos genera grandes retos y grandes preocupaciones, y más que preocupaciones, grandes ocupaciones. Al nivel de estructura de Estado, este proceso de paz es un buen pretexto para que Colombia empiece a dar una mayor cobertura, por ejemplo en educación, no podemos seguir siendo excluyentes. Hace unos años el indicador de calidad era ¿Cuántos estudiantes quedaban por fuera del sistema? Eso ya no es visto de esa manera.