A 11 días de arranque del segundo tramo de la legislatura parlamentaria es claro que el Congreso tendrá una dura tarea hasta el 16 de junio. Sin embargo, desde ya es evidente que habrá tres situaciones que distraerán las funciones de Senado y Cámara de Representantes. En primer lugar está la tempranera puja por las presidencias de ambas cámaras legislativas que, como se sabe, recaerán esta vez en el partido de La U. Aunque, a diferencia de otros pleitos en esa colectividad, ahora no está primando el reiterado y, por lo mismo, desgastado pleito entre líneas santistas y uribistas, pues se da por descontado que el guiño del Presidente será definitivo, sí hay ya una puja regional, sobre todo en lo relativo al Senado.
Distracción parlamentaria (II)
El panorama en la Cámara, por lo menos hasta la semana pasada, parecía despejado. Todo parece indicar que el nombre del parlamentario antioqueño Augusto Posada no tendrá rival a la vista. Es más, el propio congresista le dijo días atrás a un periodista de EL NUEVO SIGLO que “internamente hay unos acuerdos para presentar mi nombre como candidato, pero eso está por definirse… Esperemos a ver qué pasa”. Lo evidente es que Posada ya está en campaña y las consultas con distintos parlamentarios indican que hay consenso en torno de su nombre y, por lo tanto, ya se da por seguro que el 20 de julio estará recibiendo el cargo de manos del liberal Simón Gaviria.
Distracción parlamentaria (III)
En cuanto a Senado, la situación parecía más clara semanas atrás cuando entre la bancada costeña, no sólo de La U sino de otras colectividades de la Unidad Nacional, se daba por seguro que David Name ya se podría estar considerando el seguro sucesor del conservador Juan Manuel Corzo. No obstante poco a poco empezaron a sonar otros nombres como los del huilense Jorge Eduardo Gechem, el vallecaucano Roy Barreras, la llanera Maritza Martínez y el nortesantandereano Efraín Torrado. Se dice que Name y Gechem tienen las más altas posibilidades, pero hay quien no descarta que Barreras, muy allegado ahora a la Casa de Nariño, podría ser el elegido en una especie de tercería.
Distracción parlamentaria (IV)
El segundo elemento que podría distraer la atención de los senadores y representantes es obviamente el tema interno de sus partidos, pues la mayoría de las colectividades tiene agendadas para lo que resta del primer trimestre sus respectivos congresos y asambleas, en las que no sólo deben someter a aprobación la reforma de los estatutos para acompasarlos con las últimas reformas políticas, sino que dichos cónclaves servirán para dirimir pulsos internos como el lío con los disidentes en el Polo, la puja entre santistas y uribistas en La U, los alcances de la reingeniería en el conservatismo, el dilema en los verdes entre oficialistas y mockistas, la polémica en Cambio Radical por el ritmo de la alianza a mediano plazo con los liberales y la controversia en las toldas rojas por su acercamiento con el santismo.
Distracción parlamentaria (V)
El tercer elemento que podría generar distracción en la agenda parlamentaria está referido a la posibilidad de que la candidatura del vicepresidente Angelino Garzón a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) vaya tomando más fuerza y se haga, entonces, más real la eventualidad de tener que elegir en el Parlamento un segundo a bordo del presidente Santos.