Si algo dejó en claro la columna de opinión de esta semana del ex gobernador Horacio Serpa en EL NUEVO SIGLO, es que no piensa jubilarse en política y que se equivocan aquellos que ya le estaban buscando un lugar en el cuarto de san alejo del liberalismo. Bajo el muy diciente título de “Descansar es morir”, Serpa se refiere a como muchos familiares, amigos y periodistas le han insinuado si ahora se va a dedicar a eso, a descansar. Incluso trae a colación una frase de su esposa, doña Rosita, que le habría dicho: “descansa y deja descansar”. El tres veces candidato presidencial y que incluso semanas atrás fue propuesto por el ex mandatario Ernesto Samper como posible jefe único del liberalismo - siendo derrotado por el ala santista que ungió sorpresivamente al presidente de la Cámara Simón Gaviria-, responde enfáticamente que no se siente cansado y que todavía tiene cuerda para mucho rato.
Serpa sin ‘jubilación’ (II)
“… Las arrugas son de la edad, no de cansancio. Hoy (ayer) precisamente estoy cumpliendo años. Solo sesenta y nueve. Y es precisamente por ello que considero un absurdo pensar en descansar.
Si tuviera muchos años por delante tal vez tendría tiempo de descansar. Ya no. Quiero es vivir intensamente lo que falta, ser útil, ayudar, continuar involucrado con la sociedad a la que tengo el privilegio de pertenecer, colaborar con el País, trabajar, escribir, leer bastante, enseñar, estudiar, debatir con objetividad, discutir sin sectarismos, participar en acciones que le den importancia a la política y satisfacciones a mi Partido… Descansar es morir…”
Serpa sin ‘jubilación’ (III)
Y puntualizó: “Hace pocos días un amigo para elogiarme me llamó Patriarca. Me dio terror, porque no lo merezco y porque generalmente el término se otorga a las personas de las que ya poco o nada se espera. No lo acepto. Ni quiero que me digan que estoy por encima del bien y del mal. En política esa frase es el decreto de jubilación. ¡Nanai cucas!... Ojalá no llegue a la edad de la inutilidad. Si me toca, le prohíbo a mi familia que me vista con sudadera, me ponga cachucha y me mande a pasear el perrito. ¡Mamola! Lo que quiero es seguir viviendo de verdad”.
Serpa sin ‘jubilación’ (IV)
Queda claro, entonces, que Serpa no irá a sus cuarteles de invierno ni se dedicará sólo a consentir (o malcriar como todo abuelo) a sus nietos, y ello obviamente constituye un campanazo de alerta para el ala santista que está predominando en el liberalismo, bajo la batuta de Gaviria y del hoy ministro de Trabajo Rafael Pardo. Con Samper sin mayor margen de acción, otros dirigentes como Alfonso Gómez Méndez y Clara López alejados del oficialismo y frenado el repunte de algunos senadores como Juan Fernando Cristo, Serpa se impone como el dirigente de la llamada ala de centro-izquierda con más representatividad y peso específico, a tal punto que, hasta el momento, ningún candidato presidencial rojo lo ha superado en votos…
Serpa sin ‘jubilación’ (V)
A los Gaviria (el ex presidente y su hijo), Pardo y demás liberalismo pro-gobiernista (y pro reeleccionista) les queda fácil neutralizar a Samper pero no así a Serpa, que aún tiene mucho margen de acción en el liberalismo y quienes lo duden sólo tienen que recordar cómo en la accidentada y reciente constituyente roja el 10 de diciembre, centenares de asistentes coreaban el nombre del ahora ex gobernador y declarado ‘rebelde’ a la jubilación política.