Al tenor de lo conocido el fin de semana en fuentes parlamentarias es muy posible que la votación el próximo viernes para escoger a los nuevos secretarios generales de Senado y Cámara no se haga de forma nominal y pública. Incluso está en duda que los voceros de las respectivas bancadas hablen en torno de cuáles son los candidatos que apoyan. Se procedería simplemente a la respectiva votación, con urnas en las que los parlamentarios introducirían su voto con el nombre del aspirante escrito en un papel que no le mostrarían a nadie. Igualmente se buscaría que la elección sea lo más tarde posible, con el fin de que ya no esté al aire la transmisión por televisión.
Rojo oculto
En los corrillos políticos del fin de semana se habló insistentemente de que el presidente Santos tuvo que guardarse lo más posible su conocida afición por el Santa Fe, ya que algunos de sus asesores le indicaron que tal como estaba la situación en el suroccidente del país, con el Cauca en crisis y Nariño urgiendo más ayuda del Gobierno nacional, cualquier apoyo explícito al equipo capitalino, dada la melindrosidad política regional, podría ser interpretado como un acto de ‘centralismo’ del Jefe de Estado. ¿Será?
¿Nueva bancada? (I)
La posibilidad de que los dos senadores que fueron expulsados de las filas del Polo, Luis Carlos Avellaneda y Jorge Guevara, devuelvan las curules al partido de las toldas amarillas está descartada, con lo que el anhelo abierto que tenían dos dirigentes por volver a ocupar un escaño en el Congreso quedó en el aire. Todavía está pendiente lo que pase con el otro senador cercano al movimiento de los Progresistas (del petrismo), Camilo Romero, quien pese a su rebeldía aún no ha sido expulsado de esa colectividad.
¿Nueva bancada? (II)
Pero este caso no termina allí. Un veterano senador llamaba la atención el fin de semana sobre las implicaciones que la expulsión de Avellaneda y Guevara tiene en las bancadas en el Congreso. Según comentó el parlamentario, en medio de una charla informal con dirigentes políticos regionales de la Costa, “Avellaneda siempre ha sido uno de los voceros más calificados del Polo en las plenarias, junto a Jorge Enrique Robledo, pero ahora no podrá pedir ni se le podrá dar la palabra a nombre de ese partido… Tendría, entonces, que entrarse a evaluar si se puede crear una bancada de Progresistas y si ésta sería tratada con las mismas condiciones de igualdad de las oficializadas desde hace dos años”.
Mínimo cinco
El número de consorcios que pujarían en el proceso licitatorio que la Autoridad Nacional de Televisión arrancará para la adjudicación de un tercer canal privado de señal abierta nacional podría llegar, como mínimo a cinco. Se rumora que dos pesos pesados -uno de ellos mexicano- y otro europeo están analizando la posibilidad de medírsele a la subasta, y ya habrían contratado unas bancas de inversión y de análisis para que les entreguen una evaluación sobre la viabilidad del posible negocio.
Bajo lupa
Y como era de esperarse, tan pronto como la ANT anunció que arrancó el proceso para dicha licitación y que el objetivo es que la misma se lleve a cabo el próximo año, en distintos medios periodísticos y jurídicos se empezó a hablar de un nuevo grupo de “ciudadanos preocupados” -como se ha denominado a juristas que actúan a nombre de terceros interesados- empezaría a vigilar con lupa cada paso y bombardear de conceptos y recursos legales el mecanismo, con el fin de demorarlo o clarificarlo lo más posible. ¿Será?