El lunes pasado el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ordenó al organismo penitenciario que tramite la repatriación de extranjeros presos en esa nación. De inmediato se prendieron las alertas en Colombia, ya que hay más de 1.500 nacionales en prisiones del vecino país. Aunque el gobierno Petro ya advirtió que no procede una deportación masiva de presos y que el acuerdo de repatriación exige estudiar caso por caso y contar con el consentimiento de la persona privada de libertad, la decisión ecuatoriana es acelerar su entrega, incluso dejándolos en la frontera. Si ello se concreta, el Inpec, cuyo director es el coronel Daniel Gutiérrez, tendrá que delinear un plan de contingencia para evitar que los presos deportados queden en libertad.