En esta actividad de los medios de comunicación suele decirse que cada vez que se cierra o sale del aire un programa informativo la democracia y la ciudadanía pierden algo. Y esa premisa es más que ajustada a la sensación que deja el que el pasado jueves, después de 32 años y diez meses de brega periodística, se emitiera por última vez el noticiero de televisión CM&, sin duda uno de los más antiguos y reconocidos en nuestro país.
Fundado, dirigido e inspirado por el experimentado Yamid Amat, este noticiero cubrió la realidad nacional e internacional por más de tres décadas, siendo un ejemplo de profesionalismo, dedicación y pasión por las noticias y la verdad.
Una gran cantidad de periodistas y otros profesionales de los medios de comunicación pasaron por su sala de redacción y corresponsalías en todo el país y el mundo. La mayoría de ellos reconoce que el noticiero fue una escuela de periodismo, innovación y de un estilo muy serio y distintivo de cubrimiento noticioso.
Haber sobrevivido a tantas coyunturas mediáticas, tecnológicas, políticas, económicas, sociales e institucionales no es fácil. De hecho, requiere una alta capacidad de adaptación y, sobre todo, de compromiso para que, fuera cual fuera el desafío, se mantuvieran los lineamientos éticos y periodísticos. CM& siempre lo hizo y ello se reflejó en los altos niveles de credibilidad que mantuvo el informativo a lo largo de sus casi 33 años de trabajo.
Desde estas páginas lamentamos la salida del aire de este noticiero insignia de la televisión colombiana y hacemos votos para, como lo dijeron sus presentadoras en la última edición, volver a encontrarnos en este cambiante mundo de las noticias, en donde todos los días los retos y escenarios son nuevos. Por ahora, harán mucha falta los colegas.