Sí pero… | El Nuevo Siglo
Miércoles, 13 de Noviembre de 2013

Como era de esperarse, ayer en los respectivos cuarteles de campaña de los candidatos y precandidatos presidenciales la mañana se dedicó a analizar los resultados de la última encuesta. En las toldas uribistas el sabor fue agridulce, pues si bien se consideró positivo que en apenas dos semanas después de la convención que lo eligió el candidato Óscar Iván Zuluaga ya figurara segundo en los sondeos, también se advirtió que los porcentajes en primera y segunda vuelta frente a un eventual Presidente-candidato eran más bajos que los que en su momento obtenía el exprecandidato Francisco Santos.

 

Punto uno…

 

En las toldas reeleccionistas también se miraba con lupa el sondeo de opinión. Las conclusiones iniciales eran tres: en primer lugar, que la ventaja de Santos (29,4% frente a 14,9% de Zuluaga en primera vuelta y 39,4 por ciento frente a 29,5% en segunda) podría ser mayor hoy por hoy, debido a que la consulta a los 1.200 ciudadanos en todo el país se hizo entre el 1 y el 6 de noviembre, es decir, que no alcanzó a registrar el clima de la opinión positivo que se generó luego de que el pasado miércoles se anunciara en La Habana el preacuerdo entre el Gobierno y las Farc alrededor del segundo punto de la agenda de negociación, referido a participación política.

 

Puntos dos y tres

 

En segundo lugar, en las toldas de la causa reeleccionista se considera que el impacto de la candidatura de Zuluaga no fue tan grande como se creía, pues se esperaba que la noticia de su escogencia y proclamación tuviera un pico más alto en el clima de opinión del país político. Y, en tercer lugar, si bien Santos gana en todas las regiones, los reeleccionistas suman como punto a su favor que los segundos son distintos en las diferentes zonas (en unos es Zuluaga, en otros Antonio Navarro y en el centro Clara López), lo que significaría que el voto opositor o anti-continuidad no es monolítico y está disperso en varias tendencias.

 

Alerta fronteriza

 

En el alto gobierno ya empezó a generar preocupación el clima agitado en varios de los municipios fronterizos con Venezuela, sobre todo después de los desórdenes del fin de semana debido al control de precios que impuso la administración Maduro a los comercios, y que generó saqueos y asonadas en varias poblaciones de ese país, que son territorial y poblacionalmente muy cercanas a Colombia.

 

¿Reunión binacional?

 

Se sabe que varios gobernadores y alcaldes de la zona fronteriza colombiana pedirán una audiencia extraordinaria en la Casa de Nariño, con miras a que se defina un plan de choque que deberá comprender varios aspectos, en especial controles a las líneas de abastecimiento de víveres y otros productos, pues miles de venezolanos vienen a los poblados colombianos a comprar lo que en su país escasea o tiene los precios por las nubes. No se descarta, incluso, que se pida a la canciller María Ángela Holguín, que evalúe con su homólogo venezolano la situación en la frontera y establezcan medidas de control.