En los altos círculos policiales todavía no se entiende cuáles podrían ser las razones por las que en medio del ajuste de la cúpula esta semana salió de la Policía el comandante de la División Antinarcóticos, general César Augusto Pinzón, considerado uno de los mejores oficiales de la institución y bajo cuya gestión se capturó a muchos cabecillas del narcotráfico y las bandas criminales. Aunque el director de la Policía, general Óscar Naranjo, exaltó las virtudes de Pinzón y dijo que su salida se debía a “valoraciones que corresponden al fuero interno” de la cúpula, lo cierto es que quedaron muchos interrogantes sobre qué razones llevaron a pasar al retiro a un general de semejante trayectoria y ascendiente dentro de la institución.

Salida de Pinzón (II)
Sin embargo, tan pronto como se supo que Pinzón saldría de la línea de mando policial, en varios altos círculos gubernamentales se empezó a especular en torno de la posibilidad de que el saliente oficial pueda ser desde ya uno de los candidatos más opcionados a estar al frente de la institución que reemplace al Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), que tras el escándalo de las chuzadas, afronta una larga y desgastante agonía. Incluso no se descarta que Pinzón pudiera ir a un alto cargo antidrogas en el ámbito internacional.

Aguas no mansas
Y hablando de los ecos del revolcón en la cúpula de la Fuerza Pública, en los pasillos del Ministerio de Defensa se insiste en que en algunos sectores de la Armada Nacional hay mucha incomodidad por la forma en que la imagen de esa institución habría quedado afectada debido a los rumores respecto de que “un marino” no sabía ni debía estar al frente de la comandancia de las Fuerzas Militares, y que dicho cargo le correspondía siempre a un general del Ejército. Tanto al ministro Juan Carlos Pinzón como al nuevo comandante de las FF.MM., general Alejandro Navas, les tocará trabajar duro para distensionar esa tácita pero evidente insatisfacción de oficiales de la Armada.

Barras bravas (I)
Como un “riesgo para las finanzas públicas” calificó un alto funcionario de la Contraloría General el nuevo matiz que está tomando el problema con los desórdenes y daños que ocasionan las llamadas “barras bravas”. Según la fuente, crecen las demandas que particulares están poniendo contra la Nación y otras entidades oficiales por daños a propiedades privadas e incluso pérdida de vidas en el marco de las reyertas entre las hinchadas de equipos de fútbol. “… Esas demandas implican la posibilidad de tener que pagar millonarias sumas a los afectados”, precisó el alto funcionario.

Barras bravas (II)
A propósito de este lío con las “barras bravas” en el fútbol, el Gobierno nacional ya está muy preocupado porque algunos gobernadores y alcaldes le han advertido que no tienen herramientas suficientes para controlar estos grupos de hinchas violentos, no sólo en el interior y alrededores de los estadios, sino en barrios y vías intermunicipales e interdepartamentales. Es más, se sabe que un alcalde de una ciudad capital pidió consultar al Consejo de Estado si era válido emitir un decreto prohibiendo, por razones de orden público y convivencia ciudadana, el porte en sitios públicos de camisetas de equipos nacionales. Vea pues…