Off the record | El Nuevo Siglo
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Viernes, 15 de Noviembre de 2019
Redacción Política

No más cambios

 

“Están todos los que son y son todos los que están”. Con esa frase un congresista muy cercano a la Casa de Nariño le respondió a un periodista de EL NUEVO SIGLO cuando le preguntó en torno a si podrán darse más cambios en el gabinete del presidente Duque. Según el parlamentario, que pidió la reserva de su nombre, “no habrá crisis ministerial” y todo el gabinete terminará el año sin mayor novedad. Agregó que tampoco se ve cercano que el nuevo titular de la cartera de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, vaya a precipitar algún tipo de cambio en la cúpula de las Fuerzas Militares y de Policía. Los relevos en la línea de mando solo se darían a mediados del próximo año. En días pasados en esta Sección se anotó al respecto, que en el próximo remezón saldría casi toda la línea de mando, es decir que los comandantes del Ejército, Fuerza Aérea o Armada irían al retiro y no pasarían al comando de las Fuerzas Militares.

 

¿Militar retirado?

 

Y a propósito del relevo en la cartera de Defensa, el puente festivo pasado alcanzó a circular un rumor según el cual se le propondría desde las toldas del Centro Democrático al presidente Duque que analizara la posibilidad de que un militar retirado llegara a esa cartera, en reemplazo del renunciado Guillermo Botero. No se sabe si tal sugerencia siquiera llegó a la Casa de Nariño, pero es claro que si hubiera alcanzado a mencionársele al Jefe de Estado, él seguramente habría dicho que no. También trascendió que la idea de traer a esa cartera al ahora excanciller Carlos Holmes Trujillo no era nueva, sino que en los pasillos palaciegos ya se había mencionado como una posibilidad semanas atrás, debido al desgaste progresivo de Botero.

 

“Estamos mamados” (I)

 

Esa fue la expresión de un senador respecto a los continuos rifirrafes entre las bancadas del Centro Democrático y el partido Farc, que prácticamente no hay día en que, ya sea en las comisiones o en las plenarias, se agarren a grito herido y cruzándose las más graves acusaciones. “… Lo peor es que siempre el alegato es el mismo, los epítetos que se lanzan son los mismos, las amenazas de denuncias y demandas las mismas… No hay nada nuevo… Incluso supe de un colega de aquí (del Senado) que lleva la cuenta de cuántas veces han tenido que levantarse la sesión en las comisiones y en las plenarias por la ‘agarradera’ de los uribistas y los comunes… Con decirle, que ya hay parlamentarios que apenas empieza el alegato se salen de los recintos porque saben que ya se acabó el trabajo por ese día”, precisó el senador, en charla off the record con un periodista de EL NUEVO SIGLO.

 

“Estamos mamados” (II)

 

Pese a ello, pocos creen en la advertencia que hiciera esta semana el presidente del Senado, Lidio García, quien ante un nuevo rifirrafe en la plenaria convocó a la Mesa Directiva de la corporación a sentar un precedente de “respeto y cordura”, incluso aplicando el artículo 73 de la Ley Quinta o Estatuto del Congresista, que establece suspenderles el uso de la palabra, entre uno y 30 días, a los senadores que incurren en actos de indisciplina. Pocos parlamentarios creen que una sanción de ese calibre se aplique a las dos bancadas. “… No los dejan hablar en las plenarias y las comisiones, y les salen letreros en la piel, o se insultan a punta de carteles”, dijo el senador consultado al respecto. Según García Turbay, “el comportamiento que han venido presentando los senadores que conforman esas bancadas en los distintos debates de control político, es inaceptable”.